Publicado el 10 ago. 2017
Se cuentan por miles las páginas que se han escrito sobre las certezas, leyendas, mitos y los misterios relacionados con el Triángulo de las Bermudas. Hace más de un año, desde la Universidad del Ártico de Noruega se apuntó a unos cráteres gigantes como claves para descifrar sus enigmas.
El lugar más intrigante del océano Atlántico vuelve a estar en plena actualidad, porque en la costa de Carolina del Norte acaba de surgir una pequeña pero extraña y peligrosa isla, bautizada como Shelley Island.
Este fascinante emplazamiento se sitúa a escasos metros del Cabo Hatteras, en la costa este de Estados Unidos. Aunque su extensión depende del estado del mar, mide aproximadamente un kilómetro y medio de largo y tiene forma de media luna.
Debe su nombre a la gran de cantidad de caracoles y ostras de colores –’shells’ en inglés– que presenta en su superficie.
Si bien fue avistada por primera vez en abril siendo apenas una protuberancia, su popularidad se ha disparado después de que su publicasen varias fotografías aéreas de la zona.
Por supuesto, la exposición de Shelley Island en las redes sociales ha provocado que abundantes turistas y curiosos muestren interés por visitarla. Un viaje exótico tajantemente desaconsejado por las autoridades locales, que se han apresurado a alertar sobre los peligros que acechan en la isla.
Por una parte está la inestabilidad del mar, con corrientes fuertes y cambiantes. De hecho, todavía no está del todo claro si Shelley irá ‘creciendo’ hasta unirse a Cabo Hatteras o si
desaparecerá en cuestión de poco tiempo.
Los posibles ahogamientos que podrían producirse son la principal inquietud de la guardia costera, pero no el único. En los alrededores de la isla han sido avistados tiburones y mantas de gran tamaño, por lo que no es recomendable tratar de alcanzarla a nado, ni siquiera si las aguas están aparentemente tranquilas. Según ha explicado Dave Hallac, superintendente
de la costa nacional en Cabo Hatteras, la aparición de estas formaciones es un fenómeno relativamente común, aunque no con semejantes dimensiones.
El lugar más intrigante del océano Atlántico vuelve a estar en plena actualidad, porque en la costa de Carolina del Norte acaba de surgir una pequeña pero extraña y peligrosa isla, bautizada como Shelley Island.
Este fascinante emplazamiento se sitúa a escasos metros del Cabo Hatteras, en la costa este de Estados Unidos. Aunque su extensión depende del estado del mar, mide aproximadamente un kilómetro y medio de largo y tiene forma de media luna.
Debe su nombre a la gran de cantidad de caracoles y ostras de colores –’shells’ en inglés– que presenta en su superficie.
Si bien fue avistada por primera vez en abril siendo apenas una protuberancia, su popularidad se ha disparado después de que su publicasen varias fotografías aéreas de la zona.
Por supuesto, la exposición de Shelley Island en las redes sociales ha provocado que abundantes turistas y curiosos muestren interés por visitarla. Un viaje exótico tajantemente desaconsejado por las autoridades locales, que se han apresurado a alertar sobre los peligros que acechan en la isla.
Por una parte está la inestabilidad del mar, con corrientes fuertes y cambiantes. De hecho, todavía no está del todo claro si Shelley irá ‘creciendo’ hasta unirse a Cabo Hatteras o si
desaparecerá en cuestión de poco tiempo.
Los posibles ahogamientos que podrían producirse son la principal inquietud de la guardia costera, pero no el único. En los alrededores de la isla han sido avistados tiburones y mantas de gran tamaño, por lo que no es recomendable tratar de alcanzarla a nado, ni siquiera si las aguas están aparentemente tranquilas. Según ha explicado Dave Hallac, superintendente
de la costa nacional en Cabo Hatteras, la aparición de estas formaciones es un fenómeno relativamente común, aunque no con semejantes dimensiones.
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