martes, 13 de mayo de 2014

TENEMOS UNA SOCIEDAD DESORIENTADA TOTALMENTE

Campus de la Comunicación de la Universidad Pompeu Fabra, en Barcelona.

Ningún campus español entre el centenar con más impacto investigador

Lo afirma el primer multiranking de la Unión Europea presentado hoy. Entre los 100 de trasferencia de conocimiento hay tres universidades españolas.

El primer ranking mundial de universidades elaborado por la Comisión Europea no incluye a ningún campus español entre las 200 primeras con mayor impacto investigador. En este ámbito (teniendo en cuenta únicamente el índice de citas en artículos científicos) solo dos universidades de la UE se encuentran en los 10 primeros lugares de la clasificación, que lideran las estadounidenses Massachusetts Institute of Technology (MIT), Harvard, Princeton y Berkeley. Aparece, en noveno lugar, el primer centro europeo: la London School of Hygiene & Tropical Medicine (Reino Unido). Para encontrar un centro español hay que remontarse al puesto 259, en el que figura la Universidad de Barcelona.
La lista divide a las universidades en cinco clasificaciones independientes entre sí —reputación investigadora, calidad del profesorado y de la enseñanza, orientación internacional, éxito en la transferencia del conocimiento (acuerdos con empresas) y contribución al crecimiento económico regional— y arroja resultados tan sorprendentes como dispares en el ámbito europeo. Llama la atención la benevolencia en las calificaciones a todos los centros analizados: el 95% logra una A (la máxima nota posible) en al menos uno de los 30 subindicadores y el 12% consigue esta calificación en al menos 10 apartados.
El estudio arroja mejores resultados para las universidades europeas en lo referente al compromiso de las universidades con la región en la que están radicadas. En concreto, 10 centros comunitarios copan los 10 primeros lugares por porcentaje de publicaciones científicas elaboradas en colaboración con otros entes regionales. El listado lo lidera la Universidad de Hanze de Ciencias Aplicadas de Groningen (Países Bajos) y dos campus portugueses: la Universidad Fernando Pessoa y el Instituto Politécnico de Setúbal. En décimo y undécimo lugar figuran dos centros privados españoles: la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia y la Universidad Europea de Madrid. Esta subclasificación refleja el porcentaje de trabajos académicos publicados en colaboración con otros centros universitarios o empresas localizadas en un radio de 50 kilómetros de la universidad en cuestión, por lo que influye “en gran medida” su cercanía o lejanía de grandes polos industriales o de conocimiento, matiza el profesor holandés Frans Van Vught, uno de los autores del ranking.
“Tenemos un concepto de Smart campus. Dejamos que las empresas prueben sus proyectos pilotos en nuestra universidad, que funciona como una ciudad –con edificios, restauración o aparcamientos- y, a cambio, aquí se hace investigación que verifica lo que ellos dicen. En los grupos hay siempre alumnos, al menos de doctorado”, cuenta Sergio Calvo, director de la Escuela de Doctorado e Investigación de la Universidad Europea. “Hay acuerdos con empresas pequeñas y otras muy grandes, como el IVI para técnicas de reproducción, IBM para desarrollo informático o la Fundación Tejerina para el estudio del cáncer”.
Por porcentaje de copublicaciones únicamente con empresas, los resultados de las universidades europeas son bastante esperanzadores, al situar ocho escuelas de negocios entre las 10 primeros del mundo. A la cabeza, dos centros franceses —el ENSAE de París, en primer lugar, y el Télécom Paris Tech, en tercer lugar— y un campus paneuropeo en segundo puesto—el ESCP, con sede en Madrid, París, Londres, Berlín y Torino—.
El listado también está disponible por áreas de conocimiento. Por el momento la clasificación sólo está disponible para estudios empresariales y Economía, ingenierías eléctricas y mecánicas y Física pero en 2015 se añadirán otras disciplinas como Psicología, Informática o Medicina. En la rama de estudios empresariales y Economía, figuran tres universidades españolas en los puestos 46 (Universidad de Lleida), 47 (Universidad de Deusto) y 56 (Universidad de Navarra). "Nos sorprende pero en estos 15 años del grado de Economía hemos visto una gran evolución. En esta universidad todos los alumnos -hasta los de Historia- hacen prácticas en empresas y tenemos una tasa muy alta de convenios con colegios profesionales", explica orgulloso el rector de Lleida, Roberto Fernández.
