lunes, 16 de noviembre de 2015

VIVA EL ROBO Y EL PILLAJE DE GUANTE BLANCO

Directivos con pensiones 900 veces mayores que un empleado

El jefe de Taco Bell y Pizza Hut acumula 234 millones en su plan de jubilación.

Es poco probable que los clientes que comen burritos en Taco Bell conozcan el nombre del ejecutivo que está al frente del grupo que controla también los restaurantes de Pizza Hut. Es muy posible que tampoco sepan citarlo los propios empleados de la cadena de comida rápida. Pero les sonará a partir de ahora, porque David Novak encabeza la lista de directivos con el plan de pensiones más jugoso de Estados Unidos.
La cifra es desorbitante. Cada mes saldrá de su fondo para la jubilación un cheque de 1,32 millones de dólares (1,23 millones de euros). El total del paquete asciende a 234,2 millones. Los decimales cuentan, sobre todo si se piensa que el ciudadano medio tiene ahorrados 50.000 dólares para cuando le llegue el retiro. Es otra evidencia de la brecha social que se está abriendo.
Novak no está solo. Los 100 ejecutivos con los planes de pensión más cuantiosos acumulan fondos por un valor conjunto de 4.900 millones, de acuerdo con un estudio del Center for Effective Government en el que muestra esta doble realidad. La cifra equivale a los ahorros del 41% de las familias estadounidenses y los 49,3 millones de media para este grupo de ejecutivos supera en 900 veces el de un empleado corriente.
“Los beneficios para los ejecutivos se están disparando mientras que el resto tiene grandes dificultades para ahorrar”, señala el informe, en el que se citan los problemas de los jóvenes a la hora de nutrir esa cesta. Es un problema que tampoco tiene Richard Handler, consejero delegado del conglomerado inversor Leucadia. La firma le dará unos 1,13 millones al mes cuando se jubile. El tercero de la lista es David Cote, consejero delegado del gigante aeroespacial Honeywell, con un paquete total de 168,4 millones.
La National Institute of Retirement Security publicó en marzo un estudio en el que revelaba que hay 40 millones de personas en edad de trabajar que no tienen ni siquiera un plan de pensión, lo que esencialmente le deja a merced del dinero que les llegue del Tesoro, unos 1.233 dólares mensuales de media. Hay otra manera de ver las cifras para dar dimensión a esta “Historia de las dos jubilaciones”, haciendo un juego de palabras con la obra de Charles Dickens.

La paga de Obama

El presidente Barack Obama, la persona más poderosa del planeta, recibirá 16.975 dólares al mes cuando se jubile como agradecimiento a las labores prestadas. Es 56 veces menos que los que ingresará Cote, el ejecutivo de una de las principales contratistas. Hay una quincena de ejecutivos de empresas que hacen negocio con el Gobierno federal que tendrán una pensión mejor que la del comandante en jefe.
Incluso en lo más alto de la América corporativa hay brechas. Entre los 10 planes de pensiones más suculentos, ninguno es de una mujer. Hay que bajar hasta el 23 para encontrar con 60,7 millones a Marillyn Hewson, consejera delegada de Lockheed Martin, la mayor contratista del Pentágono. La decena de mujeres con los paquetes de jubilación más grandes acumulan fondos combinados por valor de 277 millones, cinco veces menos que sus pares varones.
Esa cifra baja a 196 millones en los directivos de otras razas, como Muhtar Kent, de Coca-Cola. Como señalan los relatores del estudio, es el reflejo de la disparidad que hay entre los ciudadanos con la renta más baja. Una familia blanca tiene de media 130.000 dólares en sus fondos de pensión. En los negros baja a 19.050 y en el caso de los hispanos, a 12.330, de acuerdo con cifras del Urban Institute. Con eso recibirán cheques de menos de 100 dólares.
COMENTARIO:
Esto si que es el disolutivo perfecto para cualquier democracia y a esos que preconizan una Corea del Norte y demás melonadas, habría que preguntarles: ¿Cuánta desigualdad aguanta la democracia? Y no se trata de que todo el mundo gane lo mismo, sino de que no haya unos pocos que acaparen lo que roban a la inmensa mayoría. ¿Es eso democracia?
No hay que limitar los salarios máximos, cada empresa es muy libre de pagar lo que crea justo, pero si cargarlos con unos impuestos progresivos lo suficientemente disuasorios

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