lunes, 31 de diciembre de 2018

¿QUÉ SUBE Y BAJA EN 2019?

IPC

¿Qué sube y qué baja en 2019? Salarios públicos y servicios esenciales al alza


Los asalariados y pensionistas que dependen del Estado mejorarán sus rentas, pero la menguante clase media sufrirá el encarecimiento de los suministros básicos y la presión fiscal.

El año 2019 comenzará con buenas noticias para los ciudadanos cuyos emolumentos dependen del Boletín Oficial del Estado. Los trabajadores que cobran el sueldo mínimo, los pensionistas y los funcionarios verán incrementado notablemente su poder adquisitivo gracias a los decretos aprobados por el Gobierno de Pedro Sánchez. Pero para la mayoría de los asalariados que forman parte de la menguante clase media, el nuevo año supondrá más presión fiscal y subidas de precios y tarifas de servicios esenciales como la luz, los carburantes o las telecomunicaciones.
Las grandes cifras macroeconómicas seguirán siendo positivas aunque se aprecia la desaceleración. Se estima que la economía haya cerrado 2018 con un crecimiento del 2,6% y se desacelere al 2,2% en 2019, según las previsiones del Banco de España.

Dualidad salarial

Pero los salarios, al menos en las empresas privadas, como ya ocurriera en este año que se cierra, no notarán en exceso esos vientos propicios, y las subidas de precios les harán perder poder adquisitivo, ya que se prevé que la inflación crezca un 1,6% en el conjunto del ejercicio (de acuerdo con las estimaciones del Banco de España), aunque el Gobierno rebaje este incremento hasta el 1%.
Las patronales CEOE y Cepyme y los sindicatos CC OO y UGT suscribieron el pasado verano el IV Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva por el que se comprometían en 2019 a trasladar a los convenios sectoriales una subida de salarios en torno al 2%, más un 1% variable. Pero ese documento no obliga y, por lo tanto, cada empresa negociará por su cuenta los sueldos con sus empleados.
Afortunadamente para los que menos ganan, el Gobierno de Pedro Sánchez ha aprobado una subida del salario mínimo de un 22,3%, hasta los 900 euros mensuales, que obligatoriamente deberán aplicar todas las empresas. Los parados de larga duración también respiran con alivio, pues se mantiene el subsidio extraordinario por desempleo hasta que elaboren un nuevo modelo de atención asistencial a los parados.
También están de suerte los funcionarios, cuyos sueldos suben un 2,25% merced al acuerdo que firmó el anterior Ejecutivo de Mariano Rajoy. Aunque los más afortunados en este año electoral vuelven a ser los 10,3 millones de pensionistas. Los que cobran pensiones contributivas (9,7 millones) verán subir sus emolumentos un 1,6% mientras que las pensiones mínimas y no contributivas se elevan el 3%. De esta forma, el importe de la pensión mínima para los jubilados de 65 años con cónyuge a cargo quedará en 835,8 euros al mes y la pensión máxima en 2.659,4 euros mensuales, 18 y 41 euros más al mes, respectivamente. Además, todos ellos recibirán una paga compensatoria del 0,1% que se abonará antes de abril por el desvío de la inflación en 2018.
Los autónomos se tendrán que rascar el bolsillo. Su base mínima de cotización se incrementa un 1,25% a partir del 1 de enero de 2019, hasta los 944,35 euros al mes, y el tipo de cotización será del 30%, con lo que los autónomos (personas físicas) tendrán que pagar 5,36 euros más al mes (64 euros más al año) que lo que pagan actualmente, aunque a cambio recibirán una mayor protección.