El ranking europeo trata de contrarrestar la relevancia del de Shanghái —en el que apenas aparecen 10 universidades españolas entre las 500 mejores del mundo— y que tiene ante todo en cuenta el impacto de las investigaciones y los reconocimientos, como los premios Nobel y las Medallas Fields, recibidos en su historia por sus alumnos y profesores. Este segundo favorece a los campus más científicos, la mayoría anglosajones. Porque, por ejemplo, si Severo Ochoa no hubiese pasado por la Universidad Complutense de Madrid este campus bajaría 80 escalones en el listado.
La herramienta comunitaria está desde hoy disponible para que cualquier persona pueda elaborar su propia clasificación de centros universidades en función de sus propios criterios y ha sido elaborada por un grupo de profesores de la Universidad de Twente (Países Bajos), del Centre for Higher Education alemán, la Universidad de Leiden (Países Bajos) y la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica). En su análisis, estos expertos han tenido en cuenta un total de 1.200 facultades y 5.000 programas de estudios ofrecidos por 70 universidades de todo el mundo y sus resultados contrastan con los que arrojan las clasificaciones con mayor reconocimiento, como la Times Higher Education o el ya citado World Universities Ranking de laUniversidad Jiao Tong de Shanghái.
La posición en estos rankings —muy populares en la última década, como la publicación británica Times Higher Education— condiciona las políticas de muchos Gobiernos. El ministro de Educación español José Ignacio Wert, y la oposición, ha lamentado en muchas ocasiones la mala posición de los campus nacionales en estos listados. Muchos expertos reclaman no descuidar objetivos importantes que no miden los rankings, como la calidad de la docencia o la equidad. En Francia, la escasez de campus galos entre los 100 primeros acabó en una reforma legal; en España, el programa gubernamental Campus de Excelencia Internacional -cuya progresión se ha parado por la crisis- empezó a repartir fondos a los mejores proyectos, con el objetivo, entre otros, de colocar a "las mejores universidades españolas dentro de las 100 mejores universidades europeas",
Dentro de Europa incluso algunas asociaciones han criticado el multiranking comunitario. Entre ellas la Liga Europea de Universidades de Investigación (LERU, en sus siglas en inglés), que engloba a la mayoría de las universidades de investigación más importantes del continente (como Cambridge, Oxford, Zúrich, Ámsterdam o Barcelona). "El intento de reducir la evaluación de todas las muy diversas áreas de las universidades a un solo número está condenado al fracaso y tiene varios efectos secundarios negativos”, opinó hace unos meses Kurt Deketelaereen, que lo considera un despilfarro, en las páginas de este diario. El multiranking tiene un presupuesto de 2 millones de euros para el periodo 2013-2015, y sale de la partida del programa Erasmus Plus. "El objetivo es una organización internacional independiente que gestione el ranking como un modelo de negocio sostenible pronto", explica la Comisión.
Hace diez días el ranking que elabora anualmente la publicación británica Times Higher Education posicionó a siete universidades españolas entre los 100 mejores campus jóvenes del mundo. España es, además, el cuarto país —por detrás de Reino Unido, Australia y EE UU— con más campus en este top 100. La Universidad Pompeu Fabra, creada en 1990 en Barcelona, ocupa el puesto 13.
COMENTARIO:
Para la inmensa mayoría de los alumnos de licenciatura es irrelevante que en la universidad se haga investigación o no. Sé que esto va a causar controversia, pero lo que estudian los alumnos en carreras de cuatro o cinco años es tan básico que se podría aprender solo leyendo los libros de texto en casa. El valor que aportan los profesores a nivel licenciatura es más pedagógico, buscando explicar de la mejor manera el contenido de las materias para lograr un mejor aprendizaje. A nivel de master o de doctorado las cosas cambian.

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