lunes, 7 de enero de 2013

LS GENERACIÓN DE JÓVENES FRUSTRADOS

Una generación de resentidos.

Los jóvenes culpan a los poderes públicos de su crítica situación.
Nos estamos cargando el futuro por el infalible sistema de criar a una generación de jóvenes desapegados y rencorosos para con el Estado y la sociedad que lo sostiene y lo padece. Un estudio del Instituto de Estudios Fiscales indica que un 42% de los españoles entre 18 y 24 años justifica el fraude fiscal, cifra que se reduce hasta un 33% en la media de la población. Los protagonistas del mañana son los menos exigentes con el deber cívico de financiar la cosa pública, y no debe extrañarnos: la cosa pública les ha fallado. O, por lo menos, están convencidos de ello.

Sus mayores les han enseñado que toda persona nacida en este país tiene un montón de derechos relacionados con el bienestar, de la sanidad gratuita a vacaciones subvencionadas cuando se jubile, y que también tiene derecho a esperar que tales ventajas no dejen de crecer. Y de golpe va y se estropea todo. De ganar más pasta como peón que el primo licenciado, pasan a la tasa de paro juvenil más estratosférica de la Vía Láctea. Sólo uno de cada tres jóvenes entre 20 y 24 años tiene un empleo. Los demás se reparten entre inactivos y parados, y de esos últimos, la mayoría son chicos y chicas que tuvieron un empleo y lo perdieron. Quizás varias veces. El cuadro, más o menos, se reparte así: un tercio trabaja, un tercio estudia (o eso dice) y un tercio es «ni-ni» en estado puro. Los que trabajan temen por su empleo, los que estudian temen que no les sirva para nada y los «ni-ni» ya se pueden figurar...

Por todo ello, es comprensible que se apunten al «no es una crisis, es una estafa», y culpen también del delito a los poderes públicos. Especialmente si en un mismo día se enteran de que su contrato basura no va a ser renovado y de que el Gobierno va a conceder una amnistía fiscal a los espabilados de siempre. O si tras una clase sin sentido en un programa de estudios sin norte leen que el gestor del hundimiento de Bankia ha sido fichado por una gran compañía que él privatizó cuando estaba en el Gobierno. Bankia, que nos va a costar un ojo de nuestros impuestos, como el resto de las cajas de los amigos de los gobernantes.

¿Qué les estamos enseñando a los chavales? Pues que los impuestos se usan con perfidia y se recaudan con injusticia. Visto lo visto, lo que sorprende es que sólo un 42% justifique el fraude.



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