Transporte y carburantes

En general, el transporte público (autobuses y metro) no experimenta grandes subidas en las grandes ciudades y se congela en Madrid, Barcelona y Valencia. Lo que sí suben son los taxis. En Madrid, la bajada de bandera será 10 céntimos más cara en horario diurno y 20 céntimos por la noche y festivos hasta los 2,5 y 3,10 euros, respectivamente. El coste del kilómetro sube también 5 céntimos hasta los 1,10 euros. En conjunto, se trata de una subida media del 5%. Los de Barcelona se encarecerán un 2,6%, como ya hicieran en 2018. Estos incrementos pueden arrastrar también a los vehículos de alquiler con conductor (VTC): plataformas como Uber o Cabify podrían aprovecharlo y actualizar sus precios al alza, aunque ayuntamientos como el de Madrid o Barcelona quieren incluso restringir su actividad para atender a las demandas de los taxistas, lo que irá en perjuicio del consumidor.
Renfe mantendrá congelado en 2019 por cuarto año consecutivo el precio del billete de Cercanías, si bien con el nuevo año subirá los billetes sencillos y de ida y vuelta un 3,5% para los servicios de Media Distancia (regionales) y un 7% el de los Avant (los regionales que circulan por las vías del AVE). Para los trenes de AVE y Larga Distancia, ambos servicios liberalizados, el precio del billete no subirá con el cambio del año, si bien la operadora podría variarlo posteriormente a lo largo del ejercicio.
En cuanto al transporte aéreo, las tasas aeroportuarias se congelan, lo que puede compensar la previsible subida del combustible respecto a los poco más de 50 dólares en los que a finales de este año cotiza el barril de crudo Brent.
Los automovilistas lo tendrán peor. Además de la evolución de los carburantes y el posible repunte del dólar frente al euro que influye en el coste de la materia prima, el 1 de enero entra en vigor la derogación del tipo autonómico del impuesto especial de hidrocarburos, ahora en manos de las comunidades autónomas y que puede oscilar entre los 0 y los 48 euros. Su integración en el tipo estatal provocará un alza de la gasolina y del gasóleo en aquellas comunidades autónomas con menores tipos. El impuesto sube 4,8 céntimos por litro en País Vasco, Cantabria, Castilla y León, La Rioja y Navarra; 3,1 céntimos por litro en Madrid; 2,4 céntimos en Aragón; 1 céntimo en Extremadura; y 0,8 céntimos en Asturias.
Llenar el depósito se puede elevar aún más si finalmente sale adelante la igualación parcial del impuesto que se aplica al gasóleo y a la gasolina, lo que supondría una subida adicional al diésel de 3,4 céntimos de euro por litro, según se recoge en el plan presupuestario remitido a Bruselas.
Para los usuarios de autopistas de peaje, los conductores deberán afrontar una subida media del 1,67% a partir del próximo 1 de enero para el conjunto de la red estatal. No obstante, desde el 15 de enero, las nueve autopistas que han sido rescatadas por el Estado, entre ellas las radiales madrileñas, registrarán una rebaja media de las tarifas del 30% y serán gratuitas por la noche (entre la medianoche y las 06:00 horas).
Renfe mantendrá congelado en 2019 por cuarto año consecutivo el precio del billete de Cercanías, si bien con el nuevo año subirá los billetes sencillos y de ida y vuelta un 3,5% para los servicios de Media Distancia (regionales) y un 7% el de los Avant (los regionales que circulan por las vías del AVE). Para los trenes de AVE y Larga Distancia, ambos servicios liberalizados, el precio del billete no subirá con el cambio del año, si bien la operadora podría variarlo posteriormente a lo largo del ejercicio.
En cuanto al transporte aéreo, las tasas aeroportuarias se congelan, lo que puede compensar la previsible subida del combustible respecto a los poco más de 50 dólares en los que a finales de este año cotiza el barril de crudo Brent.
Los automovilistas lo tendrán peor. Además de la evolución de los carburantes y el posible repunte del dólar frente al euro que influye en el coste de la materia prima, el 1 de enero entra en vigor la derogación del tipo autonómico del impuesto especial de hidrocarburos, ahora en manos de las comunidades autónomas y que puede oscilar entre los 0 y los 48 euros. Su integración en el tipo estatal provocará un alza de la gasolina y del gasóleo en aquellas comunidades autónomas con menores tipos. El impuesto sube 4,8 céntimos por litro en País Vasco, Cantabria, Castilla y León, La Rioja y Navarra; 3,1 céntimos por litro en Madrid; 2,4 céntimos en Aragón; 1 céntimo en Extremadura; y 0,8 céntimos en Asturias.
Llenar el depósito se puede elevar aún más si finalmente sale adelante la igualación parcial del impuesto que se aplica al gasóleo y a la gasolina, lo que supondría una subida adicional al diésel de 3,4 céntimos de euro por litro, según se recoge en el plan presupuestario remitido a Bruselas.
Para los usuarios de autopistas de peaje, los conductores deberán afrontar una subida media del 1,67% a partir del próximo 1 de enero para el conjunto de la red estatal. No obstante, desde el 15 de enero, las nueve autopistas que han sido rescatadas por el Estado, entre ellas las radiales madrileñas, registrarán una rebaja media de las tarifas del 30% y serán gratuitas por la noche (entre la medianoche y las 06:00 horas).
La factura eléctrica, que terminó 2018 con un incremento del 9,26% el megavatio hora (MWh), también dependerá de la climatología y de la evolución de los carburantes, aunque puede repuntar más del 4% si el Gobierno vuelve a instaurar el impuesto que cobraba a las eléctricas por generar la electricidad. El aumento de los derechos de emisión de CO2 también puede disparar la factura.
Afortunadamente para los consumidores, el principal suministro básico, el agua, se congela al menos en Madrid y Barcelona.

