jueves, 16 de octubre de 2014

SÓLO DEVOLVERÁN LE 17% PORQUE EL RESTO HA PRESCRITO

Economía abre una cuenta para los consejeros arrepentidos de Caja Madrid

El FROB no reclamará aún el dinero de consejeros y directivos de Caja Madrid.

El caso de las tarjetas opacas con las que directivos y consejeros de Caja Madrid y Bankia gastaron 15,5 millones entre 1999 y 2012, ha tomado un nuevo cariz. El Fondo de Restructuración Ordenada Bancaria (FROB), dependiente del Ministerio de Economía, informó ayer de que ha habilitado “una cuenta corriente en Bankia para la devolución de las cantidades relacionadas con las tarjetas”. Solicitó a la Fundación Caja Madrid que lo traslade a las personas que se están interesando en devolver cantidades en su cuenta o se interesen en el futuro.
El Fondo de Rescate no quiere transmitir la idea de que la creación de esta cuenta corriente presuponga la culpabilidad de los que depositen el dinero. De hecho, el FROB no va a reclamarlo activamente a los afectados porque considera que no puede hacerlo hasta que el juez Fernando Andreu tome la decisión de si se cobró indebidamente o no. Hoy declaran en la Audiencia Nacional el expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, el de Bankia, Rodrigo Rato, y el director financiero de ambas entidades, Ildefonso Sánchez Barcoj para determinar si hubo apropiación indebida o administración desleal. El PP ha abierto expediente a Rato, como a los demás implicados de este partido, pero le escuchará antes de decidir sobre su expulsión.
El FROB entiende que la cuenta corriente solo es un mecanismo para habilitar un sistema que atienda a los que ahora quieren devolver el dinero y no pueden hacerlo. Bankia solo ha admitido los importes gastados entre 2011 y 2012 por sus exdirectivos, que son Rodrigo Rato, José Manuel Fernández Norniella, Matías Amat e Ildefonso Sánchez Barcoj, así como unos pocos exconsejeros del banco. Esta situación deja a la mayoría de los 82 afectados sin un lugar donde entregar el dinero porque la Fundación Caja Madrid comunicó ayer que no acepta que se depositen cantidades en sus cuentas ya que considera que no es parte en este asunto.
Hasta ahora solo nueve consejeros de los 82 implicados han devuelto todo o parte del dinero
Sobre los 15,5 millones solo caben tres posibilidades: que sean gastos de empresa, algo que solo podría ocurrir sobre una pequeña parte de ellos, una vez visto el desglose; que sea retribución en especie no declarada, en cuyo caso será Hacienda la que tenga que reclamar las cantidades no prescritas o, por último, que sea una percepción indebida.
Este asunto es el más delicado y es donde cabría solicitar la devolución de todo el dinero. Esto dependerá de lo que considere el juez, aunque el Gobierno, a través del ministro de Economía, Luis de Guindos, ya ha manifestado su intención de que se recupere todo el dinero de las tarjetas black. Si la orden judicial es devolver, entonces será el FROB el que lo reclame a todos los interesados porque considera que estará legitimado para hacerlo.
En el informe que el Fondo de Rescate envió en julio a la Fiscalía Anticorrupción, sostenía que era el legítimo organismo que podía reclamar este dinero. Bankia consideraba que la Fundación Caja Madrid es la que debía pedir el dinero por ser heredero del negocio financiero de la caja. Sin embargo, el FROB recordaba que para Caja Madrid es irrelevante que se incluyeran los 15,5 millones en su valoración de BFA, matriz de Bankia, porque fue de 13.635 millones negativos. Sin embargo, “la inyección de fondos públicos hubiera sido menor” si no se hubieran gastado esos 15,5 millones, “lo que legitima al FROB, BFA y Bankia a reclamarlos”. Todo sigue pendiente del juez.
COMENTARIO:
Menuda panda de sinvergüenzas, los casi cien consejeros de las tarjetas black. Ahora, una reflexión: el montante total de la chorizada es de 15 millones de euros, 2.500 millones de pesetas. El rescate a las cajas de ahorro, cuyas pérdidas provienen, básicamente, de conceder créditos incobrables a los amiguetes, nos ha costado más de 40.000 millones de euros, o sea, la friolera de casi 7.000.000.000.000 de pesetas. Sí, con todos esos ceros: siete billones, con b de barbaridad. Y todos los que se lo han llevado se están yendo de rositas. Pan y circo, como siempre. Nos muestran el espectáculo de cuatro mindundis, o cien, que dan ganas de vomitar, pero nos ocultan lo verdaderamente gordo. Y nosotros, tan contentos porque le podemos decir a Blesa, o cualquier otro muñeco de pim-pam-pum que nos presenten, todo lo que se nos pase por la cabeza.

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