3,2 millones de europeos salen del hospital cada año con una infección.
La alta resistencia de los españoles a los antibióticos complica este problema de salud pública Alargar la estancia en el centro aumenta los costes del sistema.
La intervención cardiaca a la que se iba someter en el hospital de Bellvitge de Barcelona S. G., de 65 años, era complicada: sustitución de una válvula y de un trozo de aorta y un bypasscoronario. Todo en el mismo procedimiento. Su recuperación en una cama de hospital iba a ser larga, pero nunca pensó que tanto. Tras una operación satisfactoria, el decimotercer día apareció la fiebre y la mediastinitis (infección del mediastino, el área entre los pulmones). Los análisis dieron con el responsable: estafilococo áureo, una de las bacterias que más infecciones hospitalarias causan. “Me tuvieron que quitar las grapas y volver a operar para limpiar la zona. Tardé dos meses en irme a casa”, explica al teléfono.
Unos 80.000 pacientes, casi el 6% de los ingresados, sufren cada día al menos una infección relacionada con su estancia en un centro sanitario europeo, según una encuesta del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC en sus siglas en inglés) realizada entre 1.000 hospitales de 30 países. De media, cada año se ven afectados unos 3,2 millones de personas, según este trabajo.
Las infecciones hospitalarias, o nosocomiales, han ido reduciéndose en España desde 2008, pero continúan siendo un importante problema de salud pública. Con un 8,2%, figura entre los países con más prevalencia —los porcentajes van del 10,8% de Portugal al 2,3% de Letonia—, pero el director del ECDC, Marc Sprenger, advierte de que España lleva más de 20 años monitorizando la situación en los centros, lo que le ha convertido en “un modelo para el resto de países”, y eso significa que registra “todos y cada uno de los casos”. Es, además, uno de los únicos cuatro países que validó sus resultados por un equipo externo.
Las infecciones nosocomiales “tienen dos consecuencias principales: alargan la estancia hospitalaria, con el coste que eso supone, y aumentan la mortalidad. Una de cada cien puede llegar a ser mortal”, explica Josep Vaqué, jefe de servicio de Medicina Preventiva del hospital Vall d’Hebron y coordinador en España de la encuesta europea. Dependiendo del tipo de infección, la estancia se puede prolongar de 7 a 10 días, según Sprenger.
El director del ECDC no es partidario de hacer clasificaciones. “Somos muy reticentes a comparar los países, puesto que si no buscas las infecciones, no las encuentras. Es complicado interpretar los datos por comparación, porque hay estados que apenas prestan atención a este problema”, añade Sprenger, que sí tiene un reproche que hacer a España: “Sus hospitales usan demasiados antibióticos”. Según la encuesta, realizada por primera vez con un protocolo común en toda Europa, España es el quinto país donde más antimicrobianos se administran. El 45% de los pacientes estudiados tomaban estos fármacos. La Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) alertó hace unos días del “uso abusivo” de los antibióticos y de que España es, junto con otros países del sur de Europa, uno de los que más fármacos de este tipo consume por habitante y que mayores problemas de resistencia a ellos presenta.
De ahí que el ECDC recomiende en su estudio, además de aumentar la vigilancia de las infecciones a nivel local, nacional y europeo, y sensibilizar a los profesionales sanitarios, incidir en la necesidad de luchar contra el desarrollo de la resistencia a los antibióticos. “Muchas podrían evitarse con prevención y programas de control y vigilancia. Estos programas, así como el uso prudente de los antibióticos, ayudará a todos los actores involucrados a proteger a los pacientes de los hospitales europeos”, señaló Sprenger.
La prevalencia de las infecciones nosocomiales es mucho mayor en las unidades de cuidados intensivos, donde cerca de un 20% de los ingresados presenta al menos una, según la encuesta europea. “Las infecciones en pacientes que están en una UCI, que están graves, son difícilmente prevenibles”, explica Vaqué. “Una persona sana las supera, pero cuando hay debilidad y falta de inmunidad es complicado evitarlas”, añade. España es el único país europeo que hace este tipo de encuestas desde 1990.
Según el último Estudio de Prevalencia de las Infecciones Nosocomiales en España (Epine), de 2012, la prevalencia es mayor en los hospitales grandes, de más de 500 camas. El Epine mide el porcentaje de pacientes con infección —Europa las infecciones entre el total de pacientes—, que en 2012 ha sido el más bajo de la historia: 5,61%. Este porcentaje refleja solo las adquiridas durante la hospitalización. Hay que sumarle el 2% de los pacientes que llegan con ellas al ingresar. “Los resultados muestran un incremento de estas infecciones al ingreso, de las que cerca de la mitad fueron de localización quirúrgica”, explica Vaqué, que añade: “La dinámica hospitalaria actual exige dar el alta muy rápido. Las infecciones se descubren en casa y los pacientes vuelven al hospital. Y vemos que este tipo de infecciones no desciende”.
De un total de 15.000 infecciones recogidas por la encuesta europea, las más comunes fueron las de las vías respiratorias (neumonía, el 19,4%; las vías respiratorias inferiores, 4,1%), las quirúrgicas (19,6%), las del tracto urinario (19,0%), del torrente sanguíneo (10,7%) y las infecciones gastrointestinales (7,7%).
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