Pensiones públicas: por qué es importante mantenerlas y que sean suficientes.
España, con su sistema público de pensiones, logra tasas de sustitución elevadas que reducen el riesgo de pobreza de los mayores de 65 hasta niveles más bajos que los de la media europea.
Las pensiones públicas están en riesgo por un conjunto de factores entre los que el más importante no es la pirámide de población, sino la menguante calidad de los puestos de trabajo que consiguen los más jóvenes y que se van extendiendo a todas las edades, la elevada tasa de paro y las rebajas y bonificaciones que se aplican a las cotizaciones a la Seguridad Social, así como el techo a las contribuciones que realizan los salarios más elevados, cuya base de cotización ha quedado este año congelada en los 3.751 euros.
Las últimas reformas acometidas no atacan el fondo del problema, es decir, la mejora de la calidad del empleo, o el cambio de base de la estructura productiva del país para que sea capaz de proporcionar más puestos de trabajo y mejor remunerados. Ni siquiera han procurado asegurar o mejorar su financiación elevando tipos o bases de cotización. Ni han intentado arañar recursos procedentes de otras fuentes de ingresos del Estado. Ni han dejado de financiar pensiones de orfandad y viudedad con la caja de la Seguridad Social para que se hagan cargo de ellas los presupuestos generales del Estado. La idea que se ha impuesto ha sido ir dejando morir a unas pensiones públicas que tenían la vocación de la suficiencia; ha sido ir dejando que paulatinamente vayan mermando con edades de jubilación cada vez más tardías y con oscuras fórmulas de cálculo que van provocando que, con el paso de los años, vayan bajando en cuantía.
Si la mala calidad del empleo, la precariedad y los bajos salarios se perpetúan, si las carreras laborales van siendo cada vez más irregulares, si cada vez va siendo más difícil acumular derechos para cobrar una pensión de jubilación, el mero paso del tiempo irá reduciendo el gasto en pensiones.
Ésta es sólo una hipótesis o una predicción. Vayamos a los datos que muestran por qué merece la pena preservar un sistema público de pensiones como el español, que tiene la vocación de que sea suficiente para mantener una vida digna en la vejez.
España no gasta más que el resto
¿Cómo ha evolucionado el gasto en pensiones en España? Según datos recogidos por Eurostat, si en 2004 se destinaba el 8,9% del PIB al pago de pensiones, en el 2015, último año del que hay información disponible, alcanzaba el 12,6%, una cifra que se encuentra por debajo de la media comunitaria, que en 2014 (último año del que hay estadísticas) se colocaba en el 13% (o en el 13,6% para los países del euro). La Unión Monetaria gastaba en 2004 una cantidad equivalente al 12,2% del PIB en pensiones. El gasto europeo en pensiones ha aumentado, pero a menor ritmo que en España. Y, con todo y con eso, España gasta menos en términos relativos que la media comunitaria.
El país que en 2015 más gastaba en pensiones era Grecia (17,8% del PIB), seguido de Italia (16,5%), de Francia (15%) y de Austria (14,6%). También por encima de la media comunitaria y, por tanto, por encima de la cifra española, se encontraban Dinamarca (13,5%), Holanda o Finlandia (13,1%).
LAS PENSIONES NO PUEDEN SER INSUFICIENTES PARA QUE LAS PERSONAS MAYORES SE MUERAN DE HAMBRE Y FRIO.¿OS ES LO QUE SE PRETENDE?¿ESTORBAN LOS VIEJOS?¿SON UNA CARGA PARA UNA SOCIEDAD DE RICOS MATERIALISTAS?
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