Basura en la playa de Las Sabinillas (Málaga).
35 restos de basura cada 10 metros de playa
El proyecto Marnoba detecta graves problemas sin resolver en la contaminación y limpieza de las playas
En invierno proliferan los plásticos y en verano el papel y el cartón
ONG advierten sobre todo del peligro de los plásticos, que matan al año a más de un millón de animales marinos.
A las puertas de un nuevo éxodo vacacional conviene recordar que, aún hoy, con la conciencia ambiental que se le supone al ser humano, tras nuestro paso por la playa dejamos un rastro de 352 objetos en forma de residuos cada cien metros. Los datos proceden de un estudio de seguimiento realizado durante el verano pasado en 12 playas andaluzas y ceutíes dentro del proyecto Marnoba, que coordina la asociación Vertidos Cero. Previamente se realizó otro rastreo en el invierno de 2012-2013 que reflejó datos igualmente significativos: 200 restos de residuos cada 100 metros. Otro dato más: 11 de las doce playas visitadas tienen un servicio regular de limpieza.
Bolonia, Zahara de los Atunes y Palmones en Cádiz; Benítez en Ceuta; Las Sabinillas, Calahonda/Mijas, Campo de Golf/San Julián y Molino de Papel en Málaga; La Herradura y Calahonda en Granada; y Poniente y Salinas de Cabo de Gata en Almería. Estas son las 12 playas en las que se ha centrado el proyecto Marnoba (acrónimo de “mar no basuras”), cuyo objetivo oficial es “diseñar y difundir un protocolo de gestión de las basuras marinas en las playas del litoral español para el buen estado ambiental del medio marino, con especial atención a la conservación de la biodiversidad marina, tomando como referencia la demarcación del Estrecho y Alborán”.
La elección de las playas responde a que “la zona sufre casi todas las problemáticas asociadas a la proliferación de basuras en el medio marino, abarca dos cuencas (atlántica y mediterránea) y contiene un gran número de espacios protegidos tanto en tierra como en el mar”. Así lo explica Estíbaliz López-Samaniego, responsable del medio marino en Vertidos Cero, quien añade: “Son playas heterogéneas, algunas con áreas urbanas e industriales muy próximas, otras típicamente turísticas y otras más aisladas”. El resultado, residuos de todo tipo: colillas (en verano aparecen hasta dos cada metro), botellas, latas, carritos de la compra, móviles, redes y sedales abandonados y, lo más peligroso, envases vacíos de hasta 25 litros de sustancias químicas, aceites de coche y pinturas.
Aparte de constatar que no solo el sector turístico, sino también la pesca, la industria y la agricultura contribuyen a la contaminación costera, otra de las conclusiones de Marnoba es que en verano los residuos de papel/madera superan en porcentaje a los de plásticos y los higiénico-sanitarios debido a las colillas y las voladuras de servilletas y manteles de los chiringuitos. Sin embargo, el material dominante a lo largo del año es el plástico. “En invierno llega al 65% del total recogido y hay playas donde supone el 90%”, recuerda López-Samaniego.
Campañas y estudios continuos de ONG como Greenpeace, la italiana Legambiente (coordina el programa Clean up the Med) y Oceana y organismos como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la National Academy of Sciences de Estados Unidos cifran en más seis millones de toneladas la basura arrojada a mares y océanos. El 80% de esta cantidad procede de tierra firme y entre el 60% y el 80% son plásticos, el material más peligroso para la fauna y flora marina que llega desde las playas. Un millón de aves marinas y 100.000 tortugas y mamíferos marinos mueren cada año tras ingerir o enredarse con plásticos presentes en todos los mares del mundo. El efecto más ilustrativo de este impacto son las inmensas “islas de plástico” que flotan en todos los océanos.
De proyectos como Marnoba depende que, de una vez por todas, ciudadanos, empresas y administraciones, tomen conciencia y adquieran compromisos de remediación y prevención para evitar una de las principales fuentes de contaminación del mar. El proyecto, en el que también colabora Kai Marine Services, entró en la convocatoria de ayudas 2012 de la Fundación Biodiversidad para la realización de actividades en el ámbito de la biodiversidad, el cambio climático y el desarrollo sostenible. En la actualidad se desarrollan varias plataformas tecnológicas (página web y aplicaciones para dispositivos móviles) para difundir un protocolo de actuación adecuado para la detección, inventario, recogida y tratamiento de residuos en la campañas de limpieza de playas.
“Hay algunas campañas en las que el 10% de lo recogido vuelve a la costa o en las que no se hace una recuperación adecuada de cada material para destinarlo a su reciclaje o reutilización”, advierte la responsable de medio marino de Vertidos Cero. El protocolo creado a partir de los trabajos de Marnoba pretende corregir estos defectos y son varias las ONG y organismos de Galicia, Andalucía e incluso de equipos de limpieza de fondos profundos los que se han interesado por la metodología seguida.
No obstante, López-Samaniego avisa de que “esto es solo la punta del iceberg; no hemos incluido aquí todo lo que aparece en las cabeceras de playa, que en algunos casos son auténticos vertederos, y todo a pesar de las directivas, leyes y planes de prevención de residuos que existen”. Desde Vertido Cero y Marnoba insisten en la necesidad de incidir en la solución de este impacto ambiental que afecta a las costas españolas. De hecho, la iniciativa cuenta con recomendaciones que, se supone, ya deberían estar en marcha, entre ellas: incrementar los esfuerzos para conocer el origen de los residuos, uso de materiales biodegradables, poner tapas en las papeleras de paseos marítimos y playas e implicar a las empresas de gestión de residuos para recuperar los de las costas
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