viernes, 21 de febrero de 2014

LAS PEQUEÑAS COSAS QUE HACEN AL HOMBRE GRANDE

Fotograma del vídeo casero protagonizado por Daniel Mulligan
 
Fotograma del vídeo casero protagonizado por Daniel Mulligan
La amistad entre un empleado de limpieza y un niño autista que enternece a la red.
Necesitamos héroes, desesperadamente además. Cuando parece que todo se va al carajo y asomarse al telediario supone un mal trago garantizado, en ocasiones cuesta recordar que la vida sigue y cada uno, en su pequeña dimensión, va tirando para adelante. Y ahora que hablamos de cosas pequeñas, la magia de internet, tan ruin para algunas cosas, y tan grande para otras, nos ha regalado una historia que está pulverizando registros en YouTube y Facebook.
Nos trasladamos a la pequeña localidad californiana de Ojai, donde el pequeño Daniel, afectado de autismo, espera paciente en la puerta de su casa durante horas. En este trastorno la rutina proporciona seguridad y en su pequeño mundo, el tiempo no tiene mucho valor. A sus cinco años de edad, sabe que en cualquier momento aparecerá... Y llega por fin. El rugido del motor anuncia la llegada de nuestro segundo protagonista, Manuel.
Este empleado de una subcontrata del servicio de limpieza de la localidad gira el volante y afronta con decisión la calle de Daniel. Sabe que ese contenedor situado frente a su domicilio es especial. La fuerza de la costumbre ha labrado una extraña amistad, la de un niño que nunca habla, pero que no retira la mirada a aquella estruendosa máquina que repite día a día el ciclo y la de un empleado del servicio de basuras.
Esperando al camión de la basura
El ruido atronador al que nos hemos acostumbrado en nuestras casas con cierto fastidio, se ha convertido en un momento especial para todos los implicados. Daniel el primero, que ignorando las instrucciones iniciales de su madre, tras terminar el desayuno, se apostaba impaciente esperando la llegada del trabajador del servicio de basuras. La magia de nuestro pequeño héroe contagia, y Manuel Sánchez comparte la ilusión de Daniel cada mañana exagerando un poco las maniobras y estirando este momento de cielo para el pequeño. Qué fácil es hacerle feliz.

Sin embargo, todo cambió el pasado 12 de febrero. El día comenzó como siempre y los padres de Daniel, parte ya del momento mágico, grababan con su móvil como hacían habitualmente las maniobras de Manuel y la alegría de su hijo. Era el momento en el que estos dos luchadores se veían cara a cara y disfrutaban con el encuentro. Daniel haciendo frente a un trastorno del que ni siquiera es consciente, y Manuel habituado a los madrugones de un duro trabajo con el que hacer frente a sus deudas y sacar adelante a los suyos.
Un héroe para la red... y para Daniel
Pero el pasado día 12, la rutina de movimientos del camión se alteró. Las maniobras extra que siempre regalaba el empleado a nuestro protagonista dieron paso a un suceso inesperado: cuando Daniel estaba despidiendo con la mano al camión, como hacía a diario, Manuel se bajó del vehículo y preguntó a la madre si podía hacer un regalo a Daniel.
Esta historia tan humana hubiera quedado ahí de no ser porque sus padres la subieron a Facebook y YouTube en ese mismo momento y ya se sabe, de ahí al infinito. Hablábamos antes de héroes... Manuel Sánchez se convirtió en uno de forma instantánea"¡Por supuesto!" respondió la madre, y el empleado municipal se acercó con cautela a la criatura extendiendo una bolsa que Daniel examinó con curiosidad: era un camión de la basura de juguete. En ese momento era difícil determinar qué sonrisa era más grande, la de Daniel, la de los padres, o la del propio Manuel que se marchó con un "hasta mañana".
Esta historia tan humana hubiera quedado ahí de no ser porque sus padres la subieron a Facebook y YouTube en ese mismo momento y ya se sabe, de ahí al infinito. Hablábamos antes de héroes... Manuel Sánchez se convirtió en uno de forma instantánea, o todo lo rápido que consigue un vídeo en YouTube en superar el millón de visitas. El impacto fue tal que la noticia estaba al día siguiente en todos los telediarios del país y este empleado fue condecorado por su empresa.
Manuel seguirá subido a su camión sin faltar a su cita diaria con el pequeño y alegrando de esta manera, por unos instantes, el día a ambos. Un empleo humilde y un sueldo que no da para mucho, pero sí su grandeza y humanidad de los que dan sin esperar nada a cambio. La misma que ha conquistado a la red.
 
COMENTARIO:
Qué fácil es hacer feliz a un niño necesitado!!! y los adultos a vueltas con nuestro estúpido mundo para ponérselo cada vez peor a los que nos sucedan.

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