Telefonía, Internet y medicinas

La factura de telefonía e Internet sube por tercer año consecutivo para muchas familias. Telefónica ha dado el pistoletazo al anunciar un nuevo aumento de 5 euros mensuales en sus paquetes Fusión antiguos a partir de febrero. Antes, en enero, subirán 5 euros los servicios de solo fibra óptica, las tarifas de móviles #15 y #25, que suben 5 euros, mientras que las de #1,5, #4 y #8 aumentan su precio en dos euros. La operadora aplicará otros repuntes a servicios auxiliares como el contestador automático. La subida de Movistar puede arrastrar a las otras tres grandes operadoras (Vodafone, Orange y MásMóvil) a seguir sus pasos y actualizar al alza sus planes de tarifas.
El 1 de enero bajará el precio de 1.200 medicamentos, entre los que destacan el ibuprofeno, fármacos para el asma, antidepresivos como el escitalopram, anticonceptivos orales como el levonorgestrel/etinilestradiol o medicinas para el Parkinson como el ropinirol.
En cuanto a las inversiones, los ahorradores seguirán perdiendo dinero si lo mantienen en la renta fija, con intereses cercanos a cero o incluso negativos. En la ruleta de la renta variable, la Bolsa está en su peor momento desde 2010.

Vivienda, alquiler e IBI siguen subiendo

Con el cierre de noviembre en el -0,146%, el euríbor, el índice al que se encuentran referenciadas la mayoría de las hipotecas españolas, sigue escalando en su regreso a tasas positivas, ya que desde febrero de 2016 se encuentra en terreno negativo. Este repunte se traducirá en un encarecimiento de las hipotecas a las que les toque revisión.
Peor lo tendrán los que quieran adquirir un piso. Los precios de la vivienda en España sumaron en 2018 su quinto año de crecimiento consecutivo y la previsión de los expertos del sector es que la tendencia no se rompa el año próximo, al menos en los precios de venta. La subida calculada está entre el 3% y el 4%, según la consultora inmobiliaria CBRE, aunque otros expertos elevan aún más esta previsión. El portal inmobiliario Pisos.com estima que el precio aumentará entre un 5% y un 6% respecto a 2018, hasta un precio medio de entre 1.750 y 1.800 euros por metro cuadrado.
Para los que opten por alquilar, desde el pasado 18 de diciembre, los nuevos contratos tienen una duración de cinco años en lugar de tres, y de siete en el caso de que el propietario sea una empresa. Las prórrogas también se amplían de uno a tres años. Pero esa ampliación no tiene por qué traducirse en bajada de precios. De hecho, muchos expertos consideran que ocurrirá lo contrario porque los dueños querrán blindarse frente a subidas futuras.
Los impuestos están pendientes de la dura negociación parlamentaria a la que se enfrenta el Gobierno para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado. Aunque ya se conocen algunos. Para el ejercicio 2019, se prevé la aplicación de coeficientes de actualización de valores catastrales a 1.179 municipios, lo que según el Gobierno se traducirá en la práctica en que el importe que pagan anualmente los propietarios de viviendas, locales y terrenos en concepto del impuesto de bienes inmuebles (IBI) bajará de media un 1,92% a partir del próximo 1 de enero de 2019. No obstante, los municipios son libres de subirlo hasta el 5% y de rebajarlo un 2%.
