MI ACRÍLICO. José Ángel Miyares Valle
"El
poder de Google no es democrático"
La
escritora madrileña Belén Gopegui presenta 'Quédate este día y esta noche
conmigo', un libro en el que reflexiona sobre la deshumanización tecnológica,
la desigualdad social y la necesidad de reivindicar los afectos.
Vuelve
Gopegui. Vuelven sus novelas-dique; historias con las que ganar un poco de
tiempo y armarnos de sentido para entender mejor lo que duele. Vuelve con Quédate
este día y esta noche conmigo (Literatura Random House), título que
apela y necesita del otro. Epígrafe suplicante que nos habla de intimidad, pero
también de un “afuera” nada acogedor, un “afuera” robótico y deshumanizado al
que Gopegui planta cara a base de vínculos.
A
esa apuesta por el calor de los cuidados y la intimidad contrapone la autora
una distopía logarítmica que encarna el buscador de buscadores, el ojo que todo
lo lee —también estas líneas, andaremos con cuidado—: Google. “Intentamos poner
freno a un poder [político] que más o menos, aunque yo no lo crea del todo, en
teoría es democrático, y en cambio a Google no le ponemos ningún tipo de
freno, y este sí que no es democrático porque no lo hemos elegido, ni se ha
presentado a nada”, lamenta la escritora.
"Google
trabaja con material sensible que nos pertenece directamente"
Es a
ese poder omnipresente al que Gopegui inquiere a través de Mateo y Olga; él un
joven postulante para trabajar en Google, ella una empresaria retirada que
echará una mano al bisoño candidato en la redacción de una insólita solicitud
de empleo. De ese vínculo intergeneracional y de esa misiva remitida a un
peculiar interlocutor corporativo surgirá el poso contrahegemónico de la
novela, evidenciando que algo falla en nuestra sociedad cuando damos vía libre
a un invento tan intrusivo como el que nos ocupa: “Google forma parte de
nuestro día a día más que un adulterio, un adulterio te puede ocupar cuatro
tardes al mes, pero Google está presente casi todo el día y apenas lo tratamos
en la narrativa”.
Ni
que decir tiene que Gopegui aboga por atajar el problema desde la colectividad:
“Creo que debemos organizarnos para frenar el poder de estas corporaciones que
afectan a nuestra vida diaria. Google está trabajando con material sensible que
nos pertenece directamente, está trabajando con el pensamiento y la
inteligencia, estos recursos no se pueden dejar en manos de cuatro
empresarios”.
Una
oportunidad perdida. La Red de redes y su puerta de entrada vía Google, pese a
sus nobles y variadas propuestas cooperativas, ha derivado en un sálvese quien pueda
cibernético, un ámbito de autopromoción desaforada y debate obtuso. “Yo pensaba
que la red nos iba a entrelazar de alguna forma, nos iba a enseñar a ser más un
enjambre que un puñado de individuos aislados, pero al final está ocurriendo lo
contrario”, explica la autora de Lo real, para quien el nuevo espacio público
que se abre ante nuestras pantallas fomenta un aislamiento cada vez más
preocupante. “Desde mi punto de vista nos hace más solitarios. Me gusta la
imagen de una letra en un palabra; no somos átomos sueltos, somos sólo
dentro de algo que significa más de lo que significa una persona sola”.
Así
las cosas, podemos apelar a la responsabilidad social y a un intento
regulatorio de determinadas prácticas empresariales vinculadas a Internet, pero
sobre todo podemos y debemos apelar a la literatura: “La literatura siempre
está reflexionando sobre cómo se producen nuestros miedos y nuestros deseos,
de esta forma terminas por encontrar el impulso necesario para oponer
resistencia a aquellos que te quieren oponer unos miedos y unos deseos que no
son los tuyos”.
¿TODOS ESTAMOS EQUIVOCADOS? NO ME PARECE, HAY QUE SUFRIRLO CUANDO TIENES UN ENTRETENIMIENTO Y UNA ILUSIÓN QUE NO HACE DAÑO A NADIE SALVO A LOS CORRUPTOS QUE INTENTA DESENMASCARARLOS.
Critica la autora al tiempo que utiliza el medio causante de su crítica. Incongruencia.
ResponderEliminarsi este medio hasta hora era le que mejor difusión nos daba pero hoy en el ABC dice que Google pone unas nuevas plataformas para evitar las noticias falsas. ¿Cuáles son falsas y verdaderas?¿Dónde está el limite y quién lo define? Amiga Carmen, esto me preocupa mucho. ¿ Dónde van a estar los límites'
ResponderEliminar