viernes, 2 de noviembre de 2018

SÁNCHEZ SIGUE CEDIENDO ANTE EL INDEPENDENTISMO.

La cesión de Tráfico a Navarra arrincona a la Guardia Civil y anticipa un peor servicio.

Sánchez prosigue su apuesta por aumentar la descentralización competencial, mientras la oposición lo considera una nueva cesión por los PGE.

El Gobierno de Pedro Sánchez aceptó el pasado miércoles acceder a la reivindicación de la presidenta de Navarra, Uxue Barkos, para iniciar el traspaso de competencias en materia de tráfico y seguridad vial. Un nuevo gesto del Ejecutivo en materia territorial, tendente a una progresiva descentralización del Estado como respuesta política al reto independentista en Cataluña.
Un progresivo vaciamiento competencial de la Administración Central que responde a la estrategia política de un Sánchez que recientemente ha afirmado en el Congreso de los Diputados que «en España nunca habrá democracia si no hay descentralización y reconocimiento de la diversidad territorial» y confrontando con quienes «tratan de agitar el fantasma de la recentralización».
El acuerdo de esta semana entre Barkos y Sánchez, que incluyeron también el compromiso de «acelerar» las negociaciones para reformar el convenio económico, supondrá el traspaso completo de las competencias de Tráfico en Navarra a la Policía Foral. Hasta ahora lo compartían con la Guardia Civil.

Navarra perderá agentes


El traspaso de las competencias de Tráfico a la Policía Foral supondría que la presencia de la Guardia Civil se reduciría en Navarra en más de un 15%. De los aproximadamente 1.500 agentes que sirven en la Comunidad Foral, en la Agrupación de Tráfico trabajan 230, que se quedarían sin labor en Navarra. Llama la atención que, según los planes del Plan Director de la Policía Foral, la asunción de estas competencias requerirían la incorporación de tan sólo 103 agentes, por lo que el desequilibrio entre la prestación del servicio actual y la situación futura es evidente. Derivando en un peor servicio al ciudadano.
Y es que el anuncio de esta semana no es ninguna sorpresa. Es una cesión demandada tradicionalmente por el Gobierno foral y a la que ahora Sánchez da cauce. En abril de 2017 el Gobierno de Navarra elaboró un Plan Director de la Policía Foral que veía tres posibilidades de futuro para la policía autonómica. La primera era que se quedara como está. La segunda opción era que asumiera las competencias de Tráfico y de Medio Ambiente, las dos que comparte con la Guardia Civil. La tercera opción era que la Policía Foral asumiera todas las competencias posibles. El Plan Director no ha podido aprobarse todavía porque primero se debe aprobar una Ley Foral de Policías que permita la expansión de la policía autonómica. Sin embargo, con el acuerdo entre Pedro Sánchez y Uxue Barkos, la primera de las opciones ya desaparece. Y se acerca la posibilidad de que se implante la tercera opción a pesar de que todavía no se ha aprobado el citado plan.
El mismo presidente del PNV en la Comunidad Foral, Unai Hualde, que es parte de la coalición Geroa Bai de Barkos, afirmó nada más conocerse el acuerdo entre Sánchez y Barkos que Navarra debe «ir progresivamente a tener los efectivos necesarios de Policía Foral para estas tareas, sustituyendo progresivamente a la Guardia Civil». En un contexto en el que Sánchez debe negociar los Presupuestos también con el PNV.

Claudicación

Algunos dirigentes socialistas, obligados ahora a respaldar la decisión del presidente Sánchez, se resguardan en que se quedan en Navarra otras competencias que corresponden a la Guardia Civil, por lo que no existe tal expulsión de agentes.
L a noticia ha despertado las críticas de la oposición, en el marco además del acto promovido por Ciudadanos en Alsasua este domingo y en el que ha habido polémica por la anunciada presencia de PP y VOX. El portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, veía en esta noticia «un motivo más para estar este domingo en Alsasua». La vicesecretaria Andrea Levy considera que se está asistiendo a «la laminación por etapas del Gobierno de España en cuanto a la unidad nacional». Y recuerda como el pasado 1 de octubre en Cataluña «se vio hasta que punto la renuncia de competencias del Estado en estas materias significa no solo la desaparición física sino también la incapacidad reactiva en un momento de necesidad» Atribuye la decisión de Sánchez a su convicción de que nunca «podrá gobernar sin aliarse con nacionalistas», anticipando que esas cesiones «por mero partidismo» luego derivan en «deslealtad institucional y disfunción del sistema competencial». Por parte de Ciudadanos, su portavoz Juan Carlos Girauta, carga contra la «inconsistencia y frivolidad» de Sánchez por estar dispuesto a «intercambiar cuestiones estructurales por pequeños beneficios coyunturales». Lo enmarca en la negociación presupuestaría y cuestiona el fraccionamiento competencial.
SÁNCHE SE VA ESTRELLAR EL Y SU PARTIDO.

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