viernes, 2 de marzo de 2018

LOS PRECIOS SUBIERON 10 VECES MÁS QUE LOS SALARIOS EN 2017.

Los salarios subieron un 0,2% en 2017, diez veces menos que los precios.

Las remuneraciones aumentaron menos que las pensiones y al mismo ritmo que la productividad.

Por segundo año consecutivo, los trabajadores perdieron poder de compra en 2017 ante la moderación con la que crecieron los salarios. La remuneración por asalariado repuntó un escueto 0,2% el año pasado, tomando la media de crecimiento interanual de los cuatro trimestres de 2017, lo que supone un avance frente al 0,4% que cayó en 2016. Pese a ello, los sueldos aumentan muy por debajo de lo que crecen los precios: hasta diez veces menos que el 2% que aumentó la inflación media anual en 2017. Así lo atestiguan las cifras de contabilidad nacional que publicó ayer el INE, que incluyen que el Producto Interior Bruto repuntó por tercer año consecutivo más de un 3%.
De esta forma, la retribución por asalariado crece incluso menos que lo que se revalorizaron las pensiones en 2017, un magro 0,25%. Precisamente, después de las protestas de miles de jubilados en 83 ciudades la semana pasada, que llegaron a saltar el cordón policial del Congreso de los Diputados reclamando una subida mayor de sus prestaciones, ayer se repitieron marchas de pensionistas congregados por los sindicatos CC.OO. y UGT, que en Madrid se dieron cita frente al Ministerio de Hacienda. «La idea es que las pensiones y lo que perciban las personas que han trabajado toda su vida sea lo máximo que se pueda permitir el sistema», afirmó al respecto la secretaria de Estado de Economía, Irene Garrido.

Tensiones del sistema

Sin embargo, para ello los ingresos por cotizaciones, ligados al número de trabajadores pero también a sus salarios, deben aumentar más, ya que el gasto en pensiones crece con fuerza ante el aumento del número de jubilados, el alargamiento de la esperanza de vida y a que los pensionistas que se jubilan lo hacen con prestaciones mayores que los que abandonan el sistema.
Lo cierto es que pese a que la remuneración total de los asalariados aumentó un 3,3% hasta los 550.272 millones de euros, ello se debió en buena parte a que el número de trabajadores, medido en puestos equivalentes a tiempo completo, también creció por la creación de empleo. En concreto el número de ocupados repuntó un 2,8%: al haber un mayor número de empleados, el dinero contante y sonante dedicado a cubrir sueldos aumenta con fuerza por el volumen.
Descontado este efecto, la productividad creció al mismo ritmo que los salarios, un 0,2%. Ello indica que pese a la positiva salud del empleo, la productividad sigue avanzando en porcentajes pequeños, toda una asignatura pendiente de la economía española. La elevada temporalidad del mercado laboral -en parte ligada a sectores fuertes en la economía española como el turismo- no ayuda a que este indicador aumente, y reduce la inversión en formación de las empresas que más utilizan esta fórmula.

Competitividad

La secretaria de Estado de Economía ligó ayer este aumento del 0,2% de las remuneraciones a «la crisis y a la recuperación de competitividad perdida». «Estamos viendo una normalización de los salarios: antes cayeron, ahora empiezan a subir», para apuntar que es un tema que «tiene que hablarse entre empresas y trabajadores» ya que el Gobierno «ya ha subido el SMI». El Ejecutivo incrementó el Salario Mínimo Interprofesional un 4% hasta los 735,9 euros mensuales en 14 pagas.
CEOE y sindicatos no llegaron a un acuerdo en la negociación colectiva, que sigue empantanada. La subida salarial pactada por convenio fue del 1,43% en 2017, pero este dato contempla solo a los trabajadores bajo convenios colectivos.
Asimismo, el 0,2% supone un porcentaje bastante inferior al 1,1% que preveía el Gobierno en el Programa Presupuestario remitido a Bruselas. Para este año también espera otro 1,1%: pese al aumento, ello también supondría una merma del poder de compra de los trabajadores, ya que las previsiones de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas) contemplan una inflación media del 1,6% este año, mismo porcentaje de deflactor de consumo privado que pronostica el Gobierno.

El paro sigue alto

De esta forma, los trabajadores han perdido poder adquisitivo por segundo año consecutivo: en 2016 la inflación cayó un 0,2% pero la remuneración por asalariado menguó más, un -0,4%.
«El gran factor que explica que los salarios no suban con la fuerza con la que lo hace la economía es que la tasa de paro aún sigue siendo muy alta. Ello provoca que no haya una gran presión al alza para que suban los salarios», analiza la economista de Funcas, María Jesús Fernández. Pese a la creación de 506.000 empleos en 2017, el desempleo cerró en el 16,4%.
Al observar los sectores que tuvieron un mayor tirón en el empleo en la parte final del año, a tenor de las cifras del INE, la construcción aumentó la ocupación un 6,6% en el cuarto trimestre del año, el sector donde más aumentó, junto a los servicios inmobiliarios (un 6,3% más) y los de información y comunicaciones (un 6,1%). Pero pese a la creación de empleo, los salarios aún aguardan la recuperación del bolsillo.
Y LOS PRECIOS SE DISPARAN EN LOS PRODUCTOS DE PRIMERA NECESIDAD POR LA ESPECULACIÓN COMERCIAL.

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