Foto. José Ángel Miyares Valle
¡SOY LIBRE¡
Si Vd. quiere pasar un fin de semana ameno con su
familia deje el teléfono apagado en casa y olvídese del continuo tintineo de
aviso de mensajes.
El otro día fui capaz de hacerlo y al llegar el lunes temía
abrirlo para ver el cumulo de mensajes que tendría pero lo he logrado y me he
sentido libre.
Así como suena libre, era yo, a mi aire, estaba
dedicado a pensar en otras cosas, a ver la naturaleza resplandeciente, a
observar las flores, oír el trino de los pájaros, ver los polluelos recién
salidos del nido haciendo sus ensayos de
vuelo, las nubes formar
caprichosas figuras, a recordar mi infancia ,mi juventud, ver la gente deambular
por la calle a remolque de su móvil, a escuchar los ruidos, los murmullos, las
voces humanas, las risas, las conversaciones, el bullicio humano... a ser yo sencillamente.
¡Dejé el celular
en su casa apagado¡ olvídese por 48 de sus amigos virtuales que le atosigan con
mensajes inocuos, insípidos, con cosas banales, donde cada uno se siente muy importante
por mandar una foto sin sentido o un video que no viene al cuento, por subir una
frase que tampoco lo tiene para ved y Vd. por ser complaciente le dedica un le
gusta para quitárselo de encima y no traumatizarlo. Eso le perjudica en su
desvarío, porque cree que lo que hace le gusta a la gente, mas ese cúmulo de gente que obra de buena fe para
evitar decir que no tiene gracia, pulsa
me gusta, que no le cuesta nada y el amigo se siente feliz, inteligente,
importante, cuando es todo lo contrario, así que en lo virtual se da la paradoja que lo bondadoso
puede resultar perjudicial.
Podemos decir que nos han hecho homofóbicos y podemos
conjugar a coro el verbo "nomofobiar" como recíproco yo te hago nomofóbico,
tu me haces nomofóbico y todos nos hacemos un poco nomofóbicos.
¿Es Vd. capaz de pasarse un fin de semana sin abrir el
celular? NO, pues no lo dude que es nomofóbico y esclavo del tintineo, no es Vd.
libre, le han tiranizado y no se da cuenta. Yo lo he vencido, ya no soy tan nomofóbico,
inténtelo aunque sea por unas horas y verá lo difícil que es.
José Ángel Miyares Valle.
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