EL BIPARTIDISMO EN TIEMPOS BAJOS

Ocaso del bipartidismo.

Cómo los dos grandes partidos se abrazan y el PP no reduce el tamaño del Estado.

Persiste el runrún sobre el ocaso del bipartidismo en España, derivado de que ni el PP ni el PSOE mantienen el tipo en los sondeos de opinión, es decir, que el descontento que genera Rajoy y su equipo no significa una remontada del grupo de Rubalcaba, Y, a la inversa, la desconfianza en el socialismo que legó Zapatero no se transforma en paciencia con el Gobierno del PP.

En suma, ni lo uno ni lo otro. Todo asquea, al tiempo que el desempleo y la corrupción se mantienen con vigor en la lista de preocupaciones de los españoles. Ni siquiera el aflojamiento de mayo en la fortísima tendencia a la baja del empleo ha sosegado los ánimos, ya que se ha estrenado el nuevo tipo de trabajo que conocerán los españoles del futuro: escasísimos contratos fijos, remuneraciones descendentes, años añadidos para percibir pensión, etcétera.

Esa situación sólo sería tolerable si la movilidad laboral existiera en España, pero lo que tenemos es que nos faltan casi cinco millones de puestos de trabajo. El empobrecimiento por decreto, o deflación interior, se está alcanzando óptimamente gracias a la reforma laboral de Rajoy y a otros aditamentos.

Se rumorea asimismo que, en ausencia de confianza en el bipartidismo de los grandes, llega el tiempo de los partidos pequeños. La líder de UPyD, Rosa Díez, acaba de parar por Gijón y tuvo nutrida concurrencia en un acto para dar explicaciones de lo que hacen.

Mientras, en Madrid, PP y PSOE buscan el modo de presentarse abrazados ante Bruselas y simular unión de fuerzas ante la UE, cosa que no será posible salvo cierta hipocresía del PSOE y otra poca del PP. Pero buscan ese abrazo, que es otro indicio de que el bipartidismo peligra. Otra prueba de ello es que el Gobierno Rajoy no ha reducido el tamaño del Estado (triple administración, decenas de miles de cargos políticos, etcétera), ya que sus principales ocupantes son, precisamente, los profesionales del bipartidismo.