viernes, 8 de mayo de 2015

ESPERANDO A QUE LOS CASOS DE CORRUPCIÓN PRESCRIBAN

El exvicepresidente del Gobierno y expresidente de Bankia Rodrigo Rato, en abril pasado

El juez paraliza la inspección a Rato y 61 consejeros por las tarjetas black

Hacienda abrió expedientes en octubre por los gastos indebidos de altos cargos de Caja Madrid y Bankia que investiga la Audiencia.

El juez Fernando Andreu ha ordenado a la Agencia Tributaria paralizar las actuaciones inspectoras que abrió en octubre pasado a Rodrigo Rato, expresidente de Bankia y de Caja Madrid, y otros 61 consejeros y directivos de ambas entidades por supuesto uso indebido de sus tarjetas para gastos de representación.
El magistrado entiende que el resultado de la inspección abierta por Hacienda puede depender directamente "de los hechos y conductas que se investigan" en la Audiencia Nacional. De hecho, Andreu ha retirado ya la imputación sobre 11 directivos de Caja Madrid y Bankia al entender que la tarjeta que utilizaron no era para gastos de representación sino un complemento retributivo, por lo que no cabe hacer ningún reproche penal a esa conducta.
La Agencia Tributaria remitió en octubre pasado cartas a todos los consejeros y directivos de Caja Madrid y Bankia entre 2010 y 2012, ejercicios no prescritos fiscalmente, que utilizaron tarjetas facilitadas por ambas entidades con las que supuestamente hacían gastos particulares no autorizados.
Dos meses después de que se conociera un informe interno de Bankia sobre los gastos irregulares de las tarjetas black, el Ministerio de Hacienda abrió una inspección especial a 62 consejeros y directivos, entre ellos Rodrigo Rato, expresidente de Bankia, y Miguel Blesa, expresidente de Caja Madrid. En aquella fecha, el juez aún no había decidido imputar a todos los que utilizaron las denominadas tarjetas black, sino solamente a los dos expresidentes de Caja Madrid, Rato y Blesa, y a su director financiero, Ildefonso Sánchez Bárcoj,
“Por orden del inspector jefe y al objeto de verificar el cumplimiento de sus obligaciones y deberes tributarios, por los conceptos y periodos que a continuación se detallan, le comunico el inicio de actuaciones inspectoras de comprobación e investigación en los términos previstos en los artículos 141 y 145 de la Ley General Tributaria”, señalaba la carta remitida a los consejeros. La Ley General Tributaria establece que el procedimiento de inspección abierto a estos consejeros “tendrá por objeto comprobar e investigar el adecuado cumplimiento de las obligaciones tributarias, y en el mismo se procederá, en su caso, a la regularización de la situación tributaria del obligado mediante la práctica de una o varias liquidaciones”.
COMENTARIO:
¿Para qué necesitan ser más hábiles? Nos han saqueado a su gusto durante décadas y han conseguido mayorías absolutas. Los papeles del señor Naseiro demuestran que el PP ha sido un partido corrupto desde su misma fundación. Pero las mayorías han sido más absolutas cuanto más corruptos y más torpes. Yo creo que esta vez será distinto, que somos muchos los que estamos despertando. Yo creo que esta vez va a ser distinto, que el cáncer de la corrupción todavía no ha hecho metástasis, que aun no afecta a la inmensa mayoría de la gente, que está limitada a una panda mafiosa. Pero lo que no dejo de preguntarme es: ¿cuántas veces puede uno votar a sabiendas a los corruptos sin convertirte en uno de ellos?
Creo que, ni a propósito, pueden ser más torpes. Si en realidad en nuestro país hubiera una democracia avanzada -que no la hay porque lo que tenemos un “resfriado mal curado del largo franquismo” que padecimos-, esta partía de maleantes se quedaría para hacer calceta en las próximas elecciones de lo que fueran. ¿Cómo si no podría obtener algún voto unos ladrones contumaces desde hace cuarenta años, unos “hacedores” de la política al dictado de banqueros y lobbys extranjeros, unos lacayos de la curia más arcaica y reaccionaria y unos mendaces que cuenta billetes de sus atracos en coches con grabadora? Es que ni siquiera hace falta tener memoria histórica para que a una mediana sensibilidad se le salten las hieles oyendo a una de sus candidatas referirse a los siete abogados asesinados en 1977 en la calle de Atocha, como “esos abogados comunistas”, con un desdén y una crueldad impropia, ya no de una persona que aspira a ser regidora de la capital del Estado, sino del más vil de los terroristas a los que con tanta frivolidad como desconocimiento condena. Todo protegido por el paraguas de una Monarquía más propia de países bananeros que de una verdadera democracia.

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