Tumba de Francisco Franco en el Valle de los Caídos
Los Franco piden honores militares para el entierro del dictador en La Almudena.
La familia se ampara en un decreto de 2010 que establece que a los mandos del Ejército les corresponde la interpretación del himno y una descarga de fusilería.
Además de pedir que los restos de Franco se entierren en una cripta de la catedral de La Almudena, en pleno centro de Madrid, si finalmente sus alegaciones oponiéndose a la exhumación son rechazadas, la familia del dictador ha solicitado que el entierro se produzca con honores militares.
Los nietos de Franco citan el decreto de 2010 por el que se aprobó el reglamento de honores militares, que recoge la interpretación del "himno nacional completo, con arma presentada, una descarga de fusilería y la salva de cañonazos que corresponda". El decreto establece como destinatarios de tales honores fúnebres al Rey, la familia real y los infantes de España; el presidente del Gobierno; el ministro de Defensa; el jefe del Estado Mayor de la Defensa; el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire y a oficiales generales.
El Gobierno se comprometió a hacer un traslado de los restos del dictador "con respeto y dignidad", pero en ningún momento barajó la idea de hacerlo con honores militares. La idea supone una contradicción en sí misma, ya que lo que pretende el Ejecutivo al trasladar a Franco fuera del Valle de los Caídos es precisamente que el dictador no disponga de un lugar de enterramiento privilegiado y entre miles de las víctimas de la Guerra Civil que desató en 1936. Franco ya recibió honores militares en su entierro, el 23 de noviembre de 1975. Un camión militar trasladó el féretro desde el Arco del Triunfo de la Moncloa hasta el mausoleo. Previamente, el rey Juan Carlos y la reina Sofía presidieron una misa en la plaza de Oriente, acto al que siguió un desfile militar ante el ataúd.
El lugar elegido por la familia para el nuevo enterramiento, una cripta de la catedral de La Almudena, en pleno centro de Madrid y en una zona donde abundan los turistas, ya presenta un problema para el Ejecutivo, que desea evitar a toda costa que la nueva tumba de Franco se convierta en un lugar de peregrinación de franquistas. La familia dispone allí de una cripta donde depositaron las cenizas de la hija del dictador, Carmen Franco, y tiene un panteón en el cementerio de El Pardo donde yacen los restos de su esposa, Carmen Polo.
El precedente de Sanjurjo
Los restos del general golpista José Sanjurjo fueron exhumados en noviembre de 2016 del monumento a los caídos de Pamplona, en cumplimiento de la ley de memoria histórica, y posteriormente inhumados en el Panteón del Regimiento de Regulares de Melilla, en una polémica ceremonia porque a la misma asistieron el presidente de la ciudad autónoma, Juan José Imbroda, del PP, y el comandante general de Melilla, el general Fernando Gutiérrez, acompañado por una pequeña comisión de militares. La Comandancia General de Melilla explicó entonces, a través de un comunicado, que “no hubo honores militares, no formó ninguna unidad ni piquete”, ni tampoco hubo “ningún guion [banderín] ni cornetín”. Los restos, no obstante, fueron trasladados desde la base de Colmenar Viejo (Madrid) hasta Melilla a bordo de un helicóptero del Ejército de Tierra.
Una reciente sentencia, que aún no es firme, ordenó devolver los restos del general Sanjurjo al monumento a los caídos de Pamplona del que fueron exhumados en 2016.
CASI TODO EL MUNDO SE HABÍA OLVIDADO DE ÉL Y AHORA LO RESUCITAN
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