¡VAYA CARA¡
Rajoy retoma las reformas y los ajustes mientras intenta obviar el caso Bárcenas.
El Gobierno ha vuelto de vacaciones decidido a ejercer como si no existiera el caso Bárcenas. El aparente optimismo y empuje del Ejecutivo, más sus planes a medio plazo, contrastan con la parálisis y el ambiente de recelos internos en el PP. Primero los Presupuestos Generales del Estado (más ajustes), luego los cambios en el sistema de las pensiones y después la reforma de la Administración son las principales tareas que se ha fijado Mariano Rajoy para las próximas semanas.
Cristóbal Montoro, Fátima Báñez y Soraya Sáenz de Santamaría llevarán el peso de la labor del Gobierno en el arranque del curso político. El titular de Hacienda y Administraciones Públicas porque tiene que imponer a los ministerios otra reducción presupuestaria, la ministra de Empleo porque debe enfrentarse a los sindicatos por la nueva vuelta de tuerca a la reforma laboral además de prevenir el choque frontal con los agentes sociales y la oposición por la reforma del sistema de pensiones.
La vicepresidenta, además de sus responsabilidades de coordinación del gabinete, prepara para septiembre el primer balance trimestral sobre la marcha de la reforma de la Administración cuyo informe y recomendaciones quedaron aprobados antes del verano.
En el texto había sugerencias de reducción administrativa y de empresas públicas dirigidas a las Comunidades autónomas que el Gobierno no puede imponer porque carece de competencias. Pero en el caso de la Administración central había compromisos de recortes y reorganización que toca empezar a cumplir y el Ejecutivo se fijó el objetivo de rendir cuentas trimestralmente sobre la marcha de la reforma.
Con esos planes de arranque de curso que se empezarán a concretar el próximo lunes cuando la ministra de Trabajo presente a los agentes sociales sus propuestas para “la sostenibilidad” del sistema de pensiones, el Gobierno también quiere dejar bien claro que el caso Bárcenas es “un asunto del partido del que ahora se ocupan los tribunales” y que no afecta ni afectará a la labor y las obligaciones del Ejecutivo.
Bárcenas, al margen
Después del primer Consejo de Ministros celebrado tras las vacaciones, Soraya Sáenz de Santamaría, insistió en dejar al Gobierno al margen de los avatares del caso Bárcenas con el argumento de que hay que dejar trabajar a los tribunales. Sobre las posibilidades de que Rajoy haga cambio de ministros en el Gobierno, prefirió despejar la pregunta con ironía: “en eso no estamos; en traer leyes sí”. Le siguió la broma el titular de Agricultura, Miguel Arias Cañete: “yo tengo que traer otro proyecto la semana que viene”.
En fuentes de la Moncloa también insisten en descartar cualquier remodelación o cambio en el Gobierno, al menos antes de Navidad, y menos por el caso Bárcenas. Consideran que Mariano Rajoy dejó todo muy claro en el debate parlamentario de agosto en lo que toca a su persona y decisiones al frente del PP. Otra cosa –apuntan en los mismos medios- son los detalles más domésticos del caso, los episodios más antiguos y la gestión del escándalo que se ha hecho desde Génova, asuntos que dan por hecho que va a seguir presentes en el debate político por mucho tiempo.
También aseguran en fuentes gubernamentales que Rajoy está decidido a que los problemas del partido no afecten al impulso del gabinete y a sus responsabilidades para superar la crisis económica y acometer el plan de reformas comprometido para el resto de la legislatura.
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