viernes, 8 de noviembre de 2019

EL PSOE SALE A ATACAR A LA DERECHA PARA MOVILIZAR A SUS VOTANTES.

El PSOE sale a atacar a la derecha para movilizar a sus votantes.

Pastor abre distancia con Monasterio para apuntalar el giro al centro antes del 10-N.

Los cinco grandes partidos tuvieron ayer su última ventana para confrontar sus propuestas políticas en «prime time» frente a los ciudadanos, antes del 10-N en un debate organizado por La Sexta. Esa sensación de última oportunidad unida a que el debate tenía lugar entre segundas espadas -todas femeninas por primera vez- permitió intervenciones más arriesgadas y combativas, con interrupciones constantes que demasiadas veces hicieron ininteligible el debate.
Cataluña volvió a hacer pivotar un debate en el que también se habló sobre pactos, empleo, alquiler, feminismo o cambio climático pero sin que se lanzaran nuevas ideas o promesas electorales. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, situó el desafío secesionista como un problema territorial y defendió el Estado de las Autonomías como un modelo de éxito frente a los ataques de la portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, que defendió el fin de las comunidades como camino para aumentar los recursos destinados a la educación, la sanidad y las pensiones. En este bloque chocó con dureza con la exministra popular, Ana Pastor, quien salió en defensa de la Constitución y la aplicación de la ley. «El Estado de las Autonomías es lo que mejor nos ha podido pasar a los españoles», sostuvo. «Hay 17 mercaditos distintos», le replicó Monasterio quien también consideró necesario adoptar medidas «contundentes» en Cataluña. La portavoz de Podemos, Irene Montero, se centró en defender el diálogo con los secesionistas y la portavoz de Cs, Inés Arrimadas, tuvo que recordarle que los constitucionalistas son marcados y acosados en Cataluña.

María Jesús Montero fue la dirigente más belicosa y salió a buscar el cuerpo a cuerpo con los tres partidos de la derecha para agitar a los votantes progresistas. A diferencia del presidente en funciones, Pedro Sánchez, Montero no solo no rehuyó la confrontación con Vox sino que intentó provocar, sin éxito, a Monasterio a la que acusó de incurrir en comportamientos «xenófobos» e instó a pedir perdón por cargar contra los menores extranjeros. La ministra de Hacienda aprovechó esta cuestión y también la propuesta de ilegalizar partidos independentistas que atenten contra el Estado para atizar a Monasterio en la cara de Pastor y Arrimadas, a las que recordó sus alianzas con el partido de Santiago Abascal. La dirigente socialista buscó choques con ellas en prácticamente todos los bloques, y tampoco los rehuyó con la portavoz de Podemos, Irene Montero. Entre ellos, el tenso cara a cara que protagonizó con Pastor al afirmar que el mercado laboral evoluciona de forma más positiva con el PSOE que con el PP. «Nos iban a rescatar y salimos adelante. Ustedes ejemplo de gestión, no nos lo den. No lo dio Zapatero, ni lo da Sánchez», replicó visiblemente molesta la exministra popular, quien volvió a comprometer bajadas de impuestos si el presidente del PP, Pablo Casado, logra alcanzar La Moncloa.

Golpes en la derecha

Con las últimas encuestas augurando un crecimiento de Vox, Pastor enfrentó tarea doble ya que confrontó con la ministra socialista pero buscó también poner distanciar entre su partido y la formación que preside Santiago Abascal. «Usted representa lo que representa y yo represento al Partido Popular», dirigió a Monasterio para apuntalar la caza del votante de centro-derecha. La frase se produjo en el contexto del bloque de igualdad, en el que Pastor defendió que una relación sexual sin consentimiento femenino es una agresión y violación, y subrayó que ésta es la posición por el PP, para intentar enterrar así la polémica desatada por la posición de la portavoz popular en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, al cuestionar que «solo el sí es sí». No fue el único encontronazo interno en la derecha. Pastor criticó los frecuentes cambios políticos de Cs y Arrimadas le devolvió el golpe después echándole en cara la corrupción de su partido.
La portavoz de Cs centró sus intervenciones en buscar la movilización de los votantes que piensan en la abstención cargando contra el bipartidismo pero con un tono que resultó mucho más conciliador que el elegido por el presidente de su partido, Albert Rivera, el lunes, y sin golpes de efecto visuales. Por su parte, la portavoz de Podemos, Irene Montero, apuntó a su caladero de votantes insistiendo en medidas para mejorar la renta de los colectivos necesitados. Monasterio, por último, atacó a sus cuatro rivales de manera sistemática y defendió con comodidad las grandes propuestas de su partido.
FUE INTERESANTE.

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