Votaron a favor 522 diputados y solo 13 en contra.
Tal y como se esperaba, Theresa May ha logrado sin problemas el apoyo de más de dos tercios de los diputados y ha sacado adelante en la tarde de este miércoles en el Parlamento su propuesta de elecciones anticipadas el 8 de junio. Votaron a favor 522 diputados y solo 13 lo hicieron en contra (nueve laboristas, que creen que el adelanto electoral puede barrer a su partido; tres independientes y un diputado norirlandés). Los laboristas y los liberales apoyaron la propuesta de May y los nacionalistas escoceses se abstuvieron, aunque la acusaron de «oportunista».
El Reino Unido está ya en campaña electoral, solo dos años después de las anteriores elecciones generales y cuando no ha pasado todavía un año del referéndum del Brexit. Theresa May acudirá esta misma tarde a un acto electoral en el Norte de Inglaterra y el líder liberal-democrata, Tim Farron, protagonizará uno en el Suroeste de Londres.
Los liberales, que enarbolan en solitario la demanda de un segundo referéndum sobre la UE, se espera que mejoren sus resultados tras su debacle de 2015. El gran castigado del día 8 será probablemente el Partido Laborista, con Corbyn a 21 puntos de May en las encuestas, una desventaja que no se veía desde comienzos de los años ochenta.
El debate de las elecciones en el Parlamento ha sido en realidad el primer acto de campaña. May empleó la que será su gran línea argumental: «Corbyn no es apto para liderar el país”. La primera ministra había dicho reiteradamente que no adelantaría los comicios, cuya fecha prevista era en 2020. Justificó su cambio de opinión alegando que el país necesita «un brazo fuerte para las negociaciones del Brexit», que comenzarán a finales de junio, pasados los comicios, según informó este miércoles Juncker.
Aunque apoyó el adelanto electoral propuesto por May, algo que para él puede suponer hacerse el harakiri, Corbyn afeó a la premier su cambio de opinión sobre los comicios: «Ha demostrado que es una primera ministra de la que no te puedes fiar». Al igual que su oponente, esgrimió las que serán las líneas maestras de su campaña. Acusó a May de incumplir promesas del programa con que Cameron ganó las elecciones en 2015, aseguró, como siempre, que «los tories gobiernan para los ricos» y acusó a Ejecutivo de descuidar la sanidad y dejar «famélicas» a las escuelas con los recortes.
Pero el ambiente de la Comunes, con la bancada tory muy distendida y a ratos riéndose abiertamente de Corbyn, dejaba ver lo que todo el mundo espera: nadie en el Reino Unido ve al radical y anticuado líder laborista con madera de primer ministro. May verá cumplido su objetivo de reforzar su autoridad y ampliar la holgada mayoría que le legó Cameron, de solo 17 escaños.
El mejor indicio de que llega la hora May es que ayer inició su retirada el último peso pesado del cameronismo que quedaba en los Comunes, George Osborne. El que fuera todopoderoso ministro de Economía, el hombre que contribuyó a sacar al país de la recesión, anunció que no se volverá a presentar como diputado para poder centrarse en su próximo cometido, dirigir el «Evening Standard», el vespertino gratuito de lectura masiva que se distribuye en el metro de Londres.
MAY COGE A LOS LABORISTAS CON EL PIE CAMBIADO Y DESORGANIZADOS,EL TRIUNFO LO TIENE ASEGURADO.
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