Uno de los rescatados del ferri incendiado a su llegada al puerto italiano de Bari.
“Golpeaban para hacerse sitio y conseguir ser evacuados”
Termina el rescate del ferry italiano con al menos diez muertos.
Esta vez el capitán, el italiano Argilio Giacomazzi de 62 años, fue el último en abandonar el barco. El incendio del ferry italiano Norman Atlantic se saldó, tras más de 36 horas de infierno en el Adriático, con al menos diez muertos y un despliegue de la Marina italiana que permitió al primer ministro Matteo Renzi resarcirse, aun sin nombrarlo, del trauma nacional que supuso la tragedia del Costa Concordia en 2012. Renzi agradeció en la rueda de prensa de final de año "el impresionante trabajo realizado" por quienes participaron en el rescate.
Aunque Renzi insistió en que "se evitó una hecatombe" gracias a la dedicación del personal de salvamento, las cifras sobre el número de pasajeros seguían bailando a última hora de la tarde de este lunes, cuando en rueda de prensa el ministro italiano de Infraestructura y Transporte, Maurizio Lupi, fijó en 427 los rescatados. Con una lista oficial difundida el domingo por las autoridades griegas de 478 personas (incluidos 56 tripulantes), el incendio de la nave que cubría el trayecto entre Patras (Grecia) y Ancona (Italia) con escala en Igumenitsa (frente a la isla griega de Corfú) podría concluir con un balance de fallecidos aún mayor si se confirma que este desfase en las cifras corresponden a desaparecidos. La mejor de las hipótesis consiste en que varias personas renunciaran a embarcarse en el último momento o abandonaron la nave en la escala. La peor es que se trate de pasajeros que murieran en las gélidas aguas del Adriático víctimas del pánico y la confusión de los primeros momentos.
Según el registro de la organización internacional Paris Mou, en una inspección técnica el 19 de diciembre se detectaron deficiencias en el sistema de seguridad de la nave que no impidieron a la embarcación volver a hacerse a la mar. Uno de los fallos anotados fue el mal funcionamiento de las puertas cortafuego. La Fiscalía de Bari ya ha anunciado la apertura de una investigación criminal.
Una de las pasajeras, la soprano griega Dimitra Theodossiou, aseguró al diario La Repubblica que vio "escenas terribles [...], hombres de diferentes nacionalidades, turcos, paquistaníes, iraquíes, que en vez de dar la prioridad a mujeres, niños y ancianos, los empujaban y golpeaban para hacerse sitio y conseguir ser evacuados antes". Teodora Douli, de 56 años, esposa de la primera víctima identificada, contó a los medios italianos desde el hospital de Galatina (Puglia), donde fue ingresada, que ella y su marido, de 67 años, estuvieron en el agua "más de cuatro horas" y que se dio cuenta de que él había fallecido cuando "por fin" llegaron a socorrerles. Cayeron al mar al intentar llegar a un bote salvavidas.
Cuando en la madrugada del domingo se declaró el fuego en el garaje del ferry, cargado con más de 200 vehículos —y, según testimonios de los pasajeros, varios camiones cisterna con aceite—, un fuerte temporal con olas de más de seis metros se abatía en el Adriático. Las llamas empujaron a los más de 300 pasajeros que no habían encontrado sitio en los botes salvavidas a la cubierta superior de la nave, y después hasta el helipuerto (el punto más alto del barco), a la espera de ser evacuados. Los rescates, a cuentagotas dada la escasa capacidad de carga de los helicópteros (único medio capaz de acceder a la nave) y a las difíciles condiciones meteorológicas, prosiguieron durante la noche del domingo al lunes bajo el comando operativo de Roma y en estrecha cooperación con las autoridades griegas y albanesas. Tirana mantiene en estado de alerta el puerto de Vlore, ya que el Norman Atlantic está a tan solo siete millas náuticas de la costa de Albania, y no descarta que el remolcador italiano que había conseguido enganchar la embarcación el domingo consiga mover la nave, pese a que persisten activos varios focos del incendio.
A las imágenes del medio centenar de pasajeros desembarcando del buque de carga Spirit of Piraeus en Bari se sumaba el despliegue de medios en Brindisi (Puglia) en espera —como muy pronto pasada la medianoche— del buque anfibio de la Marina militar italiana San Giorgio, con más de cien náufragos a bordo. Esta nave sirvió de apoyo a los helicópteros durante el rescate.
ANTE EL TERROR NO HAY CORTESÍA COMO EN EL TITANIC
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