domingo, 28 de junio de 2015

LA AVARICIA QUE ACABA CON LA DIGNIDAD DEL HOMBRE

Carlos Palacio Oriol presidente de Talgo en la salida a Bolsa en mayo

Las salidas a Bolsa del capital riesgo dan 215 millones a 62 directivos

La mayoría de los inversores que acudieron a las colocaciones sufren minusvalías.

Las empresas controladas por fondos de capital riesgo que han salido a Bolsa en los últimos años han premiado a sus directivos con bonus millonarios. Los últimos cuatro estrenos de este tipo (Amadeus, eDreams Odigeo, Talgo y Applus), más Euskaltel, cuyo debut está previsto el 1 de julio, han repartido incentivos entre 62 ejecutivos por un valor conjunto de 215 millones de euros. Estos pagos son principalmente en acciones y están vinculados a maximizar el valor de la participación que venden los fondos. Sin embargo, los inversores que acudieron a estas colocaciones sufren, en la mayoría de los casos, minusvalías.
Un fondo de capital riesgo o private equity es un inversor a corto plazo. Compra una compañía o adquiere una participación relevante y aspira a venderla, normalmente, antes del séptimo año, a un precio superior. Ello implica fijar a los equipos de dirección unos objetivos de crecimiento o reestructuración, según los casos, muy ambiciosos para poder maximizar el valor de la empresa. Eso sí, si las metas se cumplen suelen premiar a los gestores con suculentos bonus. El capital riesgo tiene tres opciones para desinvertir: vender la empresa a otro private equity, buscar un comprador industrial o sacarla a Bolsa. Esta tercera opción estuvo cerrada durante las fases más duras de la crisis, pero se ha reactivado en los últimos años gracias a la mejor percepción de los inversores por los activos españoles.
En abril de 2010, justo antes de que se cerrase la ventana de liquidez para las salidas a Bolsa, los fondos de capital riesgo BC Partners y Cinven encabezaron la oferta pública de venta de acciones (OPV) de Amadeus. Desde que entraron en el capital en 2005 hasta el ejercicio 2009 el beneficio de explotación (Ebitda) de la central de reservas creció un 62% y permitió tasar la compañía en cerca de 5.000 millones para su estreno en el parqué. Con los objetivos cumplidos, el presidente de la empresa, José Antonio Tazón, recibió 10 millones de euros en metálico. Además, otros seis miembros del comité ejecutivo ingresaron de forma conjunta 44 millones. Las acciones de Amadeus se estrenaron a 11 euros y hoy valen un 234% más.
Peor suerte corren, de momento, los inversores que compraron títulos de Applus en mayo de 2014 (tienen unas minusvalías del 28%). La OPV, sin embargo, sí que aportó importantes beneficios tanto a los fondos de private equity Carlyle y ICG, que desinvirtieron, como a los directivos de la empresa de inspección y certificación. Fernando Basabe, consejero delegado, cobró 9,9 millones en metálico por la salida a Bolsa. Además, recibirá acciones entre 2015 y 2017 valoradas en el momento de la OPV en 17,9 millones. Por su parte, otros 12 ejecutivos senior se repartieron 10 millones en metálico cuando se produjo el estreno, y tienen derecho a percibir títulos valorados en 22,47 millones.

El batacazo de eDreams

Otro estreno con desigual reparto de fortuna ha sido el de eDreams. La agencia de viajes digital realizó su colocación en abril de 2014 a un precio de 10,25 euros y actualmente los títulos valen un 72% menos. La salida a Bolsa permitió hacer caja a los fondos Permira y Ardian (antes Axa Private Equity) y posibilitó que seis altos directos de la compañía ingresaran más de 14 millones de euros al vender una parte de sus acciones. El mayor beneficiario de la colocación fue el entonces presidente y consejero delegado de eDreams, Javier Pérez-Tenessa, quien ingresó 9,8 millones.
También hay reparto de sonrisas y lágrimas en Talgo. La alegría es para los fondos que vendieron en la OPV, Trilantic Capital Partners y MCH, y para los directivos al ejecutarse un plan de incentivos millonario. Y lágrimas (por el momento) para los inversores que acudieron a la OPV y que en menos de dos meses cargan con unas minusvalías del 17%.
El fabricante de trenes, en virtud del plan de incentivos comprometido con su equipo directivo, repartió acciones valoradas en 50,66 millones entre los 12 principales ejecutivos de la compañía. Los primeros beneficiarios fueron Carlos Palacio y Oriol (presidente), José María de Oriol (consejero delegado), Segundo Abad (director general) y Eduardo Fernández-Gorostiaga (director financiero), que recibieron cada uno acciones valoradas en 10,78 millones.

Polémica en Euskaltel

El plan de incentivos fijado para la salida a Bolsa de Euskaltel ha desatado gran polémica. Kutxabank, controlado por el PNV, es el principal accionista de la compañía y en la operación venderá acciones el grupo de private equity Trilantic Capital Partners. En un principio, los 24 directivos que se benefician del programa recibirían 46,4 millones brutos e iban a invertir la mitad de ese dinero en acciones de la compañía. Sin embargo, la presión del Gobierno Vasco les ha hecho rectificar (decisión que tomaron el pasado viernes) y destinarán el 100% de ese dinero a comprar acciones. Es una medida más cosmética que efectiva porque nada les impide vender en el mercado estos títulos cuando empiecen a cotizar. El presidente, Alberto García Erauzkin, será el directivo que más acciones tenga con el incentivo que le corresponde: dispondrá de un paquete accionarial valorado en más de nueve millones.
COMENTARIO:
La búsqueda incansable por parte de la avaricia, para mantener su hegemonía, consigue aumentar el hambre y la pobreza en el mundo. El dinero es utilizado como arma letal para quitar la dignidad a los humanos. Estos problemas tienen solución cambiando los actuales sistemas guiados por la avaricia por otro que trae paz, cancelación de toda deuda pública, ingresos continuados para todos, incluidas las empresas, sanidad y enseñanza gratuitas y universales, medios para la ciencia. Y erradica la avaricia, el hambre, la pobreza, la corrupción (quizás por ello no muestran esta opción), los miedos, los impuestos, los paraísos fiscales, las fronteras y más cosas.
Este es el sistema de poder establecido por el liberalismo global. Ejecutivos de bancos, empresas y fondos llevándose entero el ahorro de quienes juegan a querer ser como ellos, y nunca lo consiguen, y apoyados por quienes legislan que al final o al principio ven compensadas sus "gestiones" con sillones en sus consejos directivos. El resto de los ciudadanos vemos impasibles el espectáculo entre la ofuscación, la impasibilidad o la admiración por sus logros.

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