jueves, 25 de julio de 2019

OLA DE CALOR EN EUROPA Y ARDE.

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Europa occidental afronta una jornada de calor extremo


París alcanza su temperatura máxima histórica con 42,4 grados centígrados.

París ha alcanzado este jueves su temperatura máxima desde que se tienen datos con 42,4 grados centígrados registrados a las 15.20 en Paris-Montsouris, en el distrito 14, al sur de la capital francesa, según la agencia nacional de meteorología, Météo France. Lo único que animaba a los franceses este jueves es que las temperaturas empezarán a bajar a partir del viernes. Mientras tanto, las autoridades han lanzado un nuevo aviso para que nadie baje la guardia en una jornada que recuerda el episodio de 2003, cuando miles de personas fallecieron por causas relacionadas con la canícula.
“Los récords de temperaturas constatados especialmente en las zonas urbanas no se habían producido antes y eso implica riesgos importantes tanto para los más frágiles como para los que gozan de buena salud y creen que pueden continuar sus actividades como siempre. Nuestros organismos no están habituados a estas temperaturas. Hay que permanecer extremadamente vigilantes”, alertó, por su parte, el primer ministro francés, Édouard Philippe, con corbata pero sin chaqueta y con la camisa arremangada, desde un campamento infantil en Seine-et-Marne al que acudió acompañado de la ministra de Salud, Agnès Buzyn.
“Pido que todo el mundo redoble la atención”, insistió también la ministra, para quien la menor afluencia de personas mayores a los servicios de urgencias demuestra que hay una mayor concienciación y preparación que en 2003. Pero entre la gente joven todavía hay un peligroso sentido de inmunidad cuando “nadie está exento de riesgos ante estas temperaturas”, afirmó.
Mientras, la ministra de Transición Ecológica, Elisabeth Borne, llamó a los franceses a evitar al máximo los desplazamientos y a optar por el teletrabajo si se tiene oportunidad para ello. La compañía nacional ferroviaria SNCF propuso el miércoles que los viajeros que tenían previsto trasladarse este jueves al norte del país retrasen o anulen sus planes hasta que no pase la ola de calor.
El servicio meteorológico trataba de confirmar si la pasada noche ha sido la más calurosa jamás registrada, incluso por delante del récord previo de 2003 (21,3 grados de media nacional). Poco después del mediodía, el termómetro en la capital gala registraba ya 41 grados, lo que implica, según había adelantado Météo France, que también se ha batido “ampliamente” el récord capitalino, establecido hasta ahora en los 40,4 grados registrados el 28 de julio de 1947.
Francia suda, y no es la única. La ola de calor ha encendido las alarmas en gran parte de Europa. Los termómetros en Alemania han registrado este miércoles los 40,5 grados en la ciudad de Geilenkirchen, en Renania del Norte-Westfalia (oeste), batiendo así la máxima histórica del país, según el Servicio Meteorológico Alemán. Este dato es dos décimas superior al récord previo de 40,3 grados centígrados en Kitzingen (Baviera, sur) en 2015. Holanda también ha batido marcas con 40,4 grados en el sur del país, rompiendo el récord nacional de 39,3 alcanzado este miércoles.
Mientras, Bélgica registró el miércoles un récord absoluto de calor con una temperatura de 40,2 grados centígrados en Lieja (sureste), las autoridades francesas han declarado por primera vez la alerta roja, la más alta, en 20 departamentos del norte del país. 
En Alemania, por primera vez desde que hay registros, la temperatura ha aumentado por encima de los 41 grados. Según los resultados preliminares del Servicio Meteorológico Alemán (DWD), se constataron este jueves 41,6 grados en Lingen, en Baja Sajonia.  La ola de calor que padece el país obligará a las autoridades a cerrar la central nuclear de Grohnde, en el sur de Baja Sajonia, posiblemente el viernes a mediodía, debido al aumento de la temperatura del río Weser. A esa hora se espera que el límite de temperatura crítica del agua del río sea de 26 grados, ha dicho una portavoz del Ministerio de Medio Ambiente de Baja Sajonia. A pesar de la ola de calor, las autoridades no han adoptado medidas especiales, aunque las televisiones públicas y privadas, como el resto de los medios de comunicación, dedican parte de sus informativos a "aconsejar" a los ciudadanos sobre cómo soportar los efectos negativos que pueden causar la ola de calor.
Las temperaturas en Holanda han superado los 40 grados por primera vez desde 1944, año en que se llegó a 38,6 grados al este del país. Esta vez el calor se ha registrado al sur, en ciudades como Gilze-Rijen (en la provincia de Brabante) donde el termómetro ha llegado a marcar 40,7 grados, “algo histórico que no pensaba ver en el curso de mi carrera”, según Gerrit Hiemstra, uno de los meteorólogos más conocidos. A medida que el termómetro ha sido subiendo, el ministerio de Sanidad ha advertido a la población de “la mala calidad del aire por la formación de ozono en las capas bajas de la atmósfera, que incrementa el smog”. El consejo oficial ha sido permanecer en casa, si está lo bastante fresca, limitar el ejercicio físico, y consultar al médico “sobre todos niños, ancianos y todo el que padezca problemas respiratorios que puedan agravarse”.
 Los ferrocarriles nacionales (NS) han tenido que anular algunos trayectos porque los trenes han estado tanto tiempo al sol que sus sistemas electrónicos no funcionaban bien. En el campo, los ganaderos deben pedir permiso para regar al Servicio de Aguas, y el trasporte de ganado por carretera se ha permitido a pesar del calor, “siempre que los animales dispongan de agua y sombra y no se estresen”, según el ministerio de Agricultura. De todos modos, sus inspectores aconsejan evitar traslados por encima de los 35 grados. En Ámsterdam, en plena temporada turística, varias terrazas han aguzado el ingenio instalado pequeñas piscinas de plástico para que los clientes remojaran los pies mientras hacen su consumición.
En Austria, donde se espera un pico de 38 grados, un niño de tres años murió por deshidratación. Fue hallado inconsciente el lunes en un vehículo estacionado bajo el sol. Y en el Reino Unido se han alcanzado este jueves los 36,9 grados centígrados, la temperatura más alta registrada en un mes de julio. Según el servicio meteorológico nacional, hay un 60% de posibilidades de que el mercurio se eleve por encima del récord de temperatura actual en el país de 38,5 grados.
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