martes, 2 de julio de 2013

NO ME CREO NADA, QUE EL GOBIERNO PATEE LA CALLE Y VERÁ LA REALIDAD

Los datos de afiliación y paro anticipan el fin de la recesión
Los datos de afiliación y paro anticipan el fin de la recesión.
El ajuste de la economía española toca a su fin. Todavía faltan algunos trimestres (como mucho, cuatro si se cumplen las previsiones del Gobierno) para que la economía vuelva a generar puestos de trabajo; pero, al menos, el ritmo de trabajadores inscritos en las oficinas de empleo se ralentiza.
Otra cosa bien distinta es la marcha de la afiliación a la Seguridad Social, que en junio, y de manera un tanto sorprendente, volvió a deteriorarse. Hasta el extremo de que en términos anuales el ritmo de descenso en el número de cotizantes creció hasta el -3,72% (633.977 afiliados menos en los últimos doce meses), ligeramente por encima del -3,70% registrado en el mes anterior. Es decir, que se ha vuelto a acelerar el ritmo de destrucción de empleo, aunque sea de forma muy reducida. O lo que es lo mismo, se ha quebrado la senda de mejora de la afiliación.  
¿Qué quiere decir esto? Pues que mientras baja de forma relevante el número de trabajadores inscritos en las oficinas del empleo (127.248 parados menos en junio), el número de cotizantes no mejora. 
Puede parecer una contradicción, pero no lo es, toda vez que se trata de registros estadísticos distintos que no tienen por qué mostrar líneas paralelas. Mientras que el paro registrado está sesgado por todo tipo de condicionantes: la salida de inmigrantes y de nacionales del país en busca de un empleo; el fin de los incentivos para estar dado de alta en una oficina de empleo al acabarse la prestación por desempleo o el número de cursillos de formación que sacan al demandante de empleo de las listas de paro, los datos de afiliación reflejan exclusivamente la coyuntura económica. Las empresas contratan cuando observan un aumento de la demanda. Y ese escenario todavía no ha llegado. Como lo demuestra que la Seguridad Social esté perdiendo afiliados a un increíble ritmo anual de 1.737 cotizantes diarios.  
El aumento de la economía sumergida -los empresarios contratan pero no pagan a la Seguridad Social- puede explicar en parte este fenómeno, típico de coyunturas como la actual.
El caso de la ausencia de incentivos para que un parado continúe dado de alta en las oficinas del antiguo Inem es el más relevante. Los datos dados a conocer esta martes indican, en concreto, que el número de beneficiarios de prestaciones económicas se sitúa en 2.852.801 (dos millones menos que el paro registrado), con un descenso respecto del mismo mes del año anterior del 1,6%.
Caída de la población
Como consecuencia de ello, la cobertura del sistema de protección por desempleo durante el mes de mayo de 2013 bajó hasta el 61,49%, pero es que el mismo indicador en mayo de 2012 fue de 65,33%, lo que supone un descenso en la cobertura del 5,9%. Menos cobertura de desempleo lleva indudablemente a menor duda de demandantes de un puesto de trabajo por el efecto desánimo. No hay incentivos para renovar periódicamente la antigua cartilla del paro. Lo mismo que la reducción de la población residente en España, como acaba de poner de relieve Estadística, lleva inevitablemente a menor población activa. Y la población ha caído en el último año en 113,903 personas a lo largo de 2012. La EPA, que es un indicador más preciso del mercado laboral, ya refleja desde hace algunos trimestres esa reducción de la población activa.  
Los datos de junio, en todo caso, contienen un fuerte componente estacional derivado de la llegada de la temporada turística. Y lo demuestra el hecho de que si desestacionalizan las cifras para poder hacer unas comparaciones homogéneas (trabajo que hacen los propios servicios técnicos del Ministerio de Economía), el resultado es que en junio no bajó el paro en más de 127.000 personas, sino que, por el contrario, creció en 996. Es decir, ya cerca del fin del brutal ajuste del empleo que ha sufrido la economía española desde 2008.
De hecho, todavía hoy, el paro registrado muestra que hay en España un 3,22% más de desempleados que hace un año. Se trata, en todo caso, de la tasa  más baja desde mayo de 2011, cuando la economía española volvió a entrar en recesión y a partir de ahí empeoró de forma súbita el mercado de trabajo.
Hoy, en concreto, hay 148.411 desempleados más que los que había hace un año. Igualmente, hay casi 634.000 cotizantes menos a la Seguridad Social que los que había hace doce meses. Esta enorme diferencia entre una y otra cifra explica lo que está pasando en la economía española. El empleo no despega, pero el ritmo de aumento del desempleo en términos de paro registrado por la administración se ralentiza. Y aunque lo parezca, no es una contradicción.
COMENTARIO:
Desde hace unos meses, todos los miembros del Gobierno y del partido que lo sustenta están tratando de convencer a los españoles que ya se ve el final de la crisis, mantra repetido hasta la sociedad que siempre encuentra eco en los medios de comunicación, los cuales, curiosamente, no sólo aceptan sin rechistar las informaciones económicas que les traslada el Gobierno, sino que respetan hasta el titular, aunque luego uno tenga la paciencia de leer la noticia completa y resulte lo contrario de lo que se pretende, como es el caso hoy en EC y en otros muchos medios. El tema tiene su importancia porque yo conozco gente -nadie es perfecto- que ahora está arruinada porque en 2008 se endeudó creyendo lo que el Gobierno de entonces le decía: No había crisis, sólo una pequeña desaceleración. Yo, por mi parte, tengo poca fe en los milagros y por ello tengo claro que de ésta no saldremos sin barrer a la casta política que nos ha llevado hasta aquí, incluyendo en la limpieza a la Constitución del 78 y su infame Título VIII.

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