El teniente Luis Gonzalo Segura, con un ejemplar de su novela, ayer en la Feria del Libro de Madrid
Hospitalizado el teniente que noveló sobre la corrupción en el Ejército
Segura, que cumple un arresto de dos meses, lleva tres días en huelga de hambre por considerarse víctima de un proceso injusto.
El teniente Luis Gonzalo Segura del Oro-Pulido, autor de una novela en la que denuncia presuntos abusos e irregularidades en el Ejército (titulado “Un paso al frente”), ha sido trasladado desde el centro disciplinario en el que cumplía dos meses de arresto, en la base San Pedro de Colmenar Viejo (Madrid), al hospital militar Gómez Ulla, en el madrileño barrio de Carabanchel, donde ha quedado ingresado. El traslado se produjo el sábado por la noche como medida “preventiva”, según fuentes de Defensa, y actualmente se encuentra "en observación", a la espera de cómo evalucione su estado de salud.
El teniente inició una huelga de hambre el jueves 17 de julio, 24 horas antes de que fuera arrestado, como forma de protesta por considerarse víctima de un proceso injusto. “No puede entender que se le castigue por denunciar casos de corrupción y que no se abra ninguna investigación para determinar si lo que denuncia es cierto”, afirman fuentes de su entorno.
Desde el jueves, Segura no ingiere ningún alimento sólido (solo agua y zumos) y ha rechazado la comida que se le ofreció en base San Pedro. Ya el mismo viernes un oficial médico recomendó su traslado al centro hospitalario, pero no se ejecutó hasta el día siguiente.
El teniente está ingresado en una habitación del Gómez Ulla, bajo custodia de la policía militar, y con un horario limitado de visitas. “Se le trata como a un delincuente”, se quejan fuentes de su entorno, aludiendo al hecho inusual de que no se le permitiera hacer la maleta y fuera conducido inmediatamente al centro disciplinario tras comunicarle el resultado del expediente.
El jefe del Ejército de Tierra, general Jaime Doínguez Buj, ha castigado a Segura con dos meses de arresto y pérdida de destino por las declaraciones que realizó a distintos medios de comunicación para promocionar su novela. La defensa del militar alega que estas declaraciones fueron sacadas de contexto. Además, tiene abierto un expediente gubernativo, que podría concluir con su expulsión de las Fuerzas Armadas, por el contenido del libro.
COMENTARIO
:Todo por tapara la corrupción.Hubo tiempos en que las plumas más ilustres de nuestro país compartían esta con la espada, y la milicia, religión de hombres honrados de Calderón, aderezó nuestra historia del más alto vuelo, con hombres que nunca renunciaron a su tiempo. Bastante más próximo queda cuando algún almirante o general también cogía la pluma; más conservadores por la edad, no parece que el uniforme les obligara a renunciar a la cultura. Hoy, signo de los tiempos, un tenientillo, jovenzuelo y a lo visto revoltoso, es crítico con la institución, lo menos que cabe esperar de una novela que hable de nuestra sociedad en estos días. Pero una sociedad que quiere volar alto recoge y aprovecha toda energía en su beneficio y aprende cuanto es necesario para su mejora. Esperemos que alguien capaz de mirar más lejos, si es queda alguien por ahí todavía, llame al instructor y le diga que guarde el expediente en el cajón. No vaya a ser que perdamos al general más brillante del futuro.
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