Felipe VI y Pedro Sánchez, en su encuentro de este viernes.
Sánchez aceptará el encargo del Rey de intentar la investidura si el PP lo rechaza de nuevo
El líder socialista pospone las negociaciones hasta que culmine la segunda ronda de consultas del Jefe del Estado; comienza el diálogo con Ciudadanos y reprocha a Podemos su actitud “chantajista”.
“Por responsabilidad”, Pedro Sánchez aceptará recabar apoyos para ser investido presidente del Gobierno si el rey Felipe VI se lo encarga. Pese a ello, mantiene el criterio de que debe ser un miembro del PP, como partido ganador, el que presente su candidatura. Hasta que no culmine la segunda ronda de consultas, Sánchez no entablará negociaciones pero sí iniciará el diálogo con diversas fuerzas y con Ciudadanos, con especial interés, mientras crece el malestar con Podemos.
Al trepidante viernes político del 22 de enero, respondió este sábado la dirección del PSOE con algunas líneas de actuación plasmadas en un comunicado de cuyo contenido informó el secretario de Organización del partido, César Luena, a los dirigentes territoriales. La noche anterior, este mismo dirigente apuntó esencialmente por dónde iría la respuesta aunque se centró en el PP, y se obvió responder a la oferta de Gobierno de coalición, con reparto de carteras incluida, formulada por sorpresa por el líder de Podemos, Pablo Iglesias, que se adjudicó la vicepresidencia de ese hipotético gabinete.
Pedro Sánchez aceptará el encargo del Rey de tratar de formar Gobierno pero hasta que eso ocurra, previsiblemente el próximo viernes, no empezará las negociaciones formales y “transparentes” con las fuerzas políticas a las que quiere persuadir. Al Rey le dirá, no obstante, que debe ser el PP el que asuma en primer lugar esa misión. “Mientras tanto, el PSOE no va a emprender negociaciones con otras fuerzas políticas para intentar fraguar una alternativa de Gobierno estable”, señala el comunicado. Esta aseveración no cambia la intención de Sánchez de hacerse con una mayoría “progresista y reformista” pero sí difiere los plazos, por cuanto que esta semana transcurrirá sin que nadie negocie nada, aunque sí habrá aproximaciones.
“El PSOE mantiene y mantendrá contactos y diálogo con todas las fuerzas políticas, y lo va a seguir haciendo, con el fin de evaluar la situación y acercar posiciones” en torno los graves desafíos que tiene España, precisa este texto. Sánchez pospone las negociaciones pero no las conversaciones. La disposición a dialogar y negociar con Podemos permanece pero, desde el viernes, la desconfianza siempre latente, se ha incrementado de forma notable. La forma y el fondo empleados por Pablo Iglesias para anunciar que ofrecía a Sánchez formar un Gobierno conjunto fueron acogidos con estupor por la dirección socialista y con indignación por militantes, cuadros medios, dirigentes y exdirigentes, desde el joven exdiputado Eduardo Madina hasta el veterano Alfredo Pérez Rubalcaba.
En el PSOE se vivió la oferta de Iglesias como un compendio de burla y conmiseración tanto hacia el secretario general como hacia la organización. “Pedro, la sonrisa del destino que te ha tocado me la debes agradecer”, concedió Iglesias al líder socialista. El mismo viernes los presidentes autonómicos del PSOE transmitieron su indignación y pidieron respeto pero no así Sánchez que optó por la ironía y la distancia. Esta actitud fue criticada por algunos dirigentes territoriales. Este sábado, la dirección socialista reaccionó y advirtió a Podemos de que no habrá negociación “para formar una mayoría de Gobierno estable cuando se plantea desde el chantaje y anteponiendo los intereses de partido a los intereses de los ciudadanos”, se lee en el comunicado. La negociación, cuando empiece, será sobre “políticas concretas”, nunca en torno a “tácticas, intereses partidarios o imposiciones unilaterales”.
Pero el malestar con Podemos no es solo de los críticos. El presidente de Aragón, Javier Lambán, se preguntó si el partido de Pablo Iglesias quiere de verdad un acuerdo: “Los que somos más creyentes en el acuerdo con Podemos, desde el viernes somos más pesimistas y nos asalta la duda de si quieren poner tantas dificultades para que no sea posible”.
LA AMBICIÓN SIN IDEOLOGIA ES MAY MALA CONSEJERA Y PEOR COMPAÑERA DE VIAJE.
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