“Me pagan poco y no trabajo de lo mío”. “No es por esto que estudié, pero es mejor que nada”. Estas frases podrían estar en boca de la mitad de los jóvenes españoles. Trabajar menos de lo que se quisiera y hacerlo en empleos de un nivel inferior son, ambas, tendencias al alza entre el 50% de jóvenes españoles que puede alegrarse por tener un trabajo. Según evidencia el Observatorio de la Emancipación, publicado esta semana por el Consejo de la Juventud, es en esta mitad, entre los que sí tienen un empleo, donde se esconden otras dos caras de la crisis: la subocupación y la sobrecualificación. “Es lo que nuestro mercado de trabajo está generando en los últimos años”, señala Joffre López, sociólogo y autor del estudio.
Periodistas que trabajan como empleadas de grandes almacenes, economistas sirviendo cafés, arquitectas doblando camisetas en una tienda de ropa. Todas personas que entran en la categoría de 'sobrecualificados' : asalariados que, sin estar cursando estudios, tienen un nivel de formación que supera la mínima requerida para llevar a cabo el puesto de trabajo ocupado, según se desprende de la Clasificación Nacional de Ocupación de 2011.
Los datos de la Encuesta de Población Activa y del INE sobre los que se basa este estudio indican que en ninguna comunidad el número de sobrecualificados baja del 50%. En Madrid, la mitad de los menores de 30 años que están trabajando están sobrecualificados para el empleo que llevan a cabo. En Navarra, hasta el 68% de los jóvenes entre 16 y 29 años desempeñan tareas que necesitarían un nivel de formación mucho menor al que obtuvieron tras sus estudios.
Dos velocidades
Organismos internacionales como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sitúan el nivel de sobrecualificación en España a la cabeza de todos los países de la organización, con un nivel superior al doble de la media. En el contexto europeo, el fenómeno es mayor en los países donde los jóvenes tardan más tiempo en encontrar un empleo: Italia, España, Grecia y Portugal.
La literatura al respecto evidencia que los progresos educativos y los del mercado laboral no van a la misma velocidad: “Sobre todo en algunos países del Mediterráneo, los empleadores no han sabido modificar las tecnologías de producción y las formas de organización del trabajo de acuerdo con el aumento de personas con altos niveles educativos”, destaca un estudio de la Universidad La Sapienza de Roma. En otras palabras, la oferta creció más rápido que la demanda.
“Hablar de sobrecualificación es muy discutible”, advierte Marina Subirats, socióloga, en una conversación con El Confidencial. “Se suele tomar como referencia las variables del mercado: cuando necesita a gente, es fácil que la tome infracualificada, para que aprenda. Y cuando la demanda baja, como ahora, resulta que en realidad sobra gente preparada”. Una población que prefiere ir a otros países donde sea requerida.
Las consecuencias, además de la emigración, pueden ser medidas políticas: “A menudo se piensa que, al haber mucha gente muy cualificada, se pueden rebajar los niveles educativos: pero si además de no tener empleo los jóvenes no tienen el capital cultural y los conocimientos que quisieran tener, se produce una pérdida a todos los niveles, educativo y laboral”, señala esta socióloga.
Trabajar menos de lo que se necesita
Prácticas de empleo que habituales en el 23% de la población española pueden considerarse como subocupación, señala el estudio del Centro de la Juventud. Se trata de personas cuyas horas efectivas de trabajo son insuficientes “en relación con una situación de empleo alternativo que esta persona desea desempeñar y está disponible a asumir”, según la definición de la EPA: quien quisiera trabajar más, pero no lo consigue. Un dato en el que España se sitúa poco por encima de la media europea, del 17% de los jóvenes, según los datos de Eurostat.
El aumento de la contratación a tiempo parcial, impulsado por la última reforma laboral, lleva a este dato: “Ha aumentado el número de quienes tienen uno o más trabajos, pero no consigue emanciparse con ello”.
En este ámbito, la Comunidad Valenciana es la que detiene el récord, con un 33,60% de jóvenes entre los 16 y 29 años que puede considerarse subocupado. Al otro lado del listado, Cataluña presenta los mejores resultados, siendo la comunidad en la que es mayor la difusión de contratos indefinidos. En la región, solo el 8% de los jóvenes entre 30 y 34 años vive con esta “otra forma de precariedad”, como la define López.
COMENTARIO:
Un país, que toda la vida se ha ocupado de tener los mejores trenes del mundo, los edificios públicos mas faraónicos, la mayor cantidad de aeropuertos, hacen algo nuevo y seguidamente le ponen el titulo de ¨uno de los mejores del mundo¨ etc,etc, para ahora darse cuenta que no hemos planificado estudios, fomento a la investigación, educación, seguridad social.... y me pregunto . Para que nos sirven todos esos títulos???? solo para una cosa, y esa es cierta, !!Que somos los mayores fantasmas del mundo!!!!!
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