"¡Qué elegante!", le ha espetado el Rey al nuevo embajador de Venezuela en España, Mario Isea. Con una gran sonrisa y un brillo travieso en sus ojos, Don Juan Carlos se ha dirigido así al ex diputado oficialista venezolano, ataviado con el traje nacional de su país, una especie de uniforme beige con cuello mao de inspiración asiática que recibe el curioso nombre de liqui liqui.
De esta manera, el Monarca ha zanjado la crisis diplomática vivida hace nueve meses con el régimen bolivariano tras las elecciones presidenciales en las que ganó Nicolás Maduro, el sucesor del chavismo. Desde Caracas se llegó entonces a insultar al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, que ha asistido hoy a la entrega de cartas credenciales junto al Rey.
La ceremonia-exprés que se ideó el pasado septiembre un día antes de que el Monarca ingresara de nuevo en quirófano se ha mantenido hoy. Los problemas de salud del Rey han condenado al baúl de los recuerdos a las berlinas, los palafreneros, los uniformes de gala, los himnos oficiales y toda la parafernalia protocolaria que rodea a uno de los actos más solemnes, más vistosos y más largos del Estado.
Ahora, a los embajadores se les recibe en grupo y se les despacha en apenas media hora. Esta mañana se han congregado 16 en La Zarzuela.
Don Juan Carlos lo ha recibido de pie y sin muletas. Su rostro denota buen aspecto. Sus piernas, el debilitamiento fruto de casi dos años de continua rehabilitación. Sus extremidades muestran una delgadez notable con respecto al resto del cuerpo.
Para acortar el tiempo, los nuevos embajadores se han limitado a estrechar la mano del Rey y no la de Margallo. Después se han sentado todos en torno a ambos. Don Juan Carlos se ha acomodado en la silla elevada especialmente designada para evitar luxaciones como la que sufrió en 2012.
El buen humor del Monarca se ha convertido en una carcajada abierta con el nuevo embajador británico, Simon Manley, que le ha transmitido los saludos y deseos de recuperación de la reina Isabel II, a lo que Don Juan Carlos ha contestado: "Está mejor que yo". También se ha mostrado especialmente cariñoso y amigable con el representante de Kuwait, Suleiman Abdala al-Harbi.
Mucho menos comunicativo ha estado Don Juan Carlos con los emisarios de las dos últimas dictaduras comunistas del mundo: el de Cuba, Eugenio Martínez, y del Corea del Norte, Kim Hyok Chol.
Se han acreditado hoy oficialmente otros ocho embajadores latinoamericanos, otro árabe (Kuwait y Túnez), tres europeos (Austria, Croacia y Eslovaquia) y una ex república soviética, Uzbekistán.
La primera semana de febrero tendrá lugar la recepción al cuerpo diplomático en el Palacio Real, un mes después de la Pascua Militar, donde el Rey tuvo claras dificultades para leer el discurso ante los militares.
COMENTARIO:
Si tuviera la fiscal apoyando como el mejor defensor del mundo a mi hija, también estaría de buen humor...pero avergonzado.
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