La pesadilla ha terminado para el socialista José Blanco. "Ha quedado claro que he sido injustamente acusado y víctima de un infundio político que ha fracasado”. Esta ha sido la declaración de Blanco, diputado por Lugo, en su comparecencia en el Congreso de los Diputados; en el mismo marco en el que siempre ha comparecido para dar cuenta a lo largo de los 22 meses que ha durado su proceso de sus acciones legales. Presentaría su dimisión como diputado si se abría contra el causa oral lo que finalmente no ha ocurrido dado que el Tribunal Supremo ha archivado los casos al no encontrar indicios de delito alguno.
Primero se le acusó de prevaricación y cohecho, y después, descartados esos delitos, se le atribuyó un delito de tráfico de influencias. “Nada puede reparar el daño causado”, ha dicho este socialista que ha tenido el máximo poder del PSOE durante más de diez años y del que se vio apartado en la práctica al recibir el mazazo de ser acusado de recibir dinero por un empresario que estaba encarcelado. “La verdad se ha abierto camino”, ha dicho. "Nada puede reparar el daño causado", ha reconocido.
Solo unas horas después de recibir la noticia se le ha notado claramente impactado y se ha regodeado fundamentalmente en agradecer “el aliento” de su familia, de sus amigos, de su partido y de su abogado. También ha resaltado el sufrimiento propio y de sus allegados. “Siempre he declarado mi inocencia, que todo era falso y he dedicado todas mis energías a desmontar todas las falsedades”, ha señalado con tono un tanto triste y cierto poso de amargura a pesar de asegurar que abría “una nueva etapa”, porque “Gracias a Dios esto ha acabado”.
También se ha terminado su presencia en la primera línea de la política como ya anunció en noviembre de 2011 cuando empezó su calvario judicial. Para demostrar que es así ha anunciado que el lunes será “el primer avalista” de José Ramón Gómez Besteiro, presidente de la Diputación de Lugo y aspirante en las primarias del próximo 7 de septiembre a liderar a los socialistas gallegos.
No ha querido dar nombres propios, ni de apoyos ni de desafectos, pero sí ha señalado que han sido muchas las sorpresas “positivas” al recibir la solidaridad de personas que no esperaba, entre ellas, “dirigentes del PP”. Por su pequeño despacho en el Congreso la visita de los diputados para felicitarle ha sido constante. Blanco siempre ha tenido el apoyo de José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba. “Ojalá el infundio deje de ser un instrumento de ataque político”, ha confiado.
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