EL PENSADOR
Y PERVERSOS
Durante siglos hemos aprovechado la inteligencia para alcanzar logros aún hoy difíciles de asimilar, pasando de buscar alimento haciendo frente a depredadores a correr con un Ferrari haciendo frente a todo si lo podemos pagar, pero de la misma forma que nos ha permitido abandonar las cuevas recoloca a algunos en aceras, sin techo ni protección contra quienes queman a su presa por diversión. Gracias a ella somos capaces de enviar una nave a la Luna o de curar enfermedades antes mortales, pero somos incapaces de ofrecer todavía a muchos seres humanos lo imprescindible para garantizar su dignidad sin tener que depender de la incómoda caridad, por arrojar comida aprovechable al contenedor por comodidad, por acaparar fortuna para disfrutarla hasta la sexta generación. Gracias a ella también hemos descubierto que su uso sin prudencia produce síntomas semejantes al abuso de drogas, descontrol general por necesitar cada día más para vivir cada vez peor.
Pero hoy, el ser humano está en guerra con un virus que la comenzó a perder cuando la inteligencia adoptó la estrategia de quedarnos en nuestros hogares hasta nuevo aviso para facilitar el trabajo a la ciencia y la inteligencia la aceptó para vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario