miércoles, 29 de abril de 2015

NEOCAPITALISMO EUROPEO APOYA LA CORRUPCIÓN Y EL GOBIERNO TAMBIÉN

El Gobierno se agarra a la amnistía fiscal de Grecia para defender la suya

El PSOE advierte de que cuando gobierne publicará la lista de los defraudadores.

El PSOE ha repetido esta mañana en el Congreso, en la sesión de control, la misma estrategia que este martes en el Senado de intentar acorralar por varios frentes y con dureza dialéctica al Gobierno por su gestión caótica de la investigación tributaria sobre el exvicepresidente Rodrigo Rato, pero ampliando sus objetivos no solo al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sino también al presidente, Mariano Rajoy, y a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. En total seis preguntas con el mismo fin: poner en evidencia que el Ejecutivo con su regularización, que los socialistas tachan de amnistía, benefició a amigos, exmilitantes y extrabajadores relevantes del PP como el propio Rato o el exgerente Luis Bárcenas. Rajoy y Montoro usaron en su defensa, en la réplica, el caso de la amnistía fiscal que está poniendo en marcha ahora el gobierno griego de izquierdas de Alexis Tsipras para validar su proceso.
A la ofensiva del PSOE se sumaron, hoy en el Congreso, otras formaciones. De hecho el primero que abordó el asunto fue el diputado de la Izquierda Plural Joan Coscubiela, que interrogó a Rajoy por ofrecer protección con esa medida a evasores y defraudadores. Rajoy tiró de argumentario y reafirmó su apoyo a los funcionarios de la Agencia Tributaria y destacó que gracias a su actuación independiente se han logrado recaudar más de 37.600 millones de euros desde 2011 cuando el PP llegó al poder y más de 2.800 millones en el primer trimestre de 2015, con los que calificó mejores resultados de la historia de ese organismo.
El recurso de los datos no le valió a Coscubiela, que despachó al presidente del Gobierno por "quemarse y carbonizarse al poner la mano en el fuego por sus corruptos". También le acusó de perseguir pruebas y a magistrados, en alusión a los boicoteos y recursos aplicados por el PP en el caso Gurtel y el caso de los papeles de Bárcenas. El diputado tildó al PP como el partido "carcomido por la corrupción" que ahora se muestra "con desfachatez compungido" mientras aprueba una amnistía fiscal "para aflorar el dinero opaco de sus corruptos y sus donantes". Coscubiela reclamó la publicación de la lista de los defraudadores, le exigió al presidente que deje su cargo "por la pocilga en la que nos ha metido" y le denominó "el señor X de la corrupción".
Ante semejante tono y temperatura dialéctica, Rajoy optó por iniciar su réplica con ironía y agradecer la intervención "ecuánime, equilibrada y democrática" de su interlocutor para a continuación seguir el guión de presumir de los logros de la Agencia Tributaria estos años bajo su mando. Fue ahí, cuando reiteró los 124.000 millones de euros aflorados desde el extranjero y que ahora cotizan en España cuando el presidente quiso llamar la atención con la amnistía fiscal aplicada ahora por el Gobierno griego y por el ministro de Finanzas de ese país, Yanis Varoufakis, al que citó. Rajoy recordó otra vez que la actual regularización no se puede considerar estrictamente una amnistía porque "ni limpia ni perdona ningún delito" y cuenta con el aval de la OCDE.
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, utilizó su turno para preguntar sobre la desigualdad existente en el mercado de trabajo español para zarandear al presidente sobre los tres aspectos por los que entiende que será recordado: la amnistía fiscal, la reforma laboral y los recortes sociales. Así lo relacionó todo y reclamó a Rajoy que publique la lista de los defraudadores antes de las elecciones locales del 24 de mayo. Rajoy salvó el escollo aludiendo a que las cosas ahora van mejor que cuando gobernaba el PSOE en el pasado en todos los aspectos.
A la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría la primera que le interrogó sobre el caso Rato fue la líder de UPyD, Rosa Díez, para rememorar quién fue el responsable de nombrar al exvicepresidente como máximo responsable de Cajamadrid. Es decir, Rajoy. La vicepresidenta repitió argumentario y defendió a los funcionarios de la Agencia Tributaria. Díez presumió de las denuncias e investigaciones efectuadas estos años por UPyD sobre este asunto y luego ambas se enredaron sobre las injerencias y presiones del Gobierno con la Fiscalía.
El portavoz del PSOE en la cámara, Antonio Hernando, enlazó la polémica del caso Rato con la propensión según su criterio del actual Gobierno y el PP que lo sustenta a facilitar las salidas de sus diputados y cargos al mercado privado y le pidió a la vicepresidenta su criterio sobre la propuesta de su partido de flexibilizar la entrada y salida de la política y las denominadas puertas giratorias. Hernando se preguntó en voz alta por qué las empresas suelen recurrir solo a diputados del PP "para sus asesorías verbales de cafeterías" que cuestionó por "inmorales" e "indecentes, porque son lo que parecen". Santamaría también se agarró a los mensajes establecidos por el Gobierno y el PP de cómo están mejorando las grandes cifras económicas en el país en los últimos tiempos.
Cuatro diputados del PSOE interrogaron luego al ministro de Hacienda sobre sus conocimientos del caso Rato y su actuación al respecto. Pedro Sánchez profundizó en el error de Santamaría la semana pasada al calificar la regularización como "amnistía", algo que ya rectificó entonces Montoro. Fue en ese punto cuando el ministro se acogió a la amnistía que está proponiedo ahora "el gobierno griego de izquierdas" para aconsejar al PSOE que "vayan apuntándose por ahí" aunque les conminó a tener paciencia "porque van a tardar en volver al Gobierno.". Saura consideró "patética y bochornosa" la labor de Montoro en general y también ironizó sobre que ahora el Gobierno de derechas español termine teniendo como modelo fiscal al Ejecutivo griego. Y justificó los ataques a la actual amnistía fiscal porque los defraudadores en vez de pagar el 50% del dinero ocultado más la correspondiente multa solo han tenido que abonar de media un 3%. También exigió la dimisión de Montoro.
El ministro, que volvió a utilizar su tono displicente hacia los parlamentarios que le increpan, abundó en su tesis de que esas ofensivas concertadas planteando su dimisión le reafirman en su posición y en su deseo de seguir en su puesto: "Yo no es que no me quiera ir, es que ustedes no me dejan. Han cogido una perra, como se dice en mi tierra".
Otros parlamentarios socialistas, como Leire Iglesias, le preguntaron por su valoración personal de las puertas giratorias entre cargos del PP y las empresas privadas, o sobre la actuación del actual embajador de España en el Reino Unido, Federico Trillo, al asesorar a una empresa privada previo pago, o incluso sobre la manipulación informativa en los telediarios de TVE a favor de su persona. Montoro se refugió en que en el pasado los exministros socialistas Pedro Solbes y Elena Salgado nunca se preocuparon del dinero escondido en el extranjero, sobre la mala gestión global de los gobiernos socialistas, y, sobre todo, en los nuevos datos de la recuperación económica de España para insistir en la idea de que el PSOE utiliza esta polémica sobre el caso Rato para no reconocer que el país está ahora en vías de recuperación.
LA INJUSTICIA EUROPEA DEL NEOCAPITALSIMONO NO PUEDE SEGUIR ASI POR MUCHO TIEMPO, ESA POLÍTICA EMPOBRECE  LA SOCIEDAD Y DEJA EL DINERO EN POCAS MANOS CORRUPTAS CON EL APAYO DE LOS GOBIERNOS.

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