martes, 13 de marzo de 2012

LA VIDA DE LOS MINI-MILEURISTAS

Picos de Europa-España(foto J.A.Miyares)
  Vivir con menos de mil euros.

Los jóvenes 'nimileuristas' se ven forzados a practicar el funambulismo presupuestario cada mes
Para no renunciar a un mínimo bienestar recurren a todo tipo de descuentos y trueques
Compartir coche y casa, realquilar habitaciones, acumular cupones de descuento, recorrerse varios centros comerciales para hacer la compra semanal... todo vale para salir adelante cuando el sueldo no alcanza los cuatro dígitos. Los nimileuristas se ven forzados a hacer un auténtico ejercicio de funambulismo presupuestario cada mes para poder pagar sus facturas. Muchos de estos jóvenes han crecido considerándose clase media, o incluso clase media acomodada. Algunos llegaron a comprar una vivienda en los tiempos de bonanza, y ahora ven cómo la hipoteca se come prácticamente todo el sueldo. Una situación que les obliga a aguzar el ingenio y a convertirse en auténticos cazadores de gangas.

“Han vivido el espejismo del estado de consumo y lo han perdido", señala Juan Carlos Monedero, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid. "Es una generación que ha leído los niveles de bienestar como un derecho y no una dádiva, pero que es consciente de que no alcanzará jamás el nivel de vida de sus padres", apunta.

Mar López, licenciada en fisioterapia y magisterio de 31 años, pertenece a dicha generación. Gana poco más de 900 euros como sustituta a tiempo parcial en una escuela de Girona y tiene el puesto asegurado hasta agosto, "que ya es mucho", señala. Su novio, Andreu Arnavat, de 33 años y oficial de primera en la construcción, ha empezado a cobrar este mes la prestación por desempleo. Entre los dos no llegan a los 2.000 euros, una cifra que muchos considerarían envidiable pero que a ellos apenas les llega. Para poder cuadrar su presupuesto han realquilado, por 200 euros, una de las habitaciones de su piso.

Buscar "formas de convivencia más barata" es, junto a la ampliación de los estudios, la principal herramienta de la que se valen los jóvenes españoles para "adaptarse y conseguir vivir mejor estando peor", explica el catedrático de Sociología de la UNED Luis Garrido. "Lo más común es quedarse en casa de los padres, pero los índices de emancipación ya eran bajos antes de la crisis", sostiene.

López asegura que ahorra “en todo lo ahorrable”. Antes gastaba 120 euros en gasolina al mes en ir al trabajo. Ahora ha reclutado a otras tres profesoras para compartir coche y minimizar costes (y emisiones contaminantes). Un práctica muy extendida, en torno a la que han surgido páginas como www.blablacar.es o www.comparteviaje.es. Porque la Red acumula miles de espacios con información para ayudar a exprimir cada euro.

"Desde que la crisis estalló en 2008 se nota que la gente se ha espabilado y busca alternativas para no pagar dos cuando pueden pagar uno o cero", reconoce Juanma Sánchez, autor de Sindinero.org, uno de los sitios de Internet pioneros en difundir datos, consejos y direcciones para ahorrar. Con 10.000 visitas diarias, una de sus secciones más populares es la de ocio. "Llega el fin de semana y la gente no tiene un duro, así que busca conciertos gratuitos o exposiciones con entrada libre. Es cierto que hay un mercado cultural que deja fuera de juego a la gente que no maneja mucho dinero. Pero te puedes apañar una agenda de ocio gratuito que no tenga nada que envidiar a la mercantil, gracias a los proyectos de fundaciones, cajas de ahorro…"



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