viernes, 24 de marzo de 2017

DON JUAN CARLOS GOZA DE BUENA SALUD.



El Rey Don Juan Carlos, con el personal del restaurante Cruz Blanca de Vallecas
    El Rey Don Juan Carlos, con el personal del restaurante Cruz Blanca de Vallecas
Don Juan Carlos pide «el mejor cocido del mundo» en un restaurante de Vallecas.
El Rey sorprendió con su presencia el pasado martes a los clientes de la popular casa de comidas.
«Vengo a comer el mejor cocido del mundo, que me han dicho que se sirve aquí». Con estas palabras el Rey Don Juan Carlos explicó su presencia el pasado martes en el restaurante Cruz Blanca de Vallecas, donde estuvo almorzando con un grupo de amigos.
La mesa para siete comensales llevaba dos meses reservada, pero a otro nombre, y sólo unas horas antes se informó al chef, Antonio Cosmen, de que uno de ellos sería el Rey Don Juan Carlos.
El Rey entró en la popular casa de comidas por una puerta lateral, dio las buenas tardes y sorprendió con su presencia a los clientes que estaban almorzando o apurando el aperitivo. «¡Si te digo a quién acabo de ver entrar en Cruz Blanca Vallecas no te lo vas a creer…!», se oyó comentar por teléfono en el salón.
Atraído por la fama de los guisos, Don Juan Carlos se sentó a la mesa y afirmó que venía a Vallecas «a comer el mejor cocido del mundo, que me han dicho que se sirve aquí». Y es que, entre otros premios, este restaurante recibió uno que le reconoce por preparar el mejor cocido de España.
Tras una entrada de patatas fritas y anchoas, seguidas de croquetas, el Rey y sus acompañantes degustaron el cocido, que Don Juan Carlos pidió tomar «mojado». «Si no hay inconveniente, tengo costumbre de tomar todo el cocido de golpe», aclaró el Rey, y pidió que le sirvieran la sopa con los garbanzos y demás aderezos.
Don Juan Carlos y asus acompañantes, entre los que se encontraba Samantha Vallejo-Nágera, pidieron de postre un plato de frutas de temporada y el chef le ofreció también unas torrijas, típicas en estas fechas.
Cuando el Rey terminó de almorzar, se hizo fotos con el empleados de la casa de comidas, con algunos de los clientes y con vecinos del barrio, que se habían acercado al restaurante para verle en cuanto empezó a correrse la voz de que Don Juan Carlos estaba allí.
PARECE MENTIRA QUE EN SIGLO XXI LA SANGRE AZUL TODAVÍA SEA PRIVILEGIADA Y ADMIRADA. 

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