lunes, 6 de enero de 2020

SÁNCHEZ DOBLA LA RODILLA ANTE BILDU PARA LOGRAR SER INVESTIDO EL MARTES.

 

Sánchez dobla la rodilla ante Bildu para lograr ser investido el martes

Bronca monumental en el Congreso ante el silencio del presidente tras un discurso humillante por parte de Bildu hacia la democracia española.

 El líder socialista se consolidó ayer como el aspirante a jefe del Gobierno más rechazado por el Congreso de los Diputados al no obtener la confianza de la Cámara en la primera votación del debate de investidura. Es la quinta vez que Pedro Sánchez pasa por un trance que ningún otro líder español ha atravesadomás de tres veces. Fue, eso sí, la primera vez que tuvo más apoyos que votos en contra. Y eso le servirá para arrancar una legislatura en el alambre en la que, no obstante, los socialistas se aferran a las nulas opciones de sus contrarios de sumar más apoyos que los 165 que armaron ayer.
Esa es la esperanza de un PSOE que ayer manifestaba su ánimo de que la legislatura sea mucho más larga de lo que se vaticina. Aunque la tónica general es la incertidumbre. Y es que no dependerá de ellos, sino de que las 18 abstenciones de ERC y Bildu no se conviertan en votos negativos en los próximos meses. Pero de momento, la reelección del presidente queda lista, como estaba previsto, para el próximo martes día 7. Ayer se quedó a diez escaños de la mayoría absoluta que le exigía la Constitución, pero sí alcanzó la mayoría simple (mas síes que noes) que la Carta Magna admite en la segunda votación.
Lo hizo, no obstante, por la mínima ya que una diputada del grupo Unidas Podemos se puso enferma y no pudo votar por lo que el resultado arrojó 166 votos a favor frente a 165 votos en contra, 18 abstenciones (ERC, Bildu) y 1 voto no emitido que el martes se sumará a la columna de los votos favorables. Salvo imprevistos, Sánchez volverá a convertirse en presidente de la mano de los mismos grupos que le auparon en la moción de censura contra Mariano Rajoy en 2018.

Evitar sustos el martes


Lo ajustado de la votación llevó ayer a la dirección socialista a pedir a sus diputados que pasen la noche del lunes al martes en Madrid. El objetivo es que evitar que Sánchez pueda perder la votación porque algún parlamentario llegue tarde a votar debido a problemas con el transporte o el tráfico. Una petición habitual pero que ayer cobró gran importancia ante lo ajustado de la votación.
La segunda votacion arrancará así el martes a partir de las 12:45h. aunque la sesión comenzará a las 12:00 horas para albergar la intervención previa del candidato y la fijación de posición de los representantes parlamentarios. Una vez concluida, la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, acudirá al Palacio de la Zarzuela para comunicar al Rey el resultado. Si no hay sorpresas, Sánchez podría prometer el cargo al día siguiente, una vez que el BOE publique la superación de la investidura. El viernes 10 de enero será el primer Consejo de Ministros del nuevo Gobierno.

Apocalipsis y deserción

La primera votación se produjo este domingo tras un tenso debate originado después de que la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, tomara la palabra y utilizara la tribuna de oradores para atacar al Rey. Las bancadas de PP, Vox y Cs reacionaron con indignación mientras que tanto Sánchez como Batet permitieron las ofensas.
La política independentista, socia imprescindible del líder socialista en la investidura, definió a España como un estado «en el que existe una cultura muy enraizada de aplicar recetas autoritarias a los problemas políticos» y señaló el discurso pronunciado por Don Felipe tras la declaración de independencia de Cataluña como «una de sus expresiones más evidentes». Sus menciones a Arnaldo Otegui, sus críticas a la Transición y sus demandas de cambios en la política penitenciaria trufaron su intervención. Mucho más larga de lo habitual ya que esta legislatura Bildu ha logrado constituirse en grupo parlamentario. La bancada del PP estallaba al grito de «terrorista», «asesinos», «pide perdón» y «¡viva el Rey!».
El líder de la oposición, Pablo Casado, pidió entonces a la presidenta de la Cámara que obligara a Aizpurua a respetar al jefe del Estado pero no tuvo éxito. Meritxell Batet dio su respaldo a la portavoz independentista primando la «libertad de expresión» y el ejercicio del «pluralismo político» por encima del respeto a terceros, en este caso, las instituciones del Estado, y le permitió continuar con su discurso. Aizpurua tomó de nuevo la palabra recomendando «tila» a la bancada popular mientras los diputados de ERC le aplaudían con énfasis.

Sin respuesta y agradecido

El discurso de Bildu indignó a la oposición. Pero la indignación fue mayor cuando comprobaron que Pedro Sánchez no respondía a ninguna de sus acusaciones. Al contrario, cargó contra el «reaccionismo» y el «valladar» del PP sin cuestionar ninguna de las afirmaciones hechas por Bildu. Simplemente le pidió «ser conscientes de que la sociedad vasca es plural», planteándole «no diferenciar entre buenos ni malos». Y frente a la reclamación de independención ofreció «complementar soberanías». Intentó marcar algo de distancia pero no respondió a ninguno de los ataques que hizo Bildu sobre la democracia española, y terminó agradeciéndole su abtención
En el PP escuchar a la portavoz de Bildu resultó especialmente duro para dos diputados: Teresa Jiménez-Becerril, quien el día anterior había dicho a la cara a Sánchez que ETA no estaba acabada porque sus herederos estaban ahí sentados y él había pactado con ellos, y Adofo Suárez Illana, quien en un gesto de dignidad dio la espalda a Aizpurua durante su intervención. Según explicó el hijo del primer presidente constitucional, las ideas de Bildu «no son respetables, porque están podridas en su raíz por aceptar la muerte como instrumento político», informa Mariano Calleja.
Pablo Casado, que se tocaba el corazón y musitaba «qué vergüenza» mirando a Sánchez durante el discurso de Bildu, pidió la palabra y cuestionó la actitud del candidato: «No ha defendido ni la constitución, ni al Rey de España ni a las víctimas del terrorismo». Aseguró que la de Bildu había sido la intervención más «nauseabunda» que había escuchado nunca en el hemiciclo. Tanto PP como Cs intentaron sin éxito que las descalificaciones no aparecieran en el diario de sesiones.
TODO VALE PARA LLEGAR EL PRIMERO A LA META, CODAZOS Y ZANCADILLAS.

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