jueves, 6 de abril de 2017

MAY COMUNICA QUE NO NEGOCIARÁ SOBRE EL PEÑON DE GIBRALTAR

Theresa May con Donald Tusk

May reitera a Tusk que no negociará sobre la soberanía de Gibraltar.


La primera ministra se reúne en Downing Street con el presidente del Consejo Europeo por primera vez desde la activación del proceso del Brexit.

Theresa May se ha reunido este jueves por la tarde en Downing Street con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, por primera vez desde que May iniciara la cuenta atrás para el Brexit al activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa el pasado 29 de marzo. Ninguno de los dos líderes ha hecho declaraciones después del encuentro, que se prolongó durante más de dos horas a puerta cerrada.
Un portavoz de Downing Street ha informado, al término de la reunión, de que May y Tusk han hablado, entre otros temas, de la polémica desatada tras la decisión de la UE de otorgar un veto a España sobre cualquier acuerdo específico acerca de Gibraltar. “La primera ministra ha dejado claro [en la reunión] que en el asunto de Gibraltar, la postura de Reino Unido no ha cambiado: Reino Unido perseguirá el mejor acuerdo posible para Gibraltar mientras abandone la UE y no habrá negociación alguna sobre la soberanía de Gibraltar sin el consentimiento de su gente”, ha dicho el portavoz.
“La primera ministra ha reiterado el deseo de Reino Unido de asegurar una alianza profunda y especial con la Unión Europea después de su salida, y ha tomado nota del enfoque constructivo expuesto por el Consejo en el borrador de sus directrices publicado la semana pasada”, ha añadido el portavoz. Ambos líderes coinciden en que “el tono del debate ha sido positivo” y han acordado que “tratarán de seguir en estrecho contacto mientras progresan las negociaciones”. Asimismo, según fuentes europeas citadas por la televisión ITV, Tusk y May han acordado "rebajar la tensión" en las conversaciones sobre el Brexit cuando asuntos como el de Gibraltar plantean dificultades.
Lo cierto es que el nivel de tensión ha sido, cuando menos, elevado desde que Theresa May activara el pasado 29 de marzo los dos años de negociaciones que desembocarán en el Brexit. La carta en la que, en virtud del artículo 50 del Tratado de Lisboa, Reino Unido comunicaba su intención de abandonar la UE contenía una importante carga explosiva envuelta en un tono conciliador y constructivo: la primera ministra vinculaba por primera vez seguridad y comercio, al sugerir que, en el caso de no alcanzarse un acuerdo, podría peligrar la cooperación en seguridad entre Reino Unido y el bloque. La mención fue tachada de intolerable chantaje en Europa.
Después Donald Tusk publicó las directrices de la UE para la negociación, que deberán ser aprobadas por los 27 otros Estados miembros el 29 de abril en Bruselas. En dichas directrices, el presidente del Consejo Europeo daba a España derecho a veto en las cuestiones del acuerdo que afectaran a Gibraltar, cuya soberanía reclama históricamente Madrid. Las reacciones en Reino Unido elevaron la tensión a la estratosfera, con un exlíder del Partido Conservador y hoy lord amenazando con acudir a la guerra, además de las esperables insultantes portadas de la prensa sensacionalista.
May, de viaje en Oriente Medio durante estas fechas de vacaciones parlamentarias, quiso rebajar la tensión descartando cualquier posibilidad de conflicto armado. Además, durante el viaje, la primera ministra ha mostrado una insólita flexibilidad en las exigencias de Reino Unido, llegando a admitir que estaría dispuesta a que la libre circulación de personas continúe, durante un "periodo de implementación", una vez el país haya abandonado la UE. En ese contexto, de un alejamiento de las posiciones más doctrinarias en aras de un mayor pragmatismo, se encuadra la visita hoy de Tusk.
LA NEGOCIACIÓN DE GIBRALTAR VA SER MUY DIFÍFIL Y COMPLICADA, TERMINARÁ DEFINITIVAMENTE EN PARAÍSO FISCAL Y PUERTO FRANCO.HARÁN LO QUE ELLOS QUIERAN.

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