miércoles, 24 de octubre de 2018

CATALUÑA SITÚA AL INGLÉS POR DELANTE DEL CASTELLANO EN LAS AULAS.

Cataluña sitúa al inglés por delante del castellano en las aulas.

El nuevo plan lingüístico de la Generalitat extiende la inmersión en catalán a las actividades extraescolares y de ocio.

Casi 40 años después de arrancar la inmersión lingüística en Cataluña -que establece el catalán como única lengua vehicular en la enseñanza-, la Generalitat anuncia ahora un replanteamiento en el modelo para «adaptarlo» a la nueva realidad lingüística y social de las aulas tras la llegada masiva de alumnado extranjero. Este nuevo escenario se perfila en base a dos objetivos fundamentales: reforzar la inmersión en catalán, extendiéndola también al ámbito social -a través de los planes educativos de entorno-, y que las lenguas extranjeras ganen presencia en las aulas, también a nivel curricular.
En el nuevo «Modelo lingüístico del sistema educativo de Cataluña», consultado por ABC, el castellano, pese a ser lengua cooficial en Cataluña y una de las que deben dominar los alumnos al acabar la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), sigue marginado en las aulas y no se contempla aumentar su presencia en el currículo, mientras que el inglés, como primera lengua extranjera, gana protagonismo e incluso se abre la puerta a trabajar dentro de la escuela y en horario lectivo otras lenguas foráneas como el árabe o el chino.
Así lo confirmó ayer en declaraciones a este diario el subdirector general de ESO y Bachillerato del departamento de Enseñanza de la Generalitat, Josep Vallcorba. «Eso no significa que vaya a haber una asignatura que se imparta en chino o en árabe. La idea es que las lenguas de origen de los alumnos se trabajen también en el aula a través de proyectos educativos que, por ejemplo, impliquen la búsqueda de información de un tema en varias lenguas, la puesta en común de experiencias multilingües, etc..», explica Vallcorba, a la vez que aclara que el nuevo modelo de usos lingüísticos «no cambia mucho, en realidad es la reeedición o actualización del modelo existente».

El experto del Govern recuerda que desde hace años los centros tienen la posibilidad de aumentar las horas en castellano «si lo exige la realidad sociolingüística del alumnado». Sin embargo, en la práctica la mayoría de los centros mantienen la inmersión.

Nuevas realidad multicultural

«Cuando arrancó la inmersión había dos lenguas en las aulas, el catalán y el castellano, ahora hay más de 250», dice el experto de la Generalitat. El modelo «revisado», que mantiene el catalán como «lengua vehicular vertebradora del conjunto del sistema educativo» -eso a la práctica se traduce que la práctica totalidad de las asignaturas se imparten en esta lengua, excepto Lengua Castellana y Lengua Extranjera-, pretende (como hasta ahora) que los alumnos «al finalizar la etapa de educación obligatoria tengan un buen dominio de las dos lenguas oficiales (catalán, castellano y aranès en la Vall d’Aran) y «un grado de competencia suficiente en una o dos lenguas adicionales, así como la capacidad de convivir en una sociedad multilingüe y multicultural».
En cuanto al conocimiento del inglés, el documento marca que al acabar la ESO los alumnos deben acreditar el nivel B1 y al acabar el bachillerato el B2 . También fija objetivos a conseguir en el dominio de la segunda lengua, que aconseja que sea el francés (A2 tras la etapa obligatoria y B1 al concluir el bachillerato).
«Si un centro decide llegar a este nivel de inglés impartiendo dos asignaturas en esta lengua o a través de proyectos o experiencias que fomenten el plurilingüismo, tiene total libertad para hacerlo porque hay autonomía de centros», aclara el responsable del departamento, quien recuerda la potestad de cada centro en fijar su propio proyecto de lenguas.

No contempla las sentencias

En su nueva revisión del modelo lingüístico educativo, los autores aluden al marco legal que avala la inmersión –Ley de Política Lingüística (1998 ), Estatut, la Ley Educativa Catalana (2009)–, pero obvian el reguero de sentencias lingüísticas de los últimos años –el contundente fallo del Tribunal Constitucional de 2010, que puso en la cuerda floja la inmersión lingüística, varias sentencias del Tribunal Supremo (TS) que exigen el bilingüismo en las aulas y otros tantos pronunciamientos más del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) y del TS que obligan a restaurar la casilla lingüística– que avalan una mayor presencia de la lengua común en la escuela.
Así, en el texto no hay cambios respecto al papel del castellano, que sigue relegado a una sola asignatura, excepto en los casos que la justicia dicta aumentar su presencia. La adaptación del modelo se produce tras momentos convulsos en las relaciones entre el anterior Gobierno (PP) y el Ejecutivo catalán por las acusaciones de manipulación ideológica y adoctrinamiento en algunos centros, y tras un período de intervención estatal (PP) en el que tampoco hubo un cambio de timón para garantizar el cumplimiento de las sentencias lingüísticas. Actualmente y después de que, en febrero de 2018, el TS tumbara la vía Wert para costear la enseñanza en castellano en Cataluña, solo tienen derecho a recibir más clases de castellano los hijos de aquellas familias que han sido respaldados por la justicia. Su derecho se traduce en un 25 por ciento más de castellano, lo que a nivel curricular se traduce en una asignatura más en esta lengua.
Rafael Vallcorba matiza que «los centros educativos tienen plena autonomía para aplicar más castellano en sus aulas si así lo requiere la realidad sociolingüística del alumnado».

Castellers y extraescolares en catalán

Otro de los objetivos es, una vez conseguido que el catalán sea lengua hegemónica en las aulas, extender el uso del catalán al ámbito social, algo así como llevar la inmersión más allá de los centros. En este sentido, en el Govern propone hacerlo a través de los denominados «planes educativos de entorno».
El documento concreta que «la necesidad de hacer de la lengua catalana un elemento de cohesión social e igualdad de oportunidades, obliga, más allá de adquirir una buena competencia lingüística, a potenciar el catalán como una lengua de uso». Por ello propone, a través de estos planes, «practicarlo en entornos directamente vinculados a las propias experiencias emocionales y lúdicas».
En este sentido, el documento propone que con la colaboración de la comunidad educativa y las instituciones se potencie el uso del catalán en «contextos reales» y se promueva «la participación del alumnado y sus familias en diferentes espacios educativos: desde el aula hasta las actividades extraescolares y aquellas que se ofrecen desde diferentes entidades del territorio, sobre todo en el ámbito del ocio (coros, castellers, casals, entidades deportivas..), porque son espacios óptimos de relación que fomentan la interacción social».
Para garantizar el éxito de su revisión del modelo lingüístico, el Govern pide la implicación del profesorado y los equipos directivos y, en este sentido, recuerda que los centros tienen plena autonomía para seleccionar a aquellos profesores que se ajusten a su proyecto lingüístico.

De espaldas a los sindicatos

El nuevo modelo lingüístico en la enseñanza presentado ayer por el Govern cogió por sorpresa a los sindicatos. Centrales mayoritarias en el sector como Comisiones Obreras acusaron de nuevo al departamento de Enseñanza de gestar estos cambios, en los que se implica directamente al profesorado y a la comunidad educativa «sin tener en cuenta a los profesionales del ámbito». «Un plan que se aplicará en los centros no es lógico que se geste sin tener en cuenta la opinión de los profesores», indica en declaraciones a ABC Teresa Esperabé, responsable de Política Educativa del sindicato.

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