jueves, 3 de marzo de 2016

LA INFANTA SE DECLARA INOCENTE

La infanta Cristina, este jueves, ante el tribunal.

La infanta Cristina: “Confío plenamente en mi marido y en su inocencia”


Cristina de Borbón se desvincula de las gestiones económicas de Aizoon.

Cristina de Borbón, hermana del rey Felipe VI y sexta en la línea de sucesión a la Corona, se ha convertido este jueves en el primer miembro de la realeza española en declarar ante un tribunal, acusada de dos delitos fiscales. La exduquesa de Palma se ha desvinculado de forma absoluta de la gestión de la mercantil Aizoon, que compartía al 50% con su esposo, Iñaki Urdangarin, y que supuestamente sirvió para desviar 923.049 euros de contratos públicos del Instituto Nóos y para evadir 337.000 euros a Hacienda en 2007 y 2008. “No tenía firma ni poderes en Aizoon (...) nunca di instrucciones a nadie en la sociedad”, ha afirmado la Infanta, que sólo ha contestado a las preguntas de su abogado. “Confío plenamente en mi marido y estoy convencida de su inocencia”, ha manifestado la hija de Juan Carlos I.La infanta Cristina, de 50 años, se levantó a las 18.12 de su asiento en banquillo de los acusados y ocupó la silla de los declarantes, frente al tribunal, por la que han pasado ya los 17 acusados en el juicio del caso Nóos. Desde el primer momento, la defensa de la exduquesa de Palma marcó su territorio: “Mi cliente solo va a contestar a las preguntas de esta parte”, advirtió el abogado Pau Molins. A su lado, Miquel Roca, padre de la Constitución y jefe del equipo de seis letrados que asisten a la Infanta en la vista oral, asentía.
Cristina de Borbón solo está acusada en esta causa por el sindicato Manos Limpias. Esta organización pide para ella ocho años de prisión como supuesta cooperadora en los dos delitos fiscales que se atribuyen a su esposo y principal acusado, Iñaki Urdangarin, por sus manejos en la sociedad Aizoon en 2007 y 2008.
La decisión de la hija de Juan Carlos I —cuya abdicación, en junio de 2013 se vio precipitada entre otros factores por el caso Nóos— no impidió que la abogada de Manos Limpias, Virginia López Negrete, dejara constancia de las preguntas que tenía planeado plantear. Durante 35 minutos, la letrada del sindicato lanzó al aire medio centenar de cuestiones sobre el funcionamiento de Aizoon y sobre asuntos domésticos del matrimonio Urdangarin-Borbón que solo hallaron el silencio de la Infanta. La acusada, con rostro tenso, a ratos miraba a la abogada, a ratos fijaba la vista en el tribunal presidido por la juez Samantha Romero y por el retrato de su hermano, el Rey.

Preguntas en el aire

Tras la retahíla de preguntas sin respuesta, el resto de partes se abstuvo de plantear las suyas, si las tenía. Ni el fiscal Pedro Horrach, muy activo en la defensa de la Infanta desde la fase de instrucción, ni la abogada del Estado, Dolores Ripoll, que representa a Hacienda, la perjudicada del supuesto delito, pidieron la palabra.
Quedaba pues la vía libre para que Pau Molins interrogara a su cliente. Durante 20 minutos, el letrado de la Infanta se esforzó en que esta se desvinculara de la gestión diaria de Aizoon, la sociedad que compartía con Urdangarin desde 2003. A esta mercantil, cuyo objeto social era la consultoría y la compraventa de inmuebles, supuestamente se cargaron gastos familiares, como un safari en África del matrimonio y sus cuatro hijos, botellas de vino o un curso de coaching para la Infanta. Estos gastos después se presentaron para su desgravación como si fueran gastos de empresa.
La declaración de la Infanta acerca de Aizoon coincidió hasta el calco con la de su esposo, cuyo interrogatorio se ha extendido a lo largo de tres jornadas. “La tarjeta visa [de Aizoon] la custodiaba mi marido; se la ofrecieron y la aceptó; no recuerdo haber hecho ningún pago con esa tarjeta, no tenía PIN”, sostuvo la hermana de Felipe VI, que el pasado junio le revocó el título de duquesa de Palma por su insistencia a no renunciar a la línea sucesoria.
La Infanta, que dijo haber aceptado en 2003 el 50% de las acciones de Aizoon, por “confianza” en su esposo, negó tener firma ni poderes en la sociedad. Tampoco participó en las juntas de la entidad ni en ningún detalle de la administración de Aizoon, que descargó en Iñaki Urdangarin. “Mi marido y yo no hablábamos de esos temas, nunca me comentó los ingresos y gastos de Aizoon”, dijo. La infanta negó “rotundamente” que al personal de servicio de su casa, también pagado a través de Aizoon, se le abonaran sus servicios con dinero negro o que entregase recibos o facturas a sus escoltas o a la secretaria de su marido, Julita Cuquerella, para que se contabilizasen como gastos de Aizoon.
Otro punto de coincidencia absoluta con su esposo tuvo que ver con el supuesto papel de “supervisión” de las actividades del Instituto Nóos ejercida por la Casa del Rey. “No teníamos ninguna prohibición y por supuesto que me asesoré con Carlos García Revenga [el secretario de las infantas] y este, a su vez, con Federico Rubio [asesor fiscal de la Casa del Rey]”, manifestó.
Sin embargo, la declaración de mayor calado personal de la Infanta vino a la hora de referirse a su esposo. “Confío plenamente en mi marido y estoy convencida de su inocencia. Confío absolutamente en él y en que ha estado bien asesorado”, dijo, en una declaración con indudable carga de reproche hacia una Casa del Rey que ha levantado un cortafuegos frente al matrimonio.
Cristina de Borbón, tras su declaración histórica de este jueves, ya no tendrá que volver a los juzgados de Palma hasta el trámite de última palabra, previsto para el mes de junio.
LA POBRE ES INOCENTE, PERO NO SE CÓMO PUEDE TRABAJAR EN PUESTO DE RESPONSABILIDAD DADA SU INCOMPETENCIA.

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