González pide una reforma que reconozca a Cataluña como nación
El expresidente asegura que no quiso comparar la situación actual con el fascismo y lo achaca a una "mala interpretación" de su carta en EL PAÍS.
Felipe González ha respondido hoy a las críticas recibidas desde el soberanismo por su carta a los catalanes que envió desde las páginas de EL PAÍS el pasado domingo. Los independentistas se enfurecieron especialmente por su comparación de la situación actual en Cataluña con "la aventura alemana o italiana de los años treinta del siglo pasado", que entendieron como una referencia al nazismo y al fascismo. En una entrevista en La Vanguardia, el expresidente asegura que ha habido "mala interpretación" de sus palabras y agrega que no quiso decir "que haya una intención fascitizante, o conducente al fascismo hoy en Cataluña".
El matiz, sin embargo, no quita que González crea que "el modelo de convivencia social" que conoció entre catalanes se haya "deteriorado dramáticamente". Según explica, "hay un discurso claramente dominante" y las opiniones contrarias al proceso soberanista se esconden. "Lo que escuchas en una mesa no es lo que escuchas en la calle. Eso supone un achicamiento claro de las libertades propias de una sociedad muy diversa y plural".
El expresidente reitera algunos de los argumentos expuestos en la carta y concluye que la solución para el encaje de Cataluña con el resto de España es una reforma constitucional que incluya el reconocimiento de Cataluña como nación. "No tengo ningún problema en reconocer la identidad catalana y en que se garantice constitucionalmente (...). La cuestión de la identidad fundamentalmente está ligada a la lengua y a la cultura". El expresidente cree que todavía hay posibilidad de un acuerdo, que incluye en un cambio más ambicioso que dé "un proyecto de país" a España.
Pese a su deseo, González ve lejos de estas intenciones tanto a Artur Mas como a Mariano Rajoy. Del presidente catalán, insiste en que saltarse la ley supone "perder la legitimidad democrática", y arriesgarse a que se propicie "una situación caótica en Cataluña y en España". Al presidente del Gobierno le reprocha que solo "busque el frentismo", con ejemplos como la última reforma del Constitucional: "Es una barbaridad", concluye.
COMENTARIO:
Felipe González puede decir lo que quiera, pero las malvadas comparaciones las hizo, y el no es un ignorante de la lengua al que se le puedan escapar ciertas frases, lo hizo consciente del daño que hacia, como nadie acepto tales barbaridades die ser mal interpretado, su mucho dinero después de pasar por el gobierno le hace hablar por la cartera como los peores usureros.
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