José Manuel Soria estaba preocupado. Los movimientos sísmicos que empezaron en Vinaroz en septiembre habían disparado su intensidad. Así que decidió descolgar el teléfono y llamar en primera persona al presidente de ACS, Florentino Pérez, que controla el proyecto Castor, el depósito de gas que aparentemente está detrás del suceso. Quería respuestas. “Yo no sé qué está pasando, pero mis técnicos me dicen que es normal”, vino a responder el empresario, según cuentan fuentes oficiales al más alto nivel. Una contestación que nunca puede convencer a un político, animal capaz de detectar a la legua cualquier atisbo de alarma social. Vive de los votos. La iniciativa parece condenada incluso antes de nacer.
Más allá del mensaje público, la reflexión que se hace en Industria sotto voce es clara. Castor constituye un derroche innecesario, con evidente impacto medioambiental y un foco de pánico social. Fuentes del propio departamento de José Manuel Soria admiten en privado que se trata de un proyecto “innecesario y faraónico”, que nunca debió contemplarse en la planificación energética. Una reflexión que apunta a que pasará tiempo -y se necesitará mucha voluntad política- para reactivarlo. No es casualidad que el Ministerio estableciera de forma inmediata la correlación entre la inyección de gas y los terremotos, aún sin evidencias científicas.
Pero es que además de prescindible, Castor -en manos de Escal UGS, sociedad participada en un 66,67% por ACS- ha supuesto un auténtico pozo sin fondo desde el punto de vista económico. Según las cuentas de la compañía gestora, el proyecto ya costaba 1.193,5 millones de euros a 31 de diciembre de 2011, nada menos que un 89,54% por encima del coste inicial previsto. Más inquietante, el Ministerio de Industria cuenta a quien quiere escucharle que se ha disparado hasta los 1.700 millones. Todo un ejemplo emblemático de los modificados que han hecho de oro a las constructoras al calor de las vacas gordas.
Pagamos todos
Un dinero que será sufragado por los usuarios del gas a través de la tarifa. Como explican fuentes del sector, Castor recibirá fondos anuales por diferentes vías. En primer lugar, como retribución financiera y por amortización de la inversión, se embolsará en torno a 180 millones de euros al año. Además, para pagar la operación/explotación del almacenamiento y sufragar el gas colchón percibirá unos 70 millones adicionales. En total, 250 millones de euros por ejercicio. Unos fondos que, como costes del sistema, se incluyen en el recibo y deben compensarse vía ingresos para no incurrir en déficit, un desequilibrio que ha terminado por colapsar el sistema eléctrico y que empieza a tocar de lleno al gas.
¿Y si se para la instalación? “Se podrían ahorrar los 70 millones vinculados a la operación del depósitos, pero el resto habría que abonarlos. Si la compañía estaba ya inyectando el gas colchón es porque estaba operativa, de eso no hay duda”, añaden estas fuentes. En efecto, el almacenamiento tiene acta de puesta en funcionamiento provisional desde el segundo semestre de 2012. Dicho de otro modo, el Gobierno –y los consumidores- sólo lograrían evitarse el impacto de esa instalación en los recibos del gas si puede demostrarse que ha existido una negligencia grave en el proceso de puesta en marcha. Un camino que podría dervivar en una a priori improbable judicialización del conflicto, con los seguros también en liza.
Bancos, auditoras y dinero en el aire
La situación que se ha generado con los seísmos tendrá consecuencias financieras fuera de nuestras fronteras. La construcción del gaseoducto submarino se hizo en principio gracias a un préstamo sindicado concedido por Banesto en julio de 2010 por 1.285 millones. La filial de Banco Santander invitó a participar en la línea de financiación al propio Santander, a Bankia, a Crédit Agricole y a Société Générale, bancos todos ellos de cabecera de ACS. El tipo de interés se fijó en Euribor más 300 puntos básicos.
Un préstamo de cobro seguro porque Castor estaba contemplado como una actividad regulada por el Ministerio de Industria, por lo que la rentabilidad estaba garantizada. Sin embargo, los cambios regulatorios introducidos por el Gobierno en 2011 y 2012 llevaron a Deloitte, el auditor de Escal UGS, a advertir que dichas modificaciones afectaban, “fundamentalmente, al régimen económico y a los cánones de la concesión”, lo que se traducía en “una alteración de las condiciones retributivas del proyecto, impactando, asimismo, en las condiciones de financiación asumidas”.
La colocación por 1.400 millones fue un éxito. Los bonos a 21,5 años y un cupón del 5,756% fueron comprados en una amplia mayoría por inversores institucionales extranjeros, principalmente fondos de infraestructuras, fondos de pensiones y aseguradoras. Ahora, esos fondos están pendientes de la resolución del conflicto porque pueden perder gran parte del dinero. La emisión no cotiza todavía en los mercados de valores porque ninguno se ha atrevido a poner a la venta su participación a la espera de una solución.
La garantía inicial del BEI asciende a 200 millones, un 14% del total. El organismo internacional también asumió su parte de riesgo porque compró bonos de Espal UGS por 300 millones. Una adquisición que hizo con fondos del presupuesto de la Unión Europea mediante la reubicación de partidas de programas existentes. La venta de los bonos la hicieron Santander, Caixabank, Bankia, Natixis, BNP Paribas, Calyon y Société Générale, entidades todas ellas muy próximas a ACS y a sus accionistas históricos, como el propio Florentino Pérez, los Albertos y los Fluxá.
COMENTARIO:
Que tendrá de especial el señor Pérez que ha conseguido que este pais se llene de infraestructuras innecesarias? Cientos de km de alta velocidad con escasísima ocupación. Autopistas radiales utilizadas 2 puentes al año. Aeropuertos fantasma. Depósitos de gas inservibles. Todo esto empezó en el primer gobierno de Aznar y continua casi 20 años despues ... Y los españoles de a pie pagando la juerga. Habría que ir a la insumisión fiscal pero como nos tienen agarrados por los huevos pues sencillamente no se puede
Buen fin de semana
No hay comentarios:
Publicar un comentario