martes, 4 de diciembre de 2018

LA EUROZONA APARCA DE NUEVO LA GRAN REFORMA DE LA MONEDA COMÚN.

De izquierda a derecha, los ministros de Finanzas de Alemania, Italia y España.

De izquierda a derecha, los ministros de Finanzas de Alemania, Italia y España

La eurozona aparca de nuevo la gran reforma de la moneda común.


Los Diecinueve alargan su reunión del Eurogrupo hasta la madrugada para tratar de acercar posturas.

Los Diecinueve volvieron a dejar en suspenso este lunes las grandes reformas del euro. A las tres de la madrugada, los países seguían enredados con todos los temas abiertos. Si por la noche fuentes comunitarias afirmaban que estaban cerca del acuerdo en la creación de un cortafuegos para afrontar quiebras bancarias y las nuevas atribuciones del fondo de rescate (Mede), durante la madrugada ni siquiera eso estaba cerrado. Las dos grandes asignaturas pendientes, además, seguían bloqueadas. El rechazo de Alemania alejaba cualquier posibilidad de alcanzar un compromiso para una hoja de ruta sobre el fondo de garantía de depósitos. Y por su parte, Francia trataba de que el presupuesto de la zona euro, al que de entrada de oponían los países nórdicos, no corriera la misma suerte.
A las puertas de una campaña electoral, los líderes europeos se habían dado hasta diciembre para acordar las grandes reformas económicas pendientes: el presupuesto de la zona euro, el fondo de garantía de depósitos o la tasa sobre los gigantes tecnológicos. El presidente francés, Emmanuel Macron, se había propuesto abrir una nueva era para la moneda única con la que librar batalla el próximo mayo a movimientos euroescépticos y populistas.
Sin embargo, ayer los ministros de Economía solo tenían perfiladas las reformas que la ministra de Economía, Nadia Calviño, admitió que, aunque importantes, eran las menos sexies para vender al electorado. El Eurogrupo tenía prácticamente pactadas las reformas que permiten cerrar las patas de supervisión y resolución financieras. Se trataba de una red de seguridad para los rescates bancarios que se usaría como último recurso y que, según fuentes comunitarias, podría entrar en funcionamiento antes de 2024 si se siguen reduciendo riesgos al ritmo actual. Además, discutían los detalles sobre una reforma del Mede para dotarlo de más herramientas para la gestión de crisis.
 
Pero tras 14 horas de reunión, recesos y encuentros bilaterales, los socios del euro no se atrevían a hablar de ningún acuerdo. Y todo ello con una ida y vuelta del ministro francés, Bruno Le Maire, a París para acudir a una reunión urgente. Aun así, fuentes diplomáticas insistían en que querían tratar de atar un acuerdo hasta el último momento y creían que la reunión podía alargarse incluso hasta casi entrada la mañana del martes.
Aunque consiguieran cerrar esas dos reformas, la Unión Bancaria seguiría incompleta. El debate sobre los eurobonos está aparcado y Alemania sigue rechazando el fondo de garantía de depósitos que, según fuentes comunitarias, anoche no tenía ninguna posibilidad de prosperar. La presidenta del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), Danièle Nouy, afirmó el lunes que el riesgo en el sector bancario “se ha reducido lo suficiente para iniciar el camino” hacia ese mecanismo. Pero para el Gobierno de Angela Merkel esa reducción de la tasa de los créditos morosos —hasta el 3,4% en la UE— es todavía insuficiente para compartir riesgos.
En esta ocasión, Italia ha dado a Alemania los argumentos para aplazar el debate. Al desafío que lanzó con un Presupuesto que viola las reglas comunitarias se añade, según fuentes comunitarias, la negativa de Roma a que se fijen límites a la deuda soberana en los balances bancarios. A Berlín no le bastan ni la aprobación de las medidas para reducir riesgos financieros que los ministros prevén sacar adelante hoy ni los números de la Comisión.
“Los países están haciendo sus deberes en la reducción de riesgos. No hay excusa”, afirmaron otras fuentes comunitarias. Horas antes de la reunión, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pierre Moscovici, había advertido que sería “decepcionante” que la reunión no se saldara con un compromiso político sobre ese fondo.

Presupuesto del euro

Los esfuerzos de Macron se han centrado en el Presupuesto de la zona euro. El eje francoalemán presentó en el Eurogrupo de noviembre una propuesta que, aunque acotada a inversiones, era un primer paso para crear un presupuesto anticrisis. Francia y Alemania defienden que, cuando llega una recesión, las inversiones o bien se desploman o hacen que el déficit se dispare, de modo que ese fondo amortiguaría el golpe.
Esa idea de “estabilización” es precisamente de la que reniega Holanda. Su ministro de Finanzas, Wopke Hoestra, tiró de ironía para afirmar que ese proyecto había pasado de ser un “elefante” a un “ratón enjaulado”. Precisamente, ese desinterés de los Países Bajos hacía albergar esperanzas a los defensores del Presupuesto de que todavía era posible arrancar algún acuerdo, aunque a lo largo de la reunión quedó claro que no iba a ser tan fácil. No lo había, en cambio, para el seguro de desempleo europeo, que también estaba en la hoja de ruta de Francia y Alemania para diciembre y que España defendió en la Cumbre del Euro y los últimos Eurogrupos.
La incertidumbre sobre la correlación de fuerzas que puedan arrojar las elecciones de mayo hace temer a la Comisión Europea que se acabe el tiempo para las reformas. Antes de la reunión, Calviño sostuvo que lo importante eran los pasos que se daban, pero Moscovici lamentó que estos no eran muy grandes. En otras palabras, Europa avanza, pero a pasos de tortuga.
NO VEO EL FUTURO CLARO DE LA ZONA EURO NI LA UNIÓN DE EUROPA.

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