lunes, 11 de enero de 2016

TODO PACTADO Y VERGONZOSO EN UN PAIS ARRUINADO

Urdangarin y la Infanta llegan a la Audiencia, este lunes.

El fiscal, Hacienda y la defensa se vuelcan para librar a la Infanta

Horrach dice que mantener la acusación por delito fiscal es una "discriminación ilegítima"

El abogado aporta una decena de sentencias para exonerar a Cristina de Borbón.

Hasta Manuel Azaña, presidente de la II República, salió, citado por el fiscal Pedro Horrach, en defensa de la tesis de que Cristina de Borbón, hermana de Felipe VI, debe abandonar el banquillo de los acusados del juicio del caso Nóos, que ha arrancado este lunes en la Audiencia Provincial de Baleares. El ministerio público y la Abogacía del Estado han desplegado, en la primera jornada de la vista oral, una batería de argumentos jurídicos —y también retóricos— para sostener que la Infanta no puede ser juzgada como cooperadora necesaria de los dos delitos fiscales de los que acusan a su esposo, Iñaki Urdangarin. Mantenerla en el banquillo solo a instancias de la acusación popular de Manos Limpias supondría, según el fiscal Horrach, "quebrantar la doctrina emanada hasta la fecha por el Tribunal Supremo y una discriminación no justificada" contra ella.
Las razones de los acusadores públicos fueron el mejor complemento para la labor del abogado de Cristina de Borbón, Jesús María Silva, que aportó 10 sentencias —tres del Supremo y siete de audiencias provinciales— que desarrollan la llamada doctrina Botín, que impide juzgar a una persona por delito fiscal si la fiscalía y la Abogacía del Estado no ejercen la acusación. "Debería aplicarse esta doctrina para que no se remuevan en sus tumbas grandes juristas como Gómez Orbaneja y Jiménez de Asúa", clamó el penalista Silva, en un alegato de 18 minutos encendido hasta rayar la truculencia en algunos pasajes. A su lado asentía el padre de la Constitución Miquel Roca, que encabeza la defensa de la Infanta.
La primera jornada del juicio, que se celebra en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares, se ha dedicado a la exposición de las llamadas cuestiones previas. Se trata de un trámite preliminar en el que las partes pueden exponer al tribunal causas que aconsejen la suspensión de la vista oral o que supongan la nulidad de todas o parte de las actuaciones. La más relevante de las cuatro cuestiones que se plantearon fue la petición de los abogados de la Infanta de que se anule la decisión del juez instructor del caso Nóos, José Castro, de sentar en el banquillo a la Infanta, medida que fue ratificada por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial.
El abogado de la Infanta fue más allá de la sentencia del Tribunal Supremo del año 2007, que obligó a archivar una causa por delito fiscal contra el fallecido banquero Emilio Botín porque ni la fiscalía ni la Abogacía del Estado, en representación de la Agencia Tributaria, ejercían la acusación. "Claro que hubo una sentencia inicial [la de la doctrina Botín], pero luego otra que, sin contradecir la primera, la complementó, y otra más", incidió. Entre ellas, Silva citó la sentencia por la que en 2010 se sobreseyó la causa contra el exlehendakari Juan José Ibarretxe por un delito de desobediencia por reunirse con la ilegalizada Batasuna.
Silva apuntó, además, que hay siete pronunciamientos por parte de Audiencias Provinciales —de Toledo, Murcia, Madrid y Baleares— que avalan la anterior jurisprudencia que archivaron causas por delitos fiscales cuando solo acusaban las acusaciones populares. "Esta doctrina es vinculante para los órganos de la jurisdicción, dice el Supremo", afirmó el abogado de la Infanta.
El fiscal Horrach comenzó su intervención a favor de la infanta Cristina citando a Azaña: "Lo que importa es tener razón y, después de tener razón, importa casi tanto saber defenderla; porque sería triste cosa que, teniendo razón, pareciese como si la hubiésemos perdido a fuerza de palabras locales y de hechos reprobables".
Horrach pidió que, en virtud de la doctrina Botín, el tribunal decrete la falta de legitimación para pedir la apertura de juicio oral por delito fiscal contra Cristina de Borbón y contra Ana María Tejeiro, esposa de Diego Torres, socio de Urdangarin. "No es posible que Manos Limpias supla el conocimiento ni la voluntad del perjudicado", ha remarcado Horrach, quien ha aseverado tajante que el Derecho Penal "no está para discutir sobre pátinas, fachadas o pelajes", puesto que "las apariencias sólo son poses y espejismos".
Para reforzar sus alegatos, el fiscal ha expuesto un caso "idéntico" al de la Infanta, en el que la Audiencia Provincial de Vizcaya determinó que la acusación popular no podía por sí sola abrir el juicio oral contra las personas que no eran objeto de acusación ni por el Ministerio Fiscal ni por la acusación particular a raíz de la supuesta comisión de un delito contra la Hacienda pública.
Por su parte, la abogada del Estado, Dolores Ripoll, cuestionó que el sindicato Manos Limpias acuse motivado por el interés público. Ripoll ha rechazado que se pueda ejercer la acusación popular sobre la base de la expresión "Hacienda somos todos" porque esta es una expresión que fue creada en su día para el ámbito publicitario y no puede ser aplicado al derecho.
"No existe la acusación pública en materia tributaria", ha defendido Ripoll durante su intervención, tras explicar que una acusación pública como la de Manos Limpias —que pide ocho años de cárcel para a la Infanta como cooperadora necesaria en dos delitos contra Hacienda cometidos por su marido— puede denunciar una infracción en materia tributaria, si bien debe tenerse en cuenta que el perjuicio por esta actuación es únicamente el erario público, cuya defensa corresponde en exclusiva es la abogacía del Estado.
Finalmente, Manos Limpias ha reclamado su derecho a llevar al banquillo a doña Cristina. La abogada del sindicato, Virginia López Negrete, ha dicho que "el retorcimiento de la defensa de la Infanta perjudicaría a la justicia española, dejaría perjudicada a la Corona y la propia Infanta quedaría estigmatizada socialmente si no se sigue con este juicio".
Durante la jornada matutina, la Infanta ha mantenido una actitud hierática, con las manos posadas sobre el regazo y en posición erguida sin cruzar ninguna mirada con su marido, sentado cuatro puestos a su izquierda. Urdangarin se ha mostrado más inquieto y ha mantenido alguna conversación con su exsocio Diego Torres, colocado a su lado. Durante el receso, la Infanta ha sido la primera en salir de la sala, sin esperar a su esposo, con quien llegó al polígono de Son Rossinyol a las 8.12.
COMENTARIO:
Todas las instituciones insistiendo en exculparla y no juzgarla, da mucha risa, en un país que por deber tres meses de hipoteca a desahucio a familias con niños, con ancianos, don minusválidos ,que a la gente normalita no le disculpan hacer una chapuza sin declarar el iva, y aquí todos a exonerar a esta acaudalada persona que ha disfrutado de millones de euros del erario público, que espectáculo tan deprimente y bochornoso, y luego que bonito queda que los españoles son iguales ante la ley

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