miércoles, 31 de enero de 2018

JUNCKER,EL NACIONALISMO ES LA GUERRA.

Jean-Claude Juncker junto al expresidente español Felipe González, durante el acto.

Jean-Claude Juncker junto al expresidente español Felipe González, durante el acto

Juncker: “El nacionalismo es la guerra”


El presidente de la Comisión Europea carga contra los nacionalismos y la extrema derecha en el ciclo España 40-40 organizado en Bruselas

El nacionalismo como amenaza al proyecto europeo. Esta ha sido la consigna en el ciclo de conferencias España 40-40 organizado en Bruselas por EL PAÍS. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha cargado este miércoles con inusitada dureza contra los nacionalismos y la pujanza de la extrema derecha. Con los ecos de Mitterrand resonando alto y claro ("el nacionalismo es la guerra", ha citado el jefe del brazo ejecutivo de la UE), Juncker ha asegurado que la incertidumbre política se ha reducido tras un último año más benévolo con el continente. "Pero el riesgo sigue ahí, no ha desaparecido. Y hay que combatirlo", ha exclamado.
"El nacionalismo es veneno", dijo Juncker en una entrevista reciente. "El nacionalismo es la guerra", ha parafraseado hoy al expresidente francés François Mitterrand. El populismo nacionalista y la extrema derecha, según el jefe de la Comisión, suponen "la gran amenaza" para Europa, pese a que no terminan de llegar a los Gobiernos en los grandes países. "El problema no son tanto esos partidos como los partidos tradicionales que los imitan", ha dicho Juncker, que pertenece al centroderecha europeo. Juncker, que no se ha referido expresamente al desafío independentista catalán, sí ha repasado la contribución de España a la construcción europea al señalar que el país "se ha comportado como uno de los Estados miembros fundadores" en sus más de tres décadas dentro de la UE, tiempo en el que ha conseguido "desmontar prejuicios".
El expresidente del Gobierno Felipe González, que ha compartido mesa con Juncker, ha calificado las corrientes nacionalistas, propias de otros tiempos en el Viejo Continente, de "virus". Y lo ha dicho  precisamente en un contexto en el que España se ve sumida en una profunda incertidumbre política derivada de la crisis catalana empujada por los sectores secesionistas. La deriva autoritaria y ultranacionalista de países socios como Polonia y Hungría, también han alimentado el temor al que Bruselas debe dar una respuesta unida.
González, que participó en un cara a cara organizado por este periódico, con el patrocinio de BBVA, Iberdrola, Iberia, NH Hotel Group, Repsol, Santander y Telefónica y moderado por el periodista de esta casa Xavier Vidal-Folch, apuesta, dice, por una solución política a la crisis catalana, aunque admite que Carles Puigdemont y los demás consejeros huidos de la justicia española en Bélgica deben rendir cuentas ante el poder judicial "por responsabilidad ciudadana". El expresidente deseó que la ciudadanía que ha votado a los partidos secesionistas (un 47% de votantes) se dé cuenta de sus graves consecuencias para la convivencia en España y Europa.
"Toda ciudadanía comporta un paquete de derechos y obligaciones. [Los independentistas] Tienen todos los derechos, empezando por la presunción de inocencia o el derecho a la representación mientras nadie se lo impida con una resolución judicial", declaró González tras defender que se deben presentar ante el poder judicial.
ES LA DESTRUCCIÓN DE EUROPA Y TODO ES POR LAS INJUSTICIAS SOCIALES Y LOS SUELDOS DE HAMBRE ESTABLECIDOS.

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