viernes, 23 de febrero de 2018

GOOGLE NO ME HA DEJADO COMENTAR LA ENTRADA ANTERIOR.


MI ÓLEO. José Ángel Miyares valle
 
GOOGLE, YA TARDABAIS, HOY ME ESTAIS MANIPULANDO EL Nº  VISITAS AL BLOG , LA CIRCULACIÓN DEL MISMO, Y LA FOTOS QUE NO ME DEJÁIS ADAPTARLAS. GOOGLE NO ME DEJA AMPLIARLAS QUIZÁS QUIERA ACABAR CON LOS BLOGS, PARA LLEVARLO TODO A GOOGLE PLUS, QUE ES DONDE SACA MAS RÉDITO DE TODO, PERO DE LO QUE PUBLICAS NO TE QUEDA NADA ,YA QUE NO HAY SOPORTE COMO EN LOS BLOGS.
VAYA PARA VOSOTROS MI POESÍA QUE YA CONOCEREIS, DE MEMORIA.
¡GOOGLE¡ YA OS PARECE QUE TENGO MUCHAS VISITAS EN EL BLOG Y NO OS INTERESA MIS COMENTARIOS.
PARA VOSOTROS CENSORES Y MANIPULADORES DE GOOGLE.
 
“EL YUGO DEL SIERVO”
 
No me pongáis yugos a mi cuerpo
Ni cadenas, ataduras, barrotes o rejas
No me obliguéis a aceptar la injusticia.
 
Flagelareis mi cuerpo, romperéis mis huesos
Pero mi mente será como un pájaro,
Libre que entonará el canto de la libertad.
 
Con ella no podréis, es mía y solo mía
No me haréis callar aunque la mordaza
Impida pedir justicia, gritaré y gritaré,
Con ígneo fuego en mis ojos.
 
Ya me cortéis las cuerdas bucales,
Mi sangre sobre la arena seguirá,
Clamado justicia al Dios Universal.
 
Mi cuerpo se enervará tembloroso,
En común unión y rebelión contra
Lo injusto, mezquino,  la tortura sutil.
 
No doblaréis mis viejas rodillas, aunque
Me partáis las piernas con calumnias.
No doblaré mi cabeza en reverencia,
Aunque me la aplastéis con una gran losa.
He luchado por la justicia en vida,
y así moriré en lucha sin cuartel.
 
En mi losa quiero que figure el epitafio
Aquí yace quien vivió y murió
Defendiendo la dama de la venda.
Manteniendo con sus obras el equilibrio,
De su balanza con el deseo de que,
El platillo de la honradez justa pese,
Desequilibrando al de las mezquindades humanas.
 
Me enterraréis clamando al Dios del universo,
Mi dios Divino que todo lo ve y puede
Con los brazos estirados, rígidos,
Por la ira y el rigor de la muerte.
 
Y si no hay justicia tendréis,
Que romperme los huesos de los brazos,
Para que mis manos no emerjan crispadas,
De la fría, húmeda  tierra clamando,
Al  estrellado firmamento la Eterna Justicia.
 
Autor: José Ángel Miyares Valle

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