lunes, 10 de marzo de 2014

UN PAIS SIN CABEZA Y UNA JUSTICA QUE NO SE ENTIENDE

El antiguo presidente de Catalunya Caixa, Adolf Todó, en una imagen de 2010.

Dos de los exdirectivos de Catalunya Banc ganan el juicio y cobrarán indeminización

Adof Todó, expresidente, Jaume Masana, exconsejero delegado, reclamaron judicialmente 600.000 euros cada uno tras ser despedidos sin compensación por el FROB. La entidad ha sido rescatada con 12.000 millones tras su quiebra.

Adolf Todó, expresidente de Catalunya Banc, y su consejero delegado, Jaume Masana (que ahora trabaja en Caixabank), recurrieron ante el juez su despido sin indemnización por parte del fondo de rescate, el FROB. El juzgado social número ocho de Barcelona acaba de darles la razón y declara "la improcedencia de sus despidos".
"Debe condenar y condeno a Catalunya Banc a readmitir a estos o a abonarles una indemnización para cada uno de ellos de 600.000 euros", afirma la sentencia. Obviamente, no serán admitidos, (en el caso de Masana ya es imposible por trabajar para la competencia) por lo que se da por hecho el pago de 1,2 millones. Este caso fue el primer "despido procedente" realizado en la banca española.
Catalunya Banc recurrirá la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, según fuentes cercanas a la entidad. El propio ministro de Economía, Luis de Guindos, fue el que anunció que se tomaría la medida de no indemnizarles, en una decisión con intentos más de ser ejemplarizante ante la opinión pública que práctica, como se ha visto ahora.
Todó ganó 3,3 millones de euros entre 2008 y 2013 y la entidad tuvo números rojos por 13.154 millones
En el caso de Todó y Masana pasará a la historia financiera de España. La entidad cerró 2012 con 11.819 millones de pérdidas y el Estado tuvo que inyectar 12.050 millones, lo que supone la mayor ayuda bancaria en España (superior a la de Bankia) en proporción a su tamaño. Todó ganó 3,3 millones de euros entre el 1 de abril de 2008 y el 10 de mayo de 2013 que estuvo trabajando en la entidad catalana. En este periodo de tiempo, la entidad ganó 351 millones, entre 2008 y 2010, y presentó números rojos por 13.154 millones.
Para hacer fuerza en los argumentos del despido, el FROB en la carta de cese les acusa a ambos ejecutivos de haberse gastado 375.705 euros en un informe de McKinsey "sin que conste que se haya comunicado al Consejo de Administración el resultado final de dicho trabajo, salvo un borrador muy preliminar cuyo contenido y desarrollo en absoluto justifica el importe satisfactorio".
El FROB va más lejos y también les acusa de "excusar su responsabilidad en su gestión y provocar una situación interna insostenible que forzase al banco a decidir su salida indemnizada del mismo". También dice que intentaron tener "un posicionamiento contrario al interés del banco, cuya principal motivación no puede ser  sino una  pretensión permanente de protegerse personalmente".  Pese a estas acusaciones, que el juez considera no justificadas, ambos ejecutivos se llevarán 1,2 millones, que se cargarán contra la cuenta que los contribuyentes deberán pagar para reflotar y vender próximamente la entidad a un tercero.
La decisión judicial es una victoria para los exejeutivos, pero no es la indemnización a la que ellos aspiraban. Todó reclamaba tres anualidades (300.000 euros por ejercicio después de la nacionalización frente a los 825.000 que tenía hasta ese momento) y el fondo de pensiones. En total, 4,5 millones.
El juez recrimina al FROB que no acredite las fuertes acusaciones a las que somete a los dos directivos
Según se desprende de la sentencia, "la parte actora" (los exejecutivos) "no determina ni en su demanda ni en su acto el juicio causa pretendi concreta que determine la superación de dicho límite indemnizatorio". El juez dice que corresponde a los demandantes concretar la causa "que ampararía la superación del límite indemizatorio", pero solo exige al FROB el pago de los 600.000 euros que corresponde por ley a los exejecutivos de entidades nacionalizadas.
El juez recrimina al FROB por no acreditar las fuertes acusaciones a las que somete a los dos directivos, sobre todo por los incumplimientos o dejación de sus funciones. En su opinión, las cartas de despido que presentó el FROB "carecen de hechos concretos y determinados que puedan reflejarse y recogerse directamente en el apartado de probanzas, estando repleta de comentarios genéricos que tampoco en acto de juicio son objeto de concreción".

En estas misivas el FROB justificaba el "despido disciplinario" de ambos por "un incumplimiento grave y culpable de sus funciones". En concreto, se les atribuye a los dos exdirectivos una actitud de "enfrentamiento y oposición reiterada a las decisiones, criterios y estrategias adoptadas en el banco" por parte del máximo accionista en 2012 y 2013, como era el FROB, hasta el punto de ejercer un papel de "oposición interna" y de "generar un clima de enfrentamiento y perturbación" en el seno de la entidad.

El FROB atribuía la actitud de Todo y Masana a su voluntad de "eludir" y "excusarse" de cualquier responsabilidad propia en la gestión de los últimos años al frente de la entidad financiera. Además, el titular de la entidad culpaba a ambos directivos de la "paralización de la gestión", lo que supone "una flagrante dejación de sus responsabilidades y funciones".
COMENTARIO:
Cuando este año me toque hacer la declaración de la renta, me acordare que no estoy pagando impuestos para la sanidad, la educación o la protección social, si no para que unos millonarios, nombrados por políticos, ya que era una caja de ahorros, sigan robando a la sociedad con el beneplácito de un juez

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