El obispo de Alcalá Reig Pla.
El obispo de Alcalá equipara el tren de la libertad al "tren de la muerte" de Auschwitz
Juan Antonio Reig Pla considera que el feminismo y la homosexualidad han infectado a los partidos políticos y detenido la reforma de la ley del aborto.
Califica la situación actual en España de "dictadura que aplasta a los más débiles"
El obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, no ha podido contenerse una vez más. La retirada del anteproyecto de ley del aborto por parte del Gobierno de Mariano Rajoy ha sido materia para una carta abierta en la que equipara el tren de la libertad que reclamó el derecho de los mujeres a decidir sobre su embarazo al "tren de la muerte del holocausto más infame, la muerte directa y deliberada de niños inocentes no-nacidos". Los coloca, directamente, a la misma altura que "los trenes de Auschwitz".
Reig Pla califica la situación en España de "dictadura que aplasta a los más débiles". Y pasa a señalar a los culpables, según su criterio. Al Partido Popular de Mariano Rajoy le dedica este analisis: "el Partido Popular es liberal, informado ideológicamente por el feminismo radical y la ideología de género". Pero luego halla, rápidamente, el foco de todos estos males: la homosexualidad –una de las obsesiones del obispo– ya que califica de "infectado" a la formación política "por el lobby LGBTQ; siervos todos, a su vez, de instituciones internacionales (públicas y privadas) para la promoción de la llamada 'gobernanza global' al servicio del imperialismo transnacional neocapitalista, que ha presionado fuerte para que España no sea ejemplo para Iberoamérica y para Europa de lo que ellos consideran un 'retroceso' inadmisible en materia abortista".
En esta misiva, se lamenta el obispo de Alcalá de Henares del cambio de rumbo ya que se había esperanzado con el plan de Alberto Ruiz-Gallardón. "Parecía que algo estaba cambiando en las conciencias de algunos políticos relevantes respecto del crimen abominable del aborto". Al fracasar la reforma no ha tardado en localizar a los culpables: feminismo y homosexualidad.
COMENTARIO:
Unas declaraciones que no deberían salir de la boca de un obispo la Iglesia debe de atraer y no espantar, que sigan el evangelio que muchos pastores lo olvidan.Es una pena que este obispo no defienda con la misma vehemencia la lucha contra el trabajo precario y semi-esclavo que el capitalismo desbocado está imponiendo. Ese nuevo tipo de esclavitud, por lo visto, no le interesa.
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