El ministro de Hacienda alemán, Wolfgang Schäuble, y la canciller Angela Merkel, en el Bundestag el pasado 28 de junio.
Alemania presiona para que España reciba un castigo ejemplarizante
Berlín insiste en el cumplimiento de las normas para garantizar la credibilidad de la Comisión
La Comisión Europea decidirá el martes en qué términos activa el proceso contra España y Portugal por desviación de déficit. Mientras países como Francia e Italia abogan por una respuesta amable, Alemania lidera el bloque de los duros. “Las reglas deben ser respetadas”, reiteró el lunes el portavoz del ministro de Hacienda, Wolfgang Schäuble. Las fuentes consultadas insisten en que Berlín espera que Bruselas envíe una señal a los Gobiernos con tentaciones manirrotas. Hay que dejar claro que merece la pena atenerse a las normas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
“España y Portugal han fallado a sus obligaciones presupuestarias. Si la Comisión quiere mantener su credibilidad, tenemos que adoptar sanciones ahora. Todo lo demás sería inexplicable", aseguró al Bild el comisario europeo Günther Oettinger, el alemán con más poder en Bruselas y cercano a la canciller Merkel. Schäuble y los suyos prefieren estos días mantener un perfil bajo para que no les puedan acusar de presionar a la Comisión, pero el mensaje está claro. Ni España -que cerró 2015 con un déficit del 5,1% del PIB frente al 4,2% al que se había comprometido- ni Portugal deben salir indemnes.
Pese a la firmeza actual de los alemanes, el pacto de estabilidad que trata de asegurar unas finanzas públicas sostenibles a los miembros de la UE fue dinamitado en 2003 por Berlín y París. Alemania pasaba por un duro plan de ajuste y el entonces canciller Gerhard Schröder logró junto al presidente francés, Jacques Chirac, que el Consejo no respaldara las recomendaciones de la Comisión para atajar el déficit. El Gobierno alemán reconoce ahora que esa decisión fue un error que dañó la credibilidad de las reglas europeas. Y ahora pretende que no ocurra lo mismo en los otros países.
La actitud de Juncker en las últimas semanas tampoco ha ayudado a tranquilizar a los alemanes. Cuando hace un mes le preguntaron al presidente de la Comisión por qué Francia había logrado evitar una sanción, él respondió con una sorprendente sinceridad: “Porque es Francia”. Es difícil ignorar el hecho de que no todos los países reciben el mismo trato en la UE, pero ningún líder europeo lo había expresado tan a las bravas. En Berlín consideran que este tipo de declaraciones suponen un obstáculo más para lograr esa credibilidad que el Gobierno alemán invoca de forma constante. “La próxima vez, la Comisión hará la vista gorda con otro Estado miembro. Y al final lo hará con todos y tendremos una unión monetaria ciega”, disparó Dijsselbloem hace unas semanas.
ALEMANIA QUIERE A LOS ESPAÑOLES COMO ESCLAVOS, NO SON NUESTROS AMIGOS PARA NADA.
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