El coche de Google recorrerá las carreteras en los próximos meses
El accidentado estreno del coche sin conductor de Google
El vehículo ha estado a punto de colisionar con otro modelo robotizado en su primera semana por las calles de EE UU.
El equivalente en California a la Dirección General de Tráfico pidió a Google que incluyese pedales y volante en su coche sin conductor como condición para que un día pudiera salir de su zona de pruebas en una antigua base de la NASA localizada en la localidad de Mountain View, y rodar por las calles. Las autoridades argumentaban la necesidad de asegurarse de que un humano podría tomar el control en caso de problemas. Google insistió en que no haría falta, que un humano toma peores decisiones que la inteligencia artificial que procesa a partir de los datos recogidos en los últimos años.
El pasado lunes el biplaza sin conductor de Google, apodado como koala salió por primera vez a las carreteras de Silicon Valley. Solo un día después, el martes, su hermano mayor, un Lexus 400 con el que llevan dos años haciendo pruebas, estuvo a punto de sufrir su primer accidente y fue, precisamente, con otro coche que no iba dirigido por un humanos, un Audi Q5 de Delphi Automotive Plc.
El primer altercado registrado entre dos coches de este tipo tuvo lugar al día siguiente del estreno, el martes. Según la versión de John Absmeier, director del laboratorio de investigación de Delphi y pasajero en el coche de su firma, el momento tenso se produjo en la carretera de San Antonio, dentro del término municipal de Palo Alto. En declaraciones a Reuters explicó que no llegaron a chocar, pero sí hubo roce. El modelo de Delphi quería cambiar de carril, el Lexus de Google no se lo permitió y le obligó a abortar la maniobra y cambiar de ruta.
Absmeier insiste en que su coche hizo lo adecuado dada la situación. Su coche está equipado con radar, sensores de proximidad con láser, cámaras y software. También el volante y los pedales de cualquier otro coche.
Delphi tiene también su sede en Mountain View. De momento, solo cuentan con dos coches iguales, mientras que Google cuenta con más de 20 Lexus. Tanto este modelo inicial, como el biplaza, usan el mismo software.
El primer altercado registrado entre dos coches de este tipo tras circular libremente por las calles tuvo lugar al día siguiente del estreno
Tanto Google como Delphi han informado a la DMV, la autoridad que gestiona los vehículos a motor, de los accidentes. Siempre se han quedado en roces con coches conducidos por personas. Es la primera vez que dos modelos sin un humano a los mandos genera confusión. En casi todas las ocasiones la fricción se ha producido al llegar a un cruce, al pararse de forma repentina los coches que van solo, han recibido la embestida por detrás de uno tradicional. En total, suman 11 accidentes.
Brad Templeton, considerado como el padre del coche sin conductor de Google, al que él prefiere referirse como robocar, coche robotizado, explicaba a EL PAÍS que no tenía sentido desconfiar de estos modelos, a pesar de los disgustos iniciales. “A los que se niegan a ceder el control del coche les diría que cuando tengan un accidente cambiarán de idea, cuando les quiten la licencia y no puedan ir a trabajar. Entiendo el placer de conducir, y se podrá en ciertas condiciones, pero los humanos conducimos peor que las máquinas”, sentenció.
Google sí subraya, con intención de ganar la confianza de los que se encuentren alguno de sus modelos, que siempre que estén en un espacio público lo harán con un conductor dentro: “Está pensado para ir solo, pero durante esta fase del proyecto irá un conductor para hacerse con el control si hace falta”.
Durante el periodo de pruebas los coches de Google han recorrido más de un millón de millas, siempre a menos de 25 millas por hora, equivalente a los 40 kilómetros de velocidad, el límite para núcleos urbanos. La autonomía, de momento, se queda en 160 kilómetros por carga de batería.
COMENTARIO:
Evidentemente, el trabajo que quedará que hacer será el de los artistas, curas, médicos... Pero a mí me parece injustificable como ocurre hoy en día que tenemos tecnología 100 veces más productiva que hace un siglo y aún así hay gente a la que le cuesta llenar la nevera, cuando este problema debería estar totalmente solucionado. Y esto ocurre porque los trabajos son cada vez más especializados y cualificados, y cada vez escasean más. Y por tanto el propio progreso está dejando a gente fuera, y no me parece de recibo que porque alguien no tenga la suerte o la capacidad de desempeñar un trabajo de estos se le pueda negar el derecho a vivir dignamente. Es tan sencillo como que el estado debe cobrar impuestos y darle a todo el mundo una renta que le permita subsistir. Y a partir de ahí, quien quiera y pueda y sepa hacer un trabajo más productivo o cualificado pues ha de tener total libertad para trabajar y ganar más dinero y vivir con lujos. Pero los derechos mínimos han de estar garantizados porque si no se van a quedar fuera mucha gente, y no solo los vagos.
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