domingo, 26 de mayo de 2019

POSIBLE VICTORIA DE LE PEN EN FRANCIA.

El presidente Emmanuel Macron saluda a un ciudadano tras votar en Le Touquet, en el norte de Francia

Francia castiga a Macron y da la victoria a Le Pen en las elecciones europeas, según las primeras estimaciones


Los comicios se han planteado como un referéndum sobre el presidente tras la crisis de los 'chalecos amarillos'.

Los franceses castigaron el domingo a Emmanuel Macron con la primera derrota electoral de su carrera, y premiaron a Marine Le Pen con una victoria que la reafirma como una fuerza central en Francia, según las primeras estimaciones. El Reagrupamiento Nacional —nueva marca del viejo partido de extrema derecha Frente Nacional— ganó las elecciones europeas con un resultado de entre un 23 y un 24% de votos. La lista macronista quedó segunda y obtuvo entre un 22 y un 22,5%. El éxito de la lista ecologista, en tercera posición, y el descalabro de la derecha tradicional de Los Republicanos son las sorpresas de la noche electoral.
El voto de castigo al gobernante es habitual en las europeas y el Frente Nacional ya las ganó en 2014. Pero el resultado, si los sondeos aciertan, sería un golpe para un líder como Macron que en 2017 llegó al poder con la promesa de transformar Europa y que, dos años después, ve como sus conciudadanos le rechazan en la primera ocasión en que votan. En tercera posición, quedarían Europa Ecología-Los Verdes con un porcentaje en torno al 12%. Los Republicanos (LR), el partido de la derecha tradicional, con un 8,5%. La izquierda populista de La Francia Insumisa rondarían el 6 y 7% y la candidatura del Partido Socialista (PS), un 6 y 7% también.
La primera noticia durante la jornada electoral fue la participación, muy elevada por tratarse de unas elecciones como las europeas, que suelen despertar poco interés. Varias estimaciones apuntaban que la participación se elevaría al 54% al cierre de los colegios, a las 20.00, el nivel más elevado desde 1984. En 2014, la participación fue del 44,2%. En Francia se presentaban 34 listas que se disputaban 79 escaños.
La victoria del RN es un éxito para Le Pen, que se ha recuperado de la derrota ante Macron en las elecciones presidenciales de 2017, y ha aparcado la promesa del Frexit, la salida de Francia de la UE. También para su candidato, el Jordan Bardella, que ha ofrecido una imagen de juventud y normalidad para un partido durante mucho tiempo estigmatizado. Significará que el RN, que irrumpió en la vida parlamentaria en los años ochenta, se ha consolidado como la gran fuerza nacionalista y populista de Francia, quizá el primer partido de este país.
La campaña se ha planteado como un referéndum sobre la gestión de Macron en los dos primeros años de su mandato de cinco. También era una revancha de la segunda vuelta de las presidenciales, en las que Macron derrotó a Le Pen. El resultado dará el tono de la política francesa en los próximos meses. La de RN podría precipitar una remodelación del Gobierno e, incluso, la sustitución del primer ministro, Édouard Philippe.
El resultado supone un paso más en la reconfiguración del sistema político francés. La victoria de Macron en las presidenciales de hace dos años fue el primer paso. El hundimiento de los partidos que habían dominado el país en las últimas décadas —PS y LR, última encarnación de la derecha de raíz gaullista— marcó aquellas elecciones. Las europeas confirman que Francia está dejando atrás el esquema tradicional que oponía el centroizquierda y el centroderecha. Las fuerzas dominantes, en 2017 y ahora, son un amplio centro reformista y europeísta, y una derecha radical populista y nacionalista.
Estas son unas elecciones particulares en Francia, porque se celebran con el sistema proporcional y con una sola vuelta. En las presidenciales, legislativas y locales, los franceses votan por un sistema mayoritario a dos vueltas, lo que infla la representación de los candidatos y partidos más votados y reduce o elimina las de los menos votados. Así puede ocurrir que el RN, el partido que partía como favorito en las europeas —que ya ganó en 2014— tenga solo, debido a este sistema, 14 alcaldías de 36.000 y 6 diputados de 577. El motivo es que, cuando pasa a la segunda vuelta, todos se unen contra él.
El balance no es bueno para la izquierda, que se presentaba con una multitud de candidaturas: socialistas, exsocialistas, ecologistas, comunistas y populistas. Entre Macron, que atrae al centroderecha, y Le Pen, que intenta seducir a los votantes más derechistas de LR, el espacio de este partido —el partido de Nicolas Sarkozy y heredero del partido de Jacques Chirac— se ha reducido. Aunque es el primer partido de la oposición en la Asamblea Nacional y el partido mayoritario en el Senado, en las europeas pierde apoyos respecto a las presidenciales y las legislativas de hace dos años.
Las elecciones europeas eran el primer examen en las urnas para Macron desde su victoria en las presidenciales. Eran también la primera prueba después de la crisis de los chalecos amarillos, que durante más de seis meses han protestado en las calles contra las políticas del presidente. Este movimiento, ya muy debilitado, nunca fue masivo en las calles, pero logró amplias simpatías en la sociedad y ha obligado al Gobierno a desembolsar más de 15.000 millones de euros en medidas sociales. Pero ha fracasado a la hora de saltar a la política. Ninguna lista afín a los chalecos amarillos se acerca al 5% de votos, la barrera necesaria para obtener eurodiputados. Pero el descontento de los chalecos amarillos ayuda a explicar el éxito del partido de Le Pen.
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