lunes, 26 de junio de 2017

HONG KONG LA CIUDAD DE LAS CASAS ATAUD.

  FOTOGALERÍA:   Unas 200.000 personas de los 7,3 millones de residentes de Hong Kong viven en 'casas ataúd'.

Unas 200.000 personas de los 7,3 millones de residentes de Hong Kong viven en 'casas ataúd'

Un millonario paga 600.000 euros por una plaza de garaje en Hong Kong.


La vivienda en la región presenta abruptos contrastes: 'Casas ataúd' y aparcamientos a precio de mansión.

Al entrar en su casa de Mong Kok, una de las zonas con mayor densidad de población del planeta, Tony se asoma desde uno de los agujeros que alberga el estrecho pasillo. “En el piso el único espacio común es un váter para 15 personas pero no huele mal, cada uno se ocupa de lo suyo”, relata este chino de 39 años desde uno de los 16 cubículos de poco más de un metro del piso subdividido donde vive en Hong Kong. Por este nicho para vivos, Tony paga unos 200 euros al mes y engrosa la lista de 200.000 personas que, según las autoridades locales, viven en las llamadas “casas ataúd”.
Mientras que para ellos el acceso a una vivienda digna es impensable, Kwan Wai-ming representa el polo opuesto. Este director ejecutivo de la compañía financiera Huarong Investment acaba de pagar 593.981 euros por la plaza de garaje más cara del mundo, según los medios locales. En total, 17,5 metros cuadrados de asfalto en el complejo de apartamentos Upton del céntrico barrio de Sai Ying Pun, donde a partir de ahora podrá aparcar uno de sus coches de lujo.
Esta operación bate el anterior récord establecido por otro empresario, que pagó 550.000 euros por un estacionamiento en un bloque de lujo en la calle Conduit de Mid Levels, también en la isla de Hong Kong. Ambas transacciones son tan solo un ejemplo de los estratosféricos precios que ha alcanzado el mercado inmobiliario en la excolonia británica. La alta densidad de población y el control por parte del Gobierno para sacar a la venta nuevas parcelas han contribuido a la especulación y a inflar los precios en una ciudad que para numerosos chinos de la parte continental es el lugar idóneo para guardar su dinero.
Las historias de Tony y de Kwan representan las dos caras de la misma moneda. Por un lado, el desarrollo urbanístico de la ciudad ha enriquecido a muchos propietarios y constructores, mientras que por el otro la preocupación entre los jóvenes residentes para acceder a una vivienda ha ido en aumento. Según los cálculos de Bloomberg basados en datos del Departamento de Censos y Estadísticas, un hongkonés con unos ingresos mensuales de 1.700 euros necesitaría más de ochenta años para pagar un apartamento de 45 metros cuadrados en el centro, un asunto que ya en 2014 fue clave en las masivas protestas que ocuparon el distrito financiero.
Desde entonces, los líderes de la ciudad han tratado de disuadir a los especuladores mediante nuevas medidas, como la de elevar ciertos impuestos para los compradores de una segunda vivienda, u ordenar a los bancos reducir hasta un 40% los préstamos destinados a las empresas inmobiliarias. Pero ni unas ni otras han conseguido enfriar el mercado de una urbe que ostenta el podio a la ciudad con el precio menos asequible a la hora de adquirir una vivienda.
QUE ESTO ACURRA EN EL SIGLO XXI ES GROTESCO Y BOCHORNOSO ESO ES POR LA MALA DISTRIBUCÍON DE LA RIQUEZA, AL LADO DEL  GRAN CAPITAL ESPECULADOR ESTÁ LA ESCLAVITUD.

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