Además, la actualización de los valores subirá en 728 municipios y bajará en 449 localidades. Y en cualquier caso la factura final de este impuesto dependerá de si los propios consistorios revisan también los tipos del tributo para volver a aplicar el catastrazo a sus vecinos.

Los impuestos, a la espera de que el Gobierno obtenga apoyos

¿Qué sube y qué baja en 2019? Salarios públicos y servicios esenciales al alza

 
El grueso de los tributos queda igual este año a la espera de que el Gobierno consiga los apoyos para aprobar las medidas anunciadas, centradas sobre todo en empresas y rentas altas. “Para poder subir o bajar impuestos en los Presupuestos la ley del propio tributo debe contemplar esa posibilidad. Y no se puede crear un impuesto en los Presupuestos, sino que se requiere una ley específica que no sea un decreto”, explica el fiscalista Francisco Javier Martín.
Eso quiere decir que, de aprobarse los Presupuestos y si no hay cambios durante las negociaciones, el Gobierno podrá introducir en ellos la subida del IRPF para las rentas altas con dos nuevos tramos. En el primero, entre 130.000 y 300.000, el tipo subirá del 45% al 47%. En el segundo, a partir de 300.000 euros, el tipo se elevará hasta el 49%. ¿Significa eso que el Estado se quedará con la mitad de lo que cobran? No, esos tipos del 47% y del 49% solo se aplicarán a lo que ganen los contribuyentes por encima de los 130.000 euros y de los 300.000 euros, respectivamente.
En los Presupuestos, el Ejecutivo podrá modificar la base del ahorro para que tributen cuatro puntos porcentuales más hasta el 27% las rentas superiores a 140.000 euros. Y el impuesto de patrimonio, que se planea subir en un punto porcentual hasta el 3,5% para las fortunas por encima de los 10 millones de euros.
Además, se incluiría la equiparación parcial del diésel con la gasolina dejando fuera a los transportistas. Se elevaría la tributación de las grandes empresas para que paguen más por los beneficios generados fuera y un mínimo obligatorio del 15% de la base imponible. Se bajaría el impuesto a las pymes que facturen menos de 1 millón de euros, del 25% al 23%. Se rebajará el IVA de los productos de higiene femenina del 10% al 4%. Y el de los servicios veterinarios, del 21% al 10%.
Por otra parte, el Gobierno quiere crear dos figuras nuevas, y ha empezado a tramitarlas como proyectos de ley. Una de ellas es la llamada tasa Google, que supondrá un gravamen del 3% para servicios digitales como la publicidad online. La otra es el impuesto del 0,2% a la compra de acciones de grandes empresas.
Aunque falta validarlo en el Congreso, el pasado viernes se aprobó un real decreto ley con incrementos de las cotizaciones, del 7% en la base máxima y del 22,3% en la mínima. Tampoco se abonará el impuesto hipotecario. Y las prestaciones de maternidad y paternidad no tendrán que tributar tras dejarlas exentas el Supremo.
TODO SUBE, MENOS EL IPC COCINADO QUE SUBE SÓLO UN TERCIO DEL REAL.

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