martes, 22 de octubre de 2019

EL PARLAMENTO PROPINA UN DURO GOLPE A LA ESTRATEGIA DEL BREXIT DE JOHNSON.

Boris Johnson, de espaldas, habla este martes en el Parlamento británico.

El Parlamento propina un duro golpe a la estrategia del Brexit de Johnson


El Gobierno no logra imponer un trámite de urgencia para aprobar el jueves la ley.

Una victoria pírrica y una derrota demoledora. El Parlamento británico ha negado a Johnson su objetivo de tramitar con urgencia su acuerdo del Brexit, para evitar así la prórroga que le habían impuesto. 322 diputados, frente a 308, han votado contra la propuesta procedimental del Gobierno. El Parlamento británico, por primera vez más de tres años y medio después, había aprobado minutos antes un plan acordado del Brexit. 329 diputados, frente a 299, dieron su respaldo este martes, en primera lectura, al Acuerdo de Retirada de la UE alcanzado con los 27 por Boris Johnson. Minutos después, en una votación mucho más ajustada, una mayoría desbarató la estrategia de Downing Street.
El Gobierno había presentado un plan de trabajo que hubiese obligado a los diputados a estudiar el pacto alcanzado con la UE en tan solo los dos próximos días con sesiones maratonianas. Era la única vía con la que contaba Johnson para evitar tener que aceptar una nueva prórroga y cumplir con su promesa de que el Brexit sea una realidad el próximo 31 de octubre.
El primer ministro había amenazado con retirar su ley y forzar unas elecciones generales adelantadas si el Parlamento le obligaba a retrasar tres meses más (así lo impone el mandato parlamentario aprobado hace semanas por una mayoría) la fecha de salida. No había descartado, sin embargo, una pequeña prórroga técnica de poco más de una semana. "De momento, a la espera de lo que decidan nuestros socios comunitarios, ponemos en pausa esta tramitación parlamentaria. Y aceleramos los preparativos para la posibilidad de un Brexit sin acuerdo", ha dicho Johnson. Cumplía así la amenaza que horas antes había lanzado a la Cámara, aunque no ha llegado a confirmar la advertencia previa de que buscaría forzar un adelanto electoral. Un órdago en toda regla, a pesar de que no estaba nada claro cómo podría el primer ministro cumplir su amenaza. Necesitaba dos tercios de los diputados para forzar un adelanto electoral, o una moción de censura que la oposición laborista no tiene aún claro si le interesa presentar.
Un grupo de conservadores rebeldes se había negado a aceptar la premura en la tramitación de la ley perseguida por Downing Street. En parte, por lo que consideran una burla del procedimiento parlamentario debido. Pero sobre todo porque creen que el acuerdo no ofrece las garantías suficientes de que, pasado el año de transición que contempla el texto, Londres y Bruselas hayan sido incapaces de negociar una nueva relación comercial y el resultado final sea una salida de la UE sin acuerdo. El mismo destino que llevan más de tres años combatiendo. El exdiputado conservador, hoy en las filas de los independientes, Nick Boles, ha intentado incorporar una enmienda de última hora que active una prórroga automática del fin del periodo de transición (31 de diciembre de 2021 en el peor de los casos) para el caso de que no haya entonces un acuerdo definitivo. "Si lo que pretenden es recuperar el control de nuestra soberanía, traten con respeto al Parlamento. Y cuando todo esto acabe, no habrá quedado envenenado con la sombra de la ilegitimidad, sino con un sello de honor", ha advertido el conservador moderado Rory Stewart a los euroescépticos. Stewart, quien intentó hacerse con el liderazgo del Partido Conservador en las pasadas primarias, ha intentado en las últimas horas llegar a un acuerdo con el Gobierno para incluir más garantías en el texto.
LA UNIÓN ESTÁ EN SERIO PELIGRO